Una historia con el hoyo 4
A que el hoyo 4 del Augusta National Golf Club, un par tres de 190 metros, haya sido considerado este a?o el segundo m¨¢s dif¨ªcil del Masters ha tenido una desgraciada contribuci¨®n Severieno Ballesteros. Si la media general de golpes necesarios para terminarlo era hasta la. tercera ronda de 3,2, la particular del golfista c¨¢ntabro se elevaba hasta 41-7. Un buen empuj¨®n cuyas razones habr¨ªa que buscarlas en el mecanismo psicol¨®gico de un jugador que ve crecer su bestia negra fuera de control. Un mal registro quiz¨¢s culpable de que Ballesteros no haya hecho el Masters de Augusta que deseaba.El primer d¨ªa, el m¨¢s dif¨ªcil para el campe¨®n espa?ol, Ballesteros perdi¨® la bola por la derecha y tuvo que repetir su golpe para terminar haciendo un doble bogey (2 por encima del par del campo). "Me arriesgu¨¦. y no me arrepiento", dijo Ballesteros poco despu¨¦s. Desde ah¨ª tuvo el m¨¦rito de no hundirse, de no caer por el tobog¨¢n de la desesperaci¨®n y mal que bien salv¨® la jornada. No se hundi¨® en lo que los especialistas llaman el jueves maldito para aquellos que se visten de favoritos.
Dice Mac O'Grady, su gur¨² particular, que Ballesteros est¨¢ lleno de. pasi¨®n, de ansia de ganar, pero que no sabe manejarla. "O se usa para ganar o ella te usa a t¨ª", dice refiri¨¦ndose a la historia de Ballesteros con el hoyo 4.
Porque el segundo d¨ªa tambi¨¦n se arriesg¨® buscando la bandera y termin¨® perdiendo el green y con un bogey. Ese + 1 fue simplemente un borr¨®n en una tarjeta buena, pero el viernes fue el borde del precipicio por el que se lanz¨®. Entonces se fue a la izquierda, a una zona de fango, y no pudo devolverla al green hasta despu¨¦s de dos golpes m¨¢s. Total, otro doble bogey. M¨¢s O'Grady: "Ballesteros ataca el campo como si quisiera violarlo".
Ayer, d¨ªa en el que el jugador c¨¢ntabro jug¨® en compa?¨ªa de un marcador -un aficionado que completa las parejas si el n¨²mero de jugadores es impar como en esta ocasi¨®n-, bogey de nuevo, pre¨¢mbulo a un doble bogey en el hoyo 6.
Un hoyo que no despertar¨¢ buenos recuerdos en la memoria del c¨¢ntabro y que le ha hecho conocer partes del campo Augusta que ni siquiera sospechaba que existieran durante sus magn¨ªficos a?os anteriores.
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