Flujo intestinal
El balneario de Battie Creek (The road to Weilville)
Director: Alan Parker. Gui¨®n: A. Parker, seg¨²n la novela de T. Coraghessan Boyle. Fotograf¨ªa: Peter Biziou. M¨²sica: Rachel Portman. Producci¨®n: A.Tarker, Annyan Bernstein y Robert Collesberry para Dirty Hands, Estados Unidos, 1994. Int¨¦rpretes: Anthony Hopkins, Bridget Fonda, Matthew Broderick, John Cusack, Dana Harvey. Estreno en Madrid: Vel¨¢zquez, Vaguada, Plaza Aluche, Callao, Bristol, Liceo, Ciudad Lineal.
Amante de las paradojas, de las situaciones surreales y de los personajes exc¨¦ntricos, T. Coraghessan Boyle escribi¨® una novela, tan extra?a como su nombre, que ten¨ªa como finalidad trazar el retrato muy poco ortodoxo del doctor John Karvey Kellogg, el inventor de los copos de cereales, obseso de la diet¨¦tica y del buen funcionamiento intestinal, uno de esos poco entra?ables locos seudocient¨ªficos que poblaron los pa¨ªses anglosajones en la belle ¨¦poque, creador de un balneario de moda para los ricos de Estados Unidos, adem¨¢s de un pr¨®spero negocio con los hoy tan populares copos de ma¨ªz.El filme de Alan Parker se comporta, sobre todo en su primera mitad, como una comedia siempre sorprendente, capaz de mostrar los disparates diet¨¦ticos m¨¢s sonrojantes con la misma imperturbabilidad con que los defiende su creador, Kellogg, a quien, Anthony Hopkins presta todo su talento, que no es poco. Parker impone un tono a medio camino entre el vodevil teatral y el slapstick del cine mudo, alejado de la pretenciosidad vac¨ªa de las pel¨ªculas anteriores de su creador, de El expreso de media noche a Birdy, por citar s¨®lo un par de ejemplos.
Pero, una vez superada la primera mitad, la pel¨ªcula empieza a hacer agua b¨¢sicamente por dos factores: uno, por el escaso rendimiento que Parker, aqu¨ª tambi¨¦n en funciones de guionista y productor, extrae de una segunda historia que mezcla con la del balneario de Kellogg, la de un ambicioso inversionista que aspira a convertirse en millonario, y dos, porque una vez planteadas en el balneario todas las situaciones imaginables, y algunas m¨¢s, ¨¦stas comienzan a repetirse en un ceremonial escatol¨®gico que se agota en sus propios presupuestos.
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