Los seguidores de Jospin le aclaman con igual entusiasmo que si hubiera ganado
Le recibieron como a un triunfador. Varios miles de militantes de izquierda, en su mayor¨ªa j¨®venes, recibieron anoche a Lionel Jospin casi como a un h¨¦roe. La fiesta de su candidatura fue todo, menos amarga.
Desde media tarde los seguidores se hab¨ªan concentrado -pegatinas de su l¨ªder en la camisa, camisetas exhibiendo la palabra inglesa left, un tercio de corbatas, y banderitas francesas-, en la Casa de la Qu¨ªmica, junto a la Asamblea Nacional. Jospin lleg¨® sobre las ocho y media: fue ovacionado, manoseado y apretujado, hasta el total desbordamiento del servicio de seguridad. Su breve mensaje fue interrumpido a cada p¨¢rrafo. Tambi¨¦n cuando felicit¨® al ganador, en contraste con los pitos dedicados a los j¨®venes chiraquistas que exhib¨ªan su perfume de victoria por las pantallas de televisi¨®n.
El momento m¨¢s emocionante lleg¨® al anunciar su l¨ªder que el movimiento de renovaci¨®n fraguado con su candidatura "no se parar¨¢ porque es portador de esperanza", y porque "hay que preparar el triunfo de ma?ana".
"Nos falt¨® una semana"
En ese instante se pas¨® de los v¨ªtores Jospin, Jospin, al cl¨¢sico lema de 1968 "Esto no es m¨¢s que el principio, continuemos el combate ". Pero lo entonaban los veintea?eros. "Nos falt¨® una semana", comentaba Jean Paul, joven cineasta. "El 48% es un ¨¦xito y un desmentido de que la izquierda haya desaparecido", asent¨ªa Christine.
Encajaron la derrota como si fuera una aut¨¦ntica victoria. Erick, uno de los voluntarios, joven periodista, no pudo ocultar un deje de frustraci¨®n: "Despu¨¦s del mitin de Toulouse, cre¨ª que llegar¨ªamos a ganar". Y con esta agridulce sensaci¨®n despidieron a su l¨ªder, quien estrech¨® manos, sali¨® al balc¨®n para saludar, sud¨®, sud¨®, sonriente. "Merci Lionel merci", cantando este lema le dijeron hasta luego.
La fiesta segu¨ªa, pero todos eran conscientes de que la victoria resultaba algo extraordinariamente dif¨ªcil.
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