"En Madrid cada uno puede darse a su vicio"
Con un par de pelucas de corte horizontal, fueron las falsas siamesas del nuevo cabar¨¦ madrile?o. Elena Mart¨ªn, alicantina criada en el barrio de Estrecho, y Soledad Mallol, nativa de Carabanchel, remolonas para confesar su edad -"53 a?os entre las dos"-, est¨¢n encantadas de haberse conocido. Mucho m¨¢s pop, que aquellas entra?ables Pili y Mili pero menos descaradas que las vedettes al uso, Las Virtudes, sin intenci¨®n did¨¢ctica ni moralizante, sin premeditaci¨®n, fundaron una academia del desleng¨¹e, para limpiar, fijar y dotar de esplendor a ese castellano callejero que hablan, sobre todo, las mujeres de Madrid. Ellas dos son todo o¨ªdos. En los mercados, en las tiendas, taxis y peluquer¨ªas. En los parques y jardines de sus barrios a las dos les gusta vivir lejos del centro de la ciudad-, y en el gimnasio donde Sole imparti¨® clases de aerobic.P. Como movimiento, ?existi¨® alguna vez el nuevo cabar¨¦ madrile?o?
R. Naturalmente que s¨ª, ef¨ªmero, pero existi¨®. Hasta que empezaron a cerrar locales, Madrid fue una cantera estupenda. Ahora, ni nuevo ni viejo. Ya no hay cabar¨¦.
P. ?Y ustedes siguen siendo fieles a los sitios donde se dieron a conocer?
R. Absolutamente. Este espect¨¢culo necesita un teatro, porque ahora llevamos una pantalla de v¨ªdeo. Pero seguramente haremos una versi¨®n reducida para el Caf¨¦ del Foro, que fue donde empezamos y es un sitio muy entra?able para Las Virtudes.
P. ?Luchan contra la extinci¨®n del idioma castizo?
R. Hablamos como habla la gente de la calle, especialmente las mujeres. Es cierto que en Madrid es donde mejor nos entienden, pero tiene gracia: una vez, actuando en un pueblo de Castell¨®n, una amiga oy¨® decir al acomodador: "Estas chicas son muy graciosas, qu¨¦ pena que no sepan hablar en espa?ol".
P. De Madrid y de barrio.
R. S¨ª (contesta Soledad). Yo soy de Carabanchel, he vivido en el barrio de La Concepci¨®n y ahora en Hortaleza. Alguna vez tuve la tentaci¨®n de trasladarme al centro, pero se me pas¨® cuando naci¨® mi hijo. Para los ni?os, la vida en el centro es una barbaridad. Yo soy muy urbana. A Elena le gusta m¨¢s el campo.
P.Vicios y virtudes de esta ciudad.
R.Para m¨ª (responde Elena), la mayor virtud de Madrid es precisamente que cualquiera puede practicar sus vicios favoritos. Yo (contesta Soledad) quisiera que todos aquellos que se quejan tanto de la ciudad pudieran marcharse al campo de una vez, y as¨ª los dem¨¢s nos qued¨¢bamos m¨¢s anchos.
P. ?Cu¨¢les el escenario de Madrid que m¨¢s les ha impresionado?
R. La c¨¢rcel de Carabanchel.
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