Los primeros institutos cumplen 150 a?os en pleno debate sobre el nuevo bachillerato
El Rey y Manuel Aza?a, entre los alumnos del San Isidro y el Cardenal Cisneros
Los institutos de bachillerato celebran este a?o su 150 aniversario. El acontecimiento coincide con la reforma educativa emprendida a partir de la LOGSE y en pleno debate sobre la pertinencia de reducir a dos a?os el bachillerato que, en algunos momentos de su historia, lleg¨® a tener seis y hasta siete cursos. La inclusi¨®n de parte del Bachillerato de 1970 en la ahora llamada educaci¨®n secundaria obligatoria, y el car¨¢cter comprensivo o generalista de esta nueva etapa del sistema educativo, son vistos por muchos de los profesores que ahora conmemoran los 150 a?os de la creaci¨®n de la segunda ensenanza en Espa?a como el abandono definitivo de un modelo de ense?anza, secundaria pensado en funci¨®n exclusivamente de la Universidad.Centros universitarios
De esa estrecha relaci¨®n con la Universidad son buena muestra el instituto San Isidro y el Cardenal Cisneros, inicialmente denominado del Noviciado, los dos primeros centros de Segunda Ense?anza creados en Madrid en 1845. Ambos nacieron como parte integrante de la estructura acad¨¦mica de la Universidad de entonces. Vinculaci¨®n ¨¦sta que seguramente constituye la ra¨ªz de la permanente vocaci¨®n universitaria del profesorado de ense?anzas medias, al que no acaba de gustar que se haya acu?ado la expresi¨®n "ense?anzas no universitarias". Los dos preparan para el pr¨®ximo mes de mayo la celebraci¨®n conjunta del aniversario, en la que participar¨¢n destacadas personalidades del mundo de la pol¨ªtica, la cultura y la investigaci¨®n que en su d¨ªa fueron alumnos suyos. Institutos contempor¨¢neos de los dos madrile?os citados se preparan para conmemorar el mismo aniversario en otras ciudades espa?olas. Entre ellos, el Jaume Balmes, de Barcelona y el Fray Luis de Le¨®n, en Salamanca.
Los miles de alumnos que hoy se sientan en los pupitres del San Isidro y el Cardenal Cisneros saborean el regustio de saberse inquilinos de las mismas aulas que albergaron a los hermanos Manuel y Antonio Machado cuando hac¨ªan sus primeros pinitos con la poes¨ªa; las mismas aulas donde el nobel Camilo Jos¨¦ Cela consigui¨® aprobar por los pelos las asignaturas de los primeros cursos; o el mismo claustro donde Vicente Aleixandre se presentaba el 21 de junio de 1913 al examen de grado para aspirar al t¨ªtulo de Bachiller.
Fue el plan de estudios de 1845 el que cambi¨® por completo la fisonom¨ªa y la antigua organizaci¨®n de lo que hasta ese momento se conoc¨ªa como Establecimientos de Instrucci¨®n P¨²blica. Denominados a partir de entonces como Estudios de Segunda Ense?anza, los alumnos que aspiraban a bachilleres deb¨ªan superar, con sus escasos diez o doce a?os, una prueba de ingreso ante un tribunal formado por profesores de la universidad Complutense de cuya administraci¨®n dependieron estos dos centros hasta 1857.
Pese a que el plan de estudios de 1845 se implant¨® en todas las regiones espa?olas dando carta de naturaleza a 52 centros de Segunda Ense?anza, lo cierto es que los dos madrile?os destacaron r¨¢pidamente del conjunto.
Primera clase
El volumen de alumnado, la plantilla docente, -adscrita y perteneciente a la facultad de filosofia de la universidad Complutense-, el contenido de los curr¨ªculos que en la pr¨¢ctica consist¨ªan en un primer ciclo de estudios universitarios de filosof¨ªa, y su ubicaci¨®n en la villa y corte, fueron factores decisivos para que cinco a?os despu¨¦s de su constituci¨®n, en 1850, el San Isidro y el Cardenal Cisneros obtuvieran la categor¨ªa de centros de "primera clase". Los ¨²nicos con este rango en todo el Estado.
La impronta que m¨¢s de un siglo de historia ha ido dejando entre los muros de estos dos edificios a¨²n hoy puede sentirse al recorrer las bibliotecas, las aulas magnas, las escaleras de granito y m¨¢rmol, las balaustradas o los corredores entre aula y aula. En una de ¨¦stas, el aula escalonada del. ¨²ltimo piso del instituto Cardenal Cisneros, que se conserva exactamente igual que el primer d¨ªa, los actuales alumnos del curso 1994-95 reciben su clase de Historia del Arte. A la hora en que suena el timbre del recreo estos alumnos de la 150 promoci¨®n del Cisneros abandonan el aula con el estruendo invariable que provoca siempre la algarab¨ªa de un colegio. Si se agudiza el o¨ªdo uno puede pecibir como se funde el griter¨ªo de estos bachilleres de fin de siglo con el de sus hom¨®logos de muchos a?os atr¨¢s. Incluso podr¨ªan rescatarse del aboroto el eco de las voces de quienes llegar¨ªan a ser presidentes del Gobierno o del Estado: Nicol¨¢s Salmer¨®n, Manuel Aza?a y Eduardo Dato.
