Ruanda, o suma y sigue
, Un a?o despu¨¦s del atentado que mat¨® al presidente ruand¨¦s, Juvenal Habyarimana, y al de Burundi, Cyprien Ntaryamira -suceso que hoy se considera detonante de la crisis de la regi¨®n-, la situaci¨®n de los refugiados ruandeses sigue bajo m¨ªnimos. Seg¨²n un informe de la Universidad de Aberdeen., y de Acci¨®n Internacional contra el Hambre publicado por la revista m¨¦dica brit¨¢nica The Lancel, la pelagra y el beri-beri amenazan a los ruandeses precariamente instalados en Tanzania, pa¨ªs que ahora se niega a abrir sus fronteras a los recientes huidos burundeses.
"El aporte de calor¨ªas a los refugiados ruandeses se ha reducido a iniciativa de EE UU, que es quien controla econ¨®micamente el Programa Mundial de Alimentaci¨®n", dice Virginia de la Guardia, de M¨¦dicos Sin Fronteras-Espa?a (MSF). "Se pretende as¨ª presionar a los refugiados para que vuelvan a su pa¨ªs, pero all¨ª tampoco est¨¢ claro que se pueda garantizar, por escasez de personal en la judicatura, el fin de la impunidad para los culpables de las matanzas". En esa Ruanda que lucha por poner en pie los primeros juicios por los miles de atrocidades perpetradas, los cristianos de base critican la responsabilidad, por connivencia, de la jerarqu¨ªa en la matanza de tutsis que desencaden¨® la finalmente triunfal reacci¨®n tutsi.
Diversas denuncias internacionales acusan al derrotado Ej¨¦rcito ruand¨¦s, exiliado a Zaire, de no permitir el regreso a Ruanda de los refugiados, para utilizarlos como moneda pol¨ªtica y militar. "En Bukavu y Goma (Zaire) han aterrizado hace d¨ªas aviones con armas, que s¨®lo pueden. perpetuar el conflicto" denuncia Virginia de la Guardia.
En las bambalinas del conflicto en la regi¨®n, subyace la pugna entre Francia -que apoya a los hutus, etnia mayoritaria entre los vencidos ruandeses- y EE UU, cuyos intereses se inclinan por los tutsis (que controlan el Ej¨¦rcito burund¨¦s y gozan de la simpat¨ªa de la vecina Uganda).
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