Las ONG deciden permanecer en Burundi y Ruanda pese a la explosiva situaci¨®n
Los campos han mejorado sanitariamente, pero la amenaza de exterminio no cesa
Las ONG con presencia en Burundi y Ruanda han decidido permanecer sobre el terreno, para proteger a las v¨ªctimas del genocidio, pese a que los supervivientes pueden ser utilizados como ejecutores, carne de ca?¨®n o moneda pol¨ªtica. El debate entre esas organizaciones ya se plante¨® hace meses y ahora se repite, dado que la ra¨ªz del problema sigue sin soluci¨®n internacional. Un equipo de M¨¦dicos del Mundo y miembros de Medicus Mundi acaban de volver de la zona y encaran el futuro con esperanza provisional, pero con la certidumbre de que la espada de Damocles se cierne sobre el coraz¨®n de ?frica.
Burundi a¨²n no es Ruanda. S¨®lo han Muerto unos 100.000 de los seis millones de habitantes. Pero en la zona lindante con Ruanda, Zaire o Tanzania -fronteras cerradas- hay ya casi 200.000 desplazados, unos en campos precarios, otros vagando por una geograf¨ªa del terror -Bubanza, Magara, Majuri, Mingano, Nbamba-, y todos a la espera del estallido. En la capital, Bujumbura, toque de queda. Todo el mundo habla de armas clandestinas, y teme que las matanzas de Ruanda entre hutus y tutsis est¨¦n al caer en Burundi. Y mientras, en Ruanda, sigue la tensi¨®n: el intento del Ej¨¦rcito de cerrar *el campo de desplazados de Kibeho -cerca de la frontera burundesa- para acabar con los extremistas hutus armados, ha causado la semana pasada 2.000 v¨ªctimas."Las ONG sobre el terreno y la organizaci¨®n de la ONU para los refugiados, ACNUR, hemos. tenido un fuerte y realista debate sobre si deb¨ªamos o no quedarnos en la zona", dice la presidenta de M¨¦dicos del Mundo, Pilar Est¨¦banez. "Hemos decidido permanecer. Es importante que la opini¨®n p¨²blica sepa las dudas que tenemos, y por qu¨¦ nos quedamos".
Garant¨ªa
Est¨¦banez reflexiona en voz alta: "Sabemos que los campos de refugiados hutus en Zaire est¨¢n controlados por asesinos que perdieron1a guerra y que esperan montar un ej¨¦rcito de reconquista. Sabemos que quedarnos es, pues, prolongar la- situaci¨®n b¨¦lica. Si no estuvi¨¦semos las ONG, la guerra se acabar¨ªa definitivamente, porque una etnia masacrar¨ªa a la otra". Y expone la conclusi¨®n del debate: "Pero creemos que nuestra presencia, aparte de la ayuda sanitaria a mujeres, ni?os y adultos no asesinos, es la ¨²nica garant¨ªa de que no llegue el ba?o de sangre".
En Burundi esa garant¨ªa es m¨¢s necesaria que nunca. "El que sigan all¨ª las ONG significa m¨¢s informaci¨®n", dice Est¨¦banez, "y por tanto m¨¢s presi¨®n para que los poderes internacionales tomen de una vez las imprescindibles medidas pol¨ªticas. Est¨¢s all¨ª, ves lo que pasa y te dices: ?c¨®mo es posible que estamos esperando a que empiecen a matarse? Hay que forzar la acci¨®n pol¨ªtica".
La zona entera es un hormiguero de desplazados y refugiados. En Kibeho, antes de la ¨²ltima matanza, hab¨ªa unas 200.000 almas; por las cercan¨ªas se calcula que vagan sin destino unas 60.000 personas. Para las ONG montar una infraestructura para atenderlos en Burundi implica, hoy por hoy, desplazar a personal desde Goma (Zaire) a Bubanza (Burundi) y de all¨ª a la frontera con Ruanda. Mientras, Unicef trata de atender a los numerosos- ni?os sin familia -fen¨®meno com¨²n a todos los campos- y negocia con el Gobierno ruand¨¦s asegurar el suministro de agua con camiones cisterna.
El pasado s¨¢bado Zaire sugiri¨® que podr¨ªa repatriar a los refugiados ruandeses, lo cual dar¨ªa un giro a¨²n dram¨¢tico a los hechos. De momento la situaci¨®n en Bukavu y Goma, desde el punto de vista sanitario, ha mejorado. Desciende la mortalidad. Las calor¨ªas recibidas por refugiado han vuelto a subir a 1.200, despu¨¦s de que Estados Unidos las hubiese dejado bajar para forzar a la gente a retornar a Ruanda.
Un retorno que podr¨ªa responder a las intenciones pol¨ªticas del Gobierno ruand¨¦s, que apuntan a intentar recobrar el funcionamiento normal de un pa¨ªs brutalmente desgarrado por las venganzas; pero el Ej¨¦rcito ruand¨¦s est¨¢ embarcado en acciones como la matanza de Kibeho, condenada esta semana por la Uni¨®n Europea y por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Las fuerzas armadas legales est¨¢n integradas mayoritariamente por tutsis que combatieron largos a?os apoyados desde sus bases en Uganda, a cuyo presidente Museveni hab¨ªan anteriormente ayudado a conquistar el poder y empezar a pacificar su Estado.
"ACNUR tiene la idea de trasladar los campos de Goma a Ruanda, pero las ONG vemos enormes dificultades para llevarlo a cabo y queremos, si ese regreso finalmente se produce, acompa?ar a los refugiados y permanecer con ellos en su nuevo emplazamiento, para protegerles el mayor tiempo posible", se?ala Est¨¦banez. ACNUR proyecta que en la zona se queden dos o tres ONG: una de ellas ser¨ªa M¨¦dicos del Mundo.
En Goma hay actualmente unos 150.000 refugiados, y a los miles de tiendas se agrega una cierta infraestructura no s¨®lo sanitaria: hay alg¨²n hotel y tres casas de prostituci¨®n.. "Queremos empezar a trabajar con esas mujeres", dice Est¨¦banez, experta en sida, "porque se pueden lograr resultados: en Nairobi (Kenya), el 70% de las prostitutas ya usa cond¨®n, lo cual est¨¢ claro que significa un avance desde el punto de vista sanitario".
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