Hasta es posible que detr¨¢s de los actuales graffitis de las puertas de los ba?os a¨²n puedan encontrarse huellas de la escritura vanguardista de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, alg¨²n apunte del lirismo de Ernestina Champurcy o vestigios de la prosa erudita del nobel Jacinto Benavente, por no referirnos a la casa real espa?ola que opt¨® porque fuera el San Isidro el centro donde Don de Borb¨®n y Juan Carlos I se recibieran como bachilleres.
"Es indudable que impartir clases en este centro es casi un privilegio", reconoce el actual director del instituto Cardenal Cisneros, Vicente Fad¨®n. Y no es para menos. Para acceder a una plaza en el San Isidro o el Cisneros a los profesores se les exige bastantes a?os de antig¨¹edad. "No me parece mal", a?ade Fad¨®n, "piense que estamos hablando de centros hist¨®ricos, no quiero decir que el profesorado que ense?a aqu¨ª lea mejor que otros; s¨®lo que al tratarse de instituciones que forman parte del patrimonio nacional, se exige m¨¢s puntuaci¨®n para entrar como docentes".
Ambos institutos est¨¢n siendo restaurados en estos momentos.
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S¨®lo los edificios y los frescos de la capilla del San Isidro constituyen aut¨¦nticas joyas del patrimonio cultural. Desigual suerte est¨¢n corriendo los archivos del Cardenal Cisneros donde el voluntarismo de las profesoras de Historia Bego?a Talavera y Gloria Gonz¨¢lez, est¨¢ consiguiendo desapolillar las miles de carpetas que guardan celosamente los expedientes acad¨¦micos de cuantos han estudiado en estas aulas a lo largo de siglo y medio.
"Estamos encontrando documentos impresionantes y de un valor incalculable para la historia de este pa¨ªs", se?ala entusiasmada Bego?a Talavera; "por ejemplo, hemos ido encontrando ,los expedientes de gran parte del equipo nacional de esgrima, in cluyendo a Afrodisio Apar¨ªcio Aparicio, que en 1919 fue cate dr¨¢tico de esgrima, juego y de porte en este centro y que con la llegada de la Rep¨²blica fue destitu¨ªdo y nuevamente rehabilitado unos meses despu¨¦s".
"Estamos. haciendo una labor desinteresada en lo econ¨®mico, pero muy gratificante en lo personal. No quisi¨¦ramos que estos archivos fueran trasladados, por eso no nos quejamos demasiado ante la ausencia de personal especilista en documentaci¨®n y archivolog¨ªa, pero sinceramente ser¨ªa important¨ªsimo contar con la ayuda de estos expertos. Adelantar¨ªamos m¨¢s y mej¨®r", apostilla Gloria Gonz¨¢lez.
Historia de un ca?¨®n
Como cabe suponer, el anecdotario de estos dos centros es tan vasto como distintas han sido las etapas vividas desde su creaci¨®n. "Algunas son muy, divertidas", comenta Vicente Fern¨¢ndez, director del instituto San Isidro. "En este centro fue muy sonada la idea que pusieron en pr¨¢ctica un grupo de estudiantes de la Rep¨²bl¨ªca, creo recordar. Parece que, como resultado de una clase de qu¨ªmica, decidieron construir un ca?¨®n para experimentar con compuestos explosivos.
El resultado fue que lograron disparar el ca?¨®n desde la puerta de entrada del centro con el consiguiente revuelo de la vecindad. Seg¨²n los datos, el suceso provoc¨® las iras de las autoridades municipales de Madrid que se quejaban, am¨¦n del ca?onazo, de las gamberradas que algunos estudiantes protagonizaban en el mercado de La Latina, y, seg¨²n parece, el director de entonces contest¨® que ¨¦l no era responsable de lo que sus alumnos hac¨ªan de puertas hacia afuera incluyendo el ca?onazo".
"La Revoluci¨®n de 1868; las dos Rep¨²blicas; el alzamiento nacional..., en fin, tantas estapas de la historia que por fuerza entre estos muros, se esconden an¨¦cdotas dignas de verse en una pantalla de cine", advierte Isidro Fad¨®n, director del Cardenal Cisneros, "y hasta es posible que importantes secretos de Estado".
Tambi¨¦n celebra este a?o su 150 aniversario el instituto Jaume Balmes de Barcelona, situado desde 1942 en el coraz¨®n de la ciudad, muy cerca de la plaza de Catalunya, informa Teresa Cendr¨®s. Fue el ¨²nico centro p¨²blico de ense?anza media en Barcelona hasta el a?o 1932.
Se inaugur¨® el 1 de noviembre de 1845 y estuvo instalado en el :mismo edificio que acog¨ªa la Universidad de Barcelona, el antiguo convento del Carme, y muy vinculado a ella.
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