Rafael Dieste en el D¨ªa de las Letras Gallegas
El autor de 'F¨¦lix Muriel' encontr¨® la Galicia ideal en el exilio
El D¨ªa de las Letras Gallegