"El Estado no siempre tiene raz¨®n frente a los ciudadanos"
Pregunta. ?No lamenta haber entrado tarde en campa?a?Respuesta. No, Siempre cre¨ª que, siendo primer ministro, estaba obligado a asumir total y completamente mi funci¨®n. ?No s¨¦ lo que hubieran dicho los que ya me reprochaban hacer campa?a electoral hace meses si realmente hubiese empezado en enero! A medida que se aproxima el d¨ªa del escrutinio es l¨®gico que se me vea como el saliente. Adem¨¢s, en enero y febrero, mi Gobierno se ha encontrado con ciertas dificultades que, aunque no se me pod¨ªan atribuir, no me han hecho ning¨²n favor.
En cualquier caso, sigo confiando, ya que estoy convencido de que lo m¨¢s importante es, ante todo, la credibilidad de los candidatos y de su proyecto. Incluso si se desea un cambio en profundidad -y se tiene raz¨®n al desearlo- el pueblo franc¨¦s no est¨¢ dispuesto a creerse todas las promesas que ahora le hacen.P. Usted empez¨® su campa?a bas¨¢ndose en su balance gubernamental y luego ha cambiado sobre cuestiones como la de los salarios o la de las pensiones,
R. No es exacto. No ha habido inflexi¨®n alguna. Por ejemplo, respecto a los salarios, siempre he sido contrario a las medidas generales, autoritarias y sistem¨¢ticas. Las empresas que est¨¦n en condiciones de hacerlo deben asociar a sus asalariados a su expansi¨®n. Es l¨®gico que se discuta c¨®mo repartir los frutos del crecimiento. Yo mismo lo he propuesto, pero hay que evitar las promesas demag¨®gicas que pueden hacer desaparecer el crecimiento de manera que no haya nada que repartir.
P. Usted dec¨ªa que el ¨²nico debate aut¨¦ntico estaba entre la derecha y la izquierda, pero ahora se dispone a afrontar al otro candidato de la mayor¨ªa en una segunda vuelta.
R. Dije esto cuando se pretendi¨® que un debate de sociedad creaba. una oposici¨®n en el seno de la mayor¨ªa. Eso me pareci¨® absurdo viniendo de parte de una mayor¨ªa que ha votado masivamente a favor de todas las reformas, profundas y numerosas, que he ido proponiendo.
P. ?Qu¨¦ es lo que le opone pues a Chirac?
R. El debate entre ambos se refiere al m¨¦todo y a la concepci¨®n misma de la pol¨ªtica. No creo que haya mejor ejemplo que el de la aceptaci¨®n o rechazo de la demagogia. No reprocho a nadie, ni siquiera a Jospin, el no ser partidario de la libertad, la justicia, etc. Pero decir, por ejemplo, que no es necesario controlar los gastos de la sanidad p¨²blica y que el crecimiento, por si s¨®lo, bastar¨¢ para cubrir los d¨¦ficit, o decir que no hay que decirles a los m¨¦dicos que ellos tambi¨¦n deben contribuir al ahorro, eso considero que es mantener un discurso irresponsable.Decir que el problema de los salarios puede resolverse de manera general y sistem¨¢tica, prometer subvenciones y ayudas nuevas para todos es una manera de crear un clima de facilidad y descontrol, equivale a sugerir que todo puede hacerse al mismo tiempo. Esa actitud favorece el clima social de hoy, que amenaza con frenar el crecimiento y la creaci¨®n de puestos de trabajo.
Todo eso es falta de responsabilidad, m¨¢xime cuando adem¨¢s se abre una pol¨¦mica con el Banco de Francia, que -y tiene toda la raz¨®nquiere preservar la estabilidad monetaria para luchar contra la inflaci¨®n y en favor del empleo.
P. Usted ha renunciado a varias de las reformas que preconizaba como la del salario directo o la disminuci¨®n de la presi¨®n sobre el impuesto sobre la renta.
R. No es cierto. He rebajado de manera importante las cargas sociales y propongo seguir por esa v¨ªa. Que luego esa baja se emplee para crear empleo o para los salarios directos es una pura cuesti¨®n de oportunidad. En un momento de paro muy elevado he cre¨ªdo que la prioridad deb¨ªa ser para reducir el coste del trabajo no cualificado. Respecto al impuesto sobre la renta, la reforma est¨¢ iniciada aunque este ¨²ltimo a?o hemos tenido que aplazarla por razones presupuestarias.P. Ya no propone la ref¨®rma de la financiaci¨®n de la protecci¨®n social.
