Jospin promete a los franceses una presidencia 9 socialdem¨®crata de 5 a?os

Lionel Jospin plantea a los franceses la siguiente pregunta: "?Qu¨¦ dir¨ªan ustedes de un quinquenato socialdem¨®crata?". El candidato de la izquierda rechaz¨® ayer, desde las p¨¢ginas del dominical Le Journal du Dimanche, el grito de alarma conservador ante la posibilidad de encadenar 21 a?os de presidencia socialista, tras los 14 de Fran?ois Mitterrand. Jospin repiti¨® que su mandato no durar¨ªa siete a?os, sino cinco, y marc¨® distancias respecto al t¨¦rmino "socialisino". Lo suyo, declar¨® el aspirante al El¨ªseo, ser¨ªa una experiencia socialdem¨®crata "basada en la eficacia econ¨®mica, la justicia social, la democratizaci¨®n de la vida p¨²blica y la acci¨®n por la ecolog¨ªa".

En la entrevista publicada ayer por el dominical parisiense, Jospin admiti¨® que, con un 60% de los electores declar¨¢ndose de derechas, la aritm¨¦tica no le es favorable. Y reconoci¨® que no esperaba su victoria en la primera vuelta: "Me sorprendi¨®, en la medida en que yo mismo hab¨ªa interiorizado lo que dec¨ªan los sondeos".El candidato socialista se mantuvo firme, sin embargo, en su esperanza de triunfar el domingo pr¨®ximo y, despu¨¦s, alterar radicalmente el mapa pol¨ªtico franc¨¦s: "La elecci¨®n del presidente de la Rep¨²blica modificar¨¢ instant¨¢neamente la geometr¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas. Tras la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional [y la convocatoria de elecciones generales], en torno al programa que he presentado a los franceses creo poder unir a mucha gente y crear una din¨¢mica nueva".

Jospin bas¨® su esperanza en la victoria sobre el hecho de que la campa?a hubiera "cristalizado finalmente en temas aportados y desarrollados por la izquierda: la igualdad de oportunidades, la laicidad, la lucha contra la marginaci¨®n social, etc¨¦tera".

La, estrategia de Jospin para los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a est¨¢ perfectamente definida: los votos, se buscan en el centro. Para atraer a la vol¨¢til masa de votantes moderados y m¨¢s bien europe¨ªstas que, tradicionalmente, decanta la balanza hacia u?o u otro candidato, Jospin ha colocado a Jacques Delors como mascar¨®n de proa de su proyecto.

El ex presidente de la Comisi¨®n Europea ejerce un irresistible atractivo para millones de franceses. Su imagen de funcionario gris, competente, riguroso y honesto, negado para la demagogia, capaz de trabajar con los gaullistas (como cerebro de la planificaci¨®n econ¨®mica) y ser anos despu¨¦s ministro de Finanzas socialista, resulta bals¨¢mica para un gran n¨²mero de electores que, como en la primera vuelta, dudan a¨²n sobre qu¨¦ candidato situar en la presidencia.

Delors, primer ministro

En el entorno de Jospin se sugiere con insistencia que Delors podr¨ªa ser primer ministro, aunque ¨¦ste lo haya desmentido ya varias veces con toda rotundidad. Desde el jueves, Delors no niega nada. Deja que digan, porque el rumor, aunque sin fundamento, refuerza las posibilidades de la izquierda. En cualquier caso, siempre se?ala la necesidad de que una nueva generaci¨®n tome el relevo.

El s¨¢bado, en una entrevista a Le Monde, Delors manifest¨®: "En la Francia de ma?ana hay sitio para todo el mundo, pero la gran suerte de Lionel Jospin consiste en poder apoyarse sobre una nueva generaci¨®n de hombres y mujeres, con el esp¨ªritu nuevo y en perfecta ¨®smosis con la sociedad". Qued¨® impl¨ªcito que a la cabeza de esa nueva generaci¨®n estaba su hija, Martine Aubry.

Jospin procura por todos los medios alejarse del pasado reciente del Partido Socialista (PS). Los Laurent Fabius, los Michel Rocard, los Jack Lang, todas las viejas caras del PS que los franceses mandaron al limbo pol¨ªtico en las elecciones generales de 1993, permanecen semiocultos. Al frente de la candidatura s¨®lo figuran el propio Jospin y los Delors, padre e hija, una pareja no involucrada en casos de corrupci¨®n y con una actitud cr¨ªtica respecto al balance global de Mitterrand.

Existe todav¨ªa un 20% de indecisos, un porcentaje capaz de dar un vuelco al ¨²ltimo sondeo publicado antes de la semana de silencio de encuestas: 55% para Chirac, 45% para Jospin. Las opiniones deber¨ªan quedar sedimentadas a partir del debate televisado de ma?ana, por lo que ambos candidatos preparan a conciencia el decisivo envite.