Dos hist¨®ricos de la m¨²sica cubana dan clases a rockeros espa?oles
Cot¨¢n y Compay Segundo visitan Espa?a
El mejor regalo para los que se quedan en Madrid: Octavio S¨¢nchez, m¨¢s conocido como Cot¨¢n, y el cuarteto de Compay Segundo han recalado en la capital despu¨¦s de participar en Alicante en un concierto multitudinario de la Fundaci¨®n Pablo Milan¨¦s. Hombres laboriosos a pesar de su edad, han programado una serie de conciertos en peque?os locales madrile?os que permiten el raro lujo de disfrutar conjuntamente de dos genuinas leyendas de la m¨²sica, popular cubana.
Francisco Repilado, alias Compay Segundo, tiene que hacer c¨¢lculos cuando se le pregunta por su edad: "Nac¨ª en el 1907, as¨ª que... ?87 a?os?". Disfruta, no obstante, de una prodigiosa memoria, que le permite rememorar an¨¦cdotas de Antonio Mach¨ªn -"bueno, conoc¨ª a toda la familia Mach¨ªn"- y Beny Mor¨¦, de ?ico Saquito y Sindo Garay. Historia viva de la m¨²sica cubana, aunque eso no le impida conectar con creadores de otras latitudes: el d¨ªa anterior estuve dando unas clases particulares a Santiago Auser¨®n, "le ense?¨¦ c¨®mo se maneja mi arm¨®nico, que es una guitarra ¨²nica en el mundo, con siete cuerdas". Y muestra una chaqueta de punto, oportuno regalo del m¨²sico espa?ol, Ios cubanos pasamos fr¨ªo en esta ciudad".Tambi¨¦n Cot¨¢n se abriga, aunque los rigores de la primavera madrile?a no apaguen sus ardores: se para al paso de unas bellezas locales y grita un "?auxilio!" que es sincero homenaje espont¨¢neo. Cot¨¢n es una fuente de sorpresas, como su cultura hist¨®rica: "?Qu¨¦ pas¨® con los espa?oles de la Divisi¨®n Azul?". La noche anterior, ante los ojos asombrados de Los Ronaldos y otros amigos rockeros ha impartido una peculiar clase magistral, reinventando boleros y bossa novas con una guitarra el¨¦ctrica prestada, pulsada con los dedos desnudos. "?Que sonaba a jazz? Claro, yo he escuchado mucho a Chick Corea, Jacko Pastorius, Dizzy Gillespie o George Benson. Nunca me he detenido en las armon¨ªas tradicionales".
Sin embargo, Cot¨¢n es algo as¨ª como el depositario de las esencias en la Fundaci¨®n Pablo Milan¨¦s: el autor de Yolanda le adora y le ha encomendado la formaci¨®n de soneros frescos, como los exuberantes componentes de Puerto Pr¨ªncipe. Ha tenido una participaci¨®n destacada en A?os, los entra?ables discos donde Milan¨¦s honra a la vieja trova. Una serie en la que tambi¨¦n colabora Compay Segundo.
Asombra que m¨²sicos con tanta solera y tantos recursos no tengan ¨²ltimamente muchas posibilidades de grabar por su cuenta: "Chico, los problemas de Cuba nos afectan como a cualquier trabajador. No hay mercado para los m¨²sicos tradicionales y bastante nos alegra poder tocar en hoteles para turistas", explica Compay.El grupo de Compay se llama Los Muchachos, aunque dos de los m¨²sicos -Benito Su¨¢rez y Julio Fern¨¢ndez- tengan 57 a?os y el m¨¢s joven sea su hijo, Salvador, con 42. Todos ellos est¨¢n encantados con la posibilidad de regresar en verano a Andaluc¨ªa, a animar una nueva edici¨®n del Encuentro del son cubano y el flamenco, que inauguraron el pasado a?o con una visita ceremonial a la tumba de Mach¨ªn. "Actuarnos con un piquete de Utrera y fue perfecta compenetraci¨®n, como si hubiera una coincidencia de filosof¨ªa de vida entre el pueblo andaluz y el cubano". All¨ª compuso Compay una guaracha con curiosas comparaciones entre la vida sexual de los toros y los hombres, que cada noche interpreta con jovial picard¨ªa.
Compay Segundo quiere hablar de corridas, de Manolete, de los miuras. Pero se impone la pregunta obvia: la raz¨®n de su longevidad, el secreto de su vitalidad. Y responde muy serio: "Comer carnero, es una carne que da vida. Y tomar un roncito antes de ponerme a cantar".
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