?Es esto Am¨¦rica?
Los estadounidenses se preguntan qu¨¦ les ha hecho iguales al resto del mundo
"?Es esto Am¨¦rica?" "?Ha sucedido realmente?" El periodista de la emisora afiliada a la NBC en Oklahoma reproduc¨ªa la enloquecida interrogaci¨®n de millones de norteamericanos: ?qu¨¦ demonio se puede haber infiltrado en este pa¨ªs para hacernos iguales a Buenos Aires, a Beirut, a Europa?Una bomba en Nueva York es s¨®lo una bomba en Nueva York, cuya naturaleza extraorbital no representa al alma de EE UU. Una bomba en Oklahoma, una ciudad heredera de los cowboys, en la Middle America, es un atentado contra el coraz¨®n dom¨¦stico de la clase media. Simb¨®licamente, la bomba no ha estallado en un edificio oficial, sino en el empapelado cuarto de estar americano. A partir de ah¨ª ya no hay lugar donde refugiarse, no hay medio de proteger a los ni?os, es m¨¢s dif¨ªcil perseverar en la idea, de que se habita una tierra de salvaci¨®n. El edificio del sue?o americano se ve da?ado con esa misma explosi¨®n.
EE UU est¨¢ lejos de ser una sociedad segura. Es 20 veces m¨¢s probable caer asesinado en Chicago que en Barcelona. Las cat¨¢strofes naturales destruyen amplias ¨¢reas con inundaciones, terremotos y huracanes. Se produce una llamada. a los bomberos cada seis segundos y anualmente se registran 40 veces m¨¢s incendios per c¨¢pita que en Jap¨®n. Es relativamente f¨¢cil morir violentamente en el pa¨ªs, pero las causas han, sido hasta hoy intr¨ªnsecamente americanas. El terrorismo formaba parte del mundo exterior, al que EE UU sigue considerando un contramundo. "El atentado de Oklahoma", dijo el presidente Clinton en su comparecencia urgente, "es un ataque contra Estados Unidos, contra nuestro modo de vida y contra todas las cosas en las que creemos". La venganza ser¨¢ proporcionada a la magnitud de esa atribuida intenci¨®n. Ninguna autoridad, cuando ha tenido ocasi¨®n, se ha recatado en decir que los responsables pagar¨¢n con la muerte. Y, a partir de ahora, la ley antiterrorista, que titubeaba en el Congreso con dos art¨ªculos que desaf¨ªan la Constituci¨®n, puede aprobarse antes. El FBI o la CIA podr¨¢n acusar a un extranjero de terrorista sin presentar pruebas de su informaci¨®n secreta; los que entreguen donaciones a organizaciones extranjeras, estimadas como terroristas, podr¨¢n ser considerados c¨®mplices.
La furia que ha desencadenado la matanza se acent¨²a por la muerte de muchos ni?os, que en EE UU son, m¨¢s all¨¢ de seres inocentes, cuerpos benditos. Los terroristas han golpeado sobre el hogar americano y su sacrilegio llega hasta el asesinato de sus criaturas sagradas.
Por todo el pa¨ªs las banderas ondean a media asta. En la ciudad de Oklahoma son tan numerosas que evocan la consternaci¨®n de una plegaria religiosa. Las iglesias tambi¨¦n se han atestado rogando por las v¨ªctimas y los desaparecidos, porque Dios est¨¢ presente de un conf¨ªn a otro de la vida nacional. "Pido que los americanos recen, que recen por quienes han perdido sus vi das, por las familias y los amigos de los muertos y de los heridos, que recen por el pueblo de Oklahoma. Que la gracia de Dios est¨¦ con ellos", dijo Clinton. "?ste es el momento en que mucha gente se abraza a su fe", ha a?adido un pastor presbiteriano. Dios para ganar en los negocios, Dios para fortalecer al individuo, Dios para recibir consuelos y librarse de los enemigos. Dios est¨¢ por todas partes y ha reaparecido con este horror imprevisble. Y antinorteamericano.
Desde ahora la xenofobia puede crecer y, en el punto de mira, tras las primeras especulaciones, est¨¢n los ¨¢rabes y musulmanes. M¨¢s all¨¢ de esto, lo perteneciente al exterior puede cargarse para algunos de un aire m¨¢s sospechoso y execrable. La idea de vivir en "Am¨¦rica" est¨¢ asociada a residir en el mejor de los mundos posibles y preservados de hechos propios de otros ¨¢mbitos. El terrorismo es ahora una tragedia que no s¨®lo ha producido gran dolor, la realidad nacional se ha emponzo?ado con esta sustancia sat¨¢nica y la c¨®lera popular apoyar¨¢ cualquier forma de exterminio, interior o internacional, para precaverse de un nuevo contagio.
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