Furor organizador
El 'off the record' que hay detr¨¢s de las candidaturas a los Mundiales de atletismo descubre la batalla pol¨ªtica
A Espa?a le ha entrado el furor organizador. Como si en el mundo no hubiera otro pa¨ªs donde organizar competiciones de atletismo. En 1989, la Copa del Mundo en Barcelona; en 1991, los Mundiales de pista cubierta en Sevilla; en 1993, los Mundiales de cross en Amorebieta (Vizcaya) y los Europeos, junior en San Sebasti¨¢n; este a?o, de nuevo los Mundiales de pista cubierta en Barcelona, y eso sin contar competiciones internacionales de menor rango y los Juegos 0l¨ªmpicos de 1992, en los que el atletismo es el deporte rey. Pues ahora no s¨®lo Sevilla quiere los Mundiales al aire libre en 1999, sino que Madrid pide los de 1997. Las razones oficiales para justificar tal vor¨¢gine emplean t¨¦rminos como "vocaci¨®n deportiva", "oportunidad ¨²nica", "magen y prestigio". Lo que no ha trascendido es el off the record, conversaciones en los pasillos que ayudan a entender lo que est¨¢ pasando."Sevilla tiene que rentabilizar todas las obras de la Expo y por eso se ofrece para cualquier cosa", se ha escuchado en la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo. Pero la verdad es que los miembros de la Federaci¨®n Internacional de Atleismo (IAAF) que visitaron la ciudad la semana pasada quedaron encantados. "No iban a Sevilla desde 1991 y, claro, quedaron encantados. Recordaban una ciudad ca¨®tica, en obras, y se encontraron con otra llena de avenidas y circunvalaciones que les trasladaban en cinco minutos a cualquier parte, hoteles de lujo por doquier, un aeropuerto modernizado, el AVE, los puentes... Vieron todo menos el estadio, que no est¨¢ construido, pero se quedaron boquiabiertos al comprobar que habr¨ªa sitio para 20.000 plazas de aparcamiento. Impresionante. Sevilla sabe jugar sus bazas".
La candidatura ya ha presentado sus cartas credenciales en la sede de la IAAF, tambi¨¦n lo ha hecho en sociedad invitando a una cena a todos sus miembros -m¨¢s de doscientos- en el hotel Juan Carlos I de Barcelona durante los Mundiales de pista cubierta, y las fuerzas pol¨ªticas han establecido un acuerdo para llevar adelante el proyecto. Ning¨²n problema. El que no haya todav¨ªa estadio es incluso marginal.
Miguel gel Pino, presidente de la Diputaci¨®n de Sevilla, es quien da la cara por la candidatura. El verano pasado viaj¨® a Helsinki, donde estaba la plana mayor del atletismo presenciando los Europeos y hace dos semanas, en Barcelona, desarroll¨® una intensa actividad para promocionar Sevilla 99.
All¨ª tambi¨¦n estaba Jaime Lissavetzky, consejero de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, pero rehuy¨® el cara a cara con su compa?ero de partido Miguel ?ngel Pino, al que le hubiera conducido inevitablemente una presentaci¨®n de la candidatura Madrid-97, despu¨¦s de que ¨¦ste calificara de, "cuando menos, inoportuna" el prop¨®sito de Madrid.
No se entend¨ªa bien que la Comunidad de Madrid, socialista, pudiera torpedear la candidatura de la Diputaci¨®n sevillana, tambi¨¦n socialista. En c¨ªrculos pr¨®ximos a Leguina la explicaci¨®n era clara: "Pod¨ªamos ponemos a negociar con Sevilla, llegar a un acuerdo, pero como ya estamos escarmentados, porque siempre salimos perdiendo, que si el centralismo, que si tal, que si cual, que si mejor les dej¨¢ramos el terreno libre, que ellos necesitan los campeonatos m¨¢s que nosotros, decidirnos tirar hacia delante".
En el trasfondo, las pr¨®ximas elecciones [el 28 de mayo] y la necesidad de justificar la rentabilidad de La Peineta, un estadio que, salvo la competici¨®n que alberg¨® el d¨ªa inaugural, s¨®lo sirve de escenario a pruebas menores. Pero hab¨ªa un riesgo: se pod¨ªan ganar los Mundiales, pero perder las elecciones, con lo cual ese gran escaparate deportivo quedar¨ªa en manos del partido pol¨ªtico ganador, que bien pod¨ªa declarar la competici¨®n inviable por los elevados gastos que conlleva y el escaso tiempo del que se dispone para organizarlos.
"No hay ning¨²n problema, el tema est¨¢ hablado con los pepes y est¨¢n de acuerdo en celebrar los Mundiales", se asegura en c¨ªrculos socialistas. La idea de que Madrid pudiera organizar los Mundiales se debe a Lissavetzky. La capacidad actual del estadio es de 19.000 personas y el aforo se aumentar¨ªa a 35.000 poniendo gradas donde ahora hay c¨¦sped. Para llegar a las 60.000 localidades de las que se hablan -50.000 es el m¨ªnimo para celebrar unos Mundiales- habr¨ªa que levantar otra peineta y elevar los cierres de los fondos.
"Es lo mismo", se comenta en la federaci¨®n. "Los socialistas habr¨¢n conseguido unos cuantos votos m¨¢s con toda esta promoci¨®n del estadio. Pero si al final son capaces de sacar adelante los Mundiales, encantados y bienvenidos sean entonces los pol¨ªticos".
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