Las pisadas de unos hom¨ªnidos que caminaban despu¨¦s de la lluvia

Hace tres millones y medio de a?os" en ?frica, unos hom¨ªnidos caminaron por un terreno sobre el que la erupci¨®n reciente del volc¨¢n Sadiman hab¨ªa depositado una capa de cenizas. Unas gruesas marcas de gotas indican que acababa de llover.En la campa?a de 1975-1976, durante un paseo de reconocimiento por Laetoli (Tanzania), Andrew Hill, uno de los especialistas del equipo de Mary Leaky, se agach¨® para esquivar una bo?iga de elefante que le tir¨® un colega y vio unas marcas petrificadas en el suelo. Eran de rinoceronte, pero se emprendi¨® la excavaci¨®n sistem¨¢tica en el lugar y en dos a?os sacaron a la luz unos rastros de hom¨ªnidos. ?stos son la m¨¢s primitiva impronta de bipedalismo de los ancestros del hombre que se ha encontrado y un descubrimiento determinante de la paleoantropolog¨ªa.

La conservaci¨®n de los rastros se debe a circunstancias espec¨ªficas que se dieron en aquel lugar hace 3,5 millones de a?os: el Sadiman se mantuvo en erupci¨®n durante quiz¨¢ un mes y deposit¨® sucesiva capas muy finas de ceniza. "La alfombra de ceniza estaba en condiciones ¨®ptimas para captar huellas: si hubiera llovido menos, el viento se habr¨ªa llevado las cenizas, y si hubiera llovido m¨¢s, cualquier impresi¨®n habr¨ªa sido borrada por el agua", explica Richard Leakey, el hijo de Mary, en su libro La formaci¨®n de la humanidad. El sol coci¨® las huellas cubiertas con otras capas de ceniza. La arena que se acumul¨® contribuy¨® a preservarlas. "Es el hallazgo m¨¢s notable logrado en toda mi carrera, dice mi madre", contin¨²a Richard.

Dos o tres individuos

El rastro de Laetoli tiene 27 metros de largo y corresponde a las huellas que dejaron dos individuos, o tal vez tres, porque algunos especialistas sostienen que sobre las marcas que hac¨ªa el m¨¢s grande iba pisando uno m¨¢s peque?o. Por la izquierda, otro ejemplar, tambi¨¦n de tama?o reducido, dej¨® claramente la impronta de sus pasos. Eran australopitecos, hom¨ªnidos con cerebro de tama?o poco mayor que el de los chimpanc¨¦s, pero que ya caminaban erguidos.

Las huellas de Laetoli son extremadamente fr¨¢giles, y para su excavaci¨®n, para separar el relleno de ceniza de la cavidad de cada huella, el paleont¨®logo estadounidense Tim White utiliz¨® un sistema minucioso de tintes.