El Athletic gana su peor apuesta
Ha d¨ªas en los que uno no est¨¢ para nada ni para nadie. El Athletic hubiera preferido dedicar la tarde a jugar al billar antes que al f¨²tbol. En la primero, Valverde hubiera resultado magistral, en lo segundo se empe?¨®, como el resto del equipo, en una discusi¨®n est¨¦ril bien con los postes, bien con sus precariedades que condujeron al Athletic al abismo de la esterilidad. Eso s¨ª compensada por una injusta victoria. El Compostela se limit¨® a echar la red en el medio campo en espera de alguna marea favorable y s¨®lo reaccion¨® ante la adversidad.Bajo tales premisas el Athletic cumpliment¨® u?a primera mitad deplorable y una segunda parte innoble. Estad¨ªstica y no literariamente, perdi¨® m¨¢s balones de los que jug¨® y a los 10 minutos estaba ya en el div¨¢n del psiquiatra preso de un ataque de nervios que arrastr¨® uno por uno a los once presuntos futbolistas. Parec¨ªa como si el error de Valverde en la primera jugada hubiera arrastrado al conjunto hacia una profunda depresi¨®n.
Cay¨® primero el m¨¢s d¨¦bil, el joven Oscar Vales y arrastr¨® con sus errores a Larra¨ªnzar con lo que la cobertura rojiblanca qued¨® hecha un gui?apo a las primeras de cambio. Claro que entonces el Compostela no estaba programado para nada que no fuera resistir y confundir las ideas de su oponente. Ohen parec¨ªa un beduino en el ¨¢rea porque todav¨ªa Llorente y Lekumberri ejercitaban misiones m¨¢s ingratas. Si el poste le salv¨® al Compostela al principio, al Athletic le salv¨® la compasi¨®n de su oponente.
Tras un recital de inoperancia, Valverde redimi¨® sus pecados con el poste y su rechace dio en la espalda de Iru convirti¨¦ndose en gol. Entonces surgi¨® el Compostela y toda su ambici¨®n contenida durante una hora. Pero toda su voluntad choc¨® contra Valencia.
Fue una victoria tan injusta como estrafalaria. El f¨²tbol es as¨ª cuando se practica mal. Como el mus en el que a veces gana la peor apuesta.
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