R. Es una opci¨®n. Creo que conviene, dado el clima actual, privilegiar la reducci¨®n del d¨¦ficit. Considero peligroso que, cuando se propone sustituir un tipo de financiaci¨®n por otro, se sugiera que no hay que hacer ning¨²n esfuerzo porque los ingresos necesarios para sufragar todos los gastos siempre se encuentran. ?Debe prometerse que todo es f¨¢cil y correr el riesgo de romperlo todo? ?se es el dilema de estas elecciones.
P. ?Se opone pues a la idea de recurrir a los aumentos del IVA o de la CSG (Contribuci¨®n Social Generalizada)?
R. En todo caso no creo que convenga que sean inmediatos. Ese debate es ahora inoportuno. ?Primero hay que poner orden en las cuentas! No soy de aquellos que creen que cada. a?o puede irse aumentando de un punto la CSG y que con eso todo ir¨¢ bien. El hecho de que la econom¨ªa crezca de nuevo no significa que todo vaya a ser f¨¢cil.P. Chirac le ha adelantado. ?Eso se debe a que da la sensaci¨®n de querer abrir nuevas v¨ªas mientras usted parece querer dejarlas cerradas?R. Eso es f¨¢cil de decir. Podr¨ªa enumerar las puertas que he abierto. Ustedes saben que las reformas iniciadas son numerosas y que propongo otras muchas.
P. Ha dado marcha atr¨¢s en muchas ocasiones.
R. Evidentemente, en varios casos. Me ha parecido que era mejor contemporizar que ir al enfrentamiento. ?Qu¨¦ Gobierno no ha tenido que retroceder nunca en los ¨²ltimos 15 a?os? Lo importante es la concepci¨®n que se tiene del papel del Estado. Mi convicci¨®n me lleva a creer que no siempre tiene raz¨®n frente a los ciudadanos y eso se lo dice alguien que cree important¨ªsimo mantener la autoridad de dicho Estado.P. Chirac, con sus declaraciones sobre la fractura social y su proyecto de contratos iniciativa-empleo da la impresi¨®n de tener un proyecto social.
R. ?Saben lo que significa ese nuevo tipo de contrato? Que las empresas solo querr¨¢n contratar a gente que lleve m¨¢s de un a?o en el paro. Es una medida totalmente ineficaz, que crear¨ªa pocos empleos y saldr¨ªa car¨ªsima.
P. ?Cu¨¢l es su proyecto social?
R. Podr¨ªa resumirlo diciendo que le propongo al pa¨ªs un pacto para el empleo. He escrito a los agentes sociales para pedirles que reflexionen sobre los medios necesarios para reducir el paro en, como m¨ªnimo, 200.000 parados menos cada a?o. ?se es el m¨¦todo en el que creo. ?Conviene reducir a¨²n m¨¢s las cargas sociales? ?Hay que transferirlas de la empresa al consumidor o hacia quien detenta el capital? Ese mismo problema lo hemos abordado al hablar de la protecci¨®n social.
P. ?Propone usted un pacto social?
R. S¨ª, pero necesito los interlocutores con los que poder cerrarlo. Lo he intentado en diversas ocasiones. Siempre he cre¨ªdo que la derecha comet¨ªa un grave error al propiciar la divisi¨®n sindical.
P. Respecto a la moneda ¨²nica, usted se distingue de los otros candidatos...
R. ?Afortunadamente!
P. ... Al preconizar que Francia haga todo lo posible para satisfacer los criterios de convergencia desde 1977, pero sabe que eso es imposible a menos que no se adopten medidas draconianas.
R. Imposible no. Francia satisface ya cuatro de los cinco criterios de convergencia. Respecto a la reducci¨®n de d¨¦ficit creo que podemos quedar a tan s¨®lo 30.000 millones de francos de nuestro objetivo. As¨ª pues, sin necesidad de reclamar sangre, sudor y l¨¢grimas, creo que somos capaces de alcanzar nuestra meta. Con los des¨®rdenes monetarios actuales es a¨²n m¨¢s evidente que la moneda europea es urgente para nuestros productores y exportadores. Claro que no lo resuelve todo, pero retrasar el compromiso pone en peligro el gran mercado europeo y el crecimiento. La moneda europea resuelve una parte del problema, pero quedar¨¢n otras fuera y seguir¨¢ el problema del d¨®lar. El GATT es un avance pero, si brutales variaciones monetarias, m¨¢s o menos deseadas, modifican el esp¨ªritu de los acuerdos, entonces habr¨¢ que discutir de nuevo lo aceptado en Marraquech.Copyright Le Monde / EL PA?S.
"La derecha comete un grave error al propiciar la divisi¨®n sindical"
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