Delors y su hija, 'armas secretas' de Jospin
El arma secreta de Lionel Jospin para esta segunda vuelta es poco secreta: "Jacques Delors intervendr¨¢ en todos los m¨ªtines posibles porque nadie como ¨¦l puede defender la construcci¨®n europea y nadie como ¨¦l para demostrar las contradicciones del discurso de la derecha", declaraba a este peri¨®dico un portavoz jospiniano. En la sede del Partido Socialista (PS) lo tienen claro: "Hay que poner a Jacques Chirac contra las cuerdas del rinc¨®n derecho del ring". La met¨¢fora pugil¨ªstica, muy adecuada para un Chirac que sale favorito pero sonado de esa primera vuelta presidencial, significa que Jospin necesita redescubrir a los electores, especialmente a los m¨¢s j¨®venes, que Jacques Chirac es un hombre de derechas.
Nada mejor, para lograr este objetivo, que empujarle entre los brazos de Le Pen y De Villiers, dos candidatos que, sumados sus votos, representan el 20% de un electorado antieurope¨ªsta, favorable a la reintroducci¨®n de la pena de muerte y a medidas estrictas de control de la emigraci¨®n. "A Chirac le va a costar mucho conciliar esa derecha extrema con los votantes centristas y de izquierdas que pretend¨ªa seducir con su nuevo discurso social", dicen.Europa, la Uni¨®n Europea, la diferente actitud al respecto de los dos candidatos, es la piedra de toque, la referencia inexcusable para unos socialistas que saben que el federalismo t¨ªmido de Jospin es m¨¢s f¨¢cil de explicar a los ciudadanos que "las propuestas contradictorias de un Chirac que ha de contentar a centristas y liberales procomunitarios al mismo tiempo que a gaullistas y fascistas anti-Maastricht".
De momento, Jospin ayer ya mitineaba de nuevo en Valence, y luego ir¨¢ a Carcassone, Albi, Montauban, Marsella, Mont-de-Marsan, Clermont Ferrand o Mulhouse para visitar el domingo la feria musical de Bourges, y continuar la ¨²ltima semana, de manera fren¨¦tica, hasta el jueves 4 de mayo, cuando cerrar¨¢ la campa?a en Toulouse.
El gran debate televisivo, el cara a cara Jospin-Chirac, "tendr¨¢ lugar el 2 de mayo, y en ¨¦l Lionel deber¨¢ aparecer como el outsider sereno frente a un favorito nervioso". Respecto sobre qui¨¦n podr¨ªa ser el eventual primer ministro de Jospin no hay una respuesta afirmativa, pero s¨ª muchos indicios: "Es cierto que se habla mucho de Martine Aubry [hija de Jacques Delors] y que en el transcurso de la campa?a hemos visto c¨®mo nuestros simpatizantes coreaban su nombre, pero eso no significa que exista un ticket a la americana ya decidido". Lo que s¨ª se admite entre los colaboradores de Jospin es que la llegada de Martine significar¨ªa que "los renovadores del Partido Socialista han ganado y que una nueva generaci¨®n toma el relevo". Los Fabius o Emmanuelli pueden estar de camino a la reserva en elpartido.Exito de la t¨¢ctica
Entre quienes han trabajado para Jospin durante la campana, el mayor m¨¦rito del candidato ha radicado en "haber afrontado la primera vuelta como si fuese la segunda", es decir, en no haber hecho nada por conquistar los votos de Bernard Tapie (un representante de la izquierda populista inhabilitado como candidato por la quiebra fraudulenta de sus empresas), de los ecologistas, de los comunistas, de la extrema izquierda o de quienquiera que fuese.
"?l ha defendido un programa, su programa, que no el del Partido Socialista, y ha ido convenciendo poco, a poco, al margen casi de cualquier maniobra de seducci¨®n electoral. Ahora, ante Chirac, lo tendr¨¢ m¨¢s f¨¢cil, ser¨¢ programa contra programa y el del alcalde de Par¨ªs es el de una veleta que gira seg¨²n sopla el viento", a?aden desde el equipo de Jospin.
Convertido por obra y gracia de un oportuno nuevo lema en "el presidente del verdadero cambio" -un Chirac derechizado por el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen supondr¨¢ para los estrategas del PS "el retorno del verdadero Chirac"-, Jospin se dispone a mantener su t¨¢ctica. Es un hombre r¨ªgido pero no sectario, de convicciones pero no un ide¨®logo, un profesional de la pol¨ªtica pero no hasta el punto de tener que vivir de ella, que reclama un "derecho a inventario" respecto a la herencia mitterrandiana, que ya fue sancionada por los electores en 1993, y que no habla de "voto ¨²til" sino de "voto responsable". En el adjetivo est¨¢ toda la diferencia entre el socialismo maquiav¨¦lico de los viejos mitterrandianos, hoy derrotados, y la socialdemocracia austera que propone este protestante ateo que es Lionel Jospin.
El futuro del PS
"Nadie hablar¨¢ del futuro del PS hasta el pr¨®ximo 9 de mayo. El 7 sabremos qui¨¦n es el presidente, el 8 lo dedicaremos a dormir y el 9 a poner las cosas en claro". Manuel Valls, miembro de la direcci¨®n socialista francesa, sabe que el buen resultado de Lionel Jospin -"es un hombre de s¨ªntesis que puede abrir la puerta a los j¨®venes renovadores"- desautoriza a quienes intentaron derribarle cuando se atrevi¨® a presentarse como alternativa a Jacques Delors. Algunos de los elefantes del partido -los Fabius, Quiles, Mermaz o Lang- se pusieron detr¨¢s de Emmanuelli, que se enfrent¨® a Jospin.En el PS se sabe que la sucesi¨®n de Mitterrand hace necesaria una renovaci¨®n. "En 1993 los electores nos dijeron que no quer¨ªan volver a ver las mas caras; que esos dirigentes estaban quernados". El PS pagaba el ser un partido de poder, que hab¨ªa enterrado las ideas al mismo tiempo que sal¨ªan a la luz los esc¨¢ndalos. Jospin tom¨® entonces distancias, advirti¨® a tiempo lo que pod¨ªa suceder y hoy es un hombre limpio, al que no le perjudica su pasado como ministro o l¨ªder del PS. El partido s¨®lo aplazar¨¢ su renovaci¨®n si la inminencia de las municipales obliga a enterrar el hacha. Pero algunos, como Lang, parecen reclamar que les corten ya la cabeza, al decir cosas como: "De manera natural, numerosos electores que han votado por Le Pen se unir¨¢n ahora al bando progresista".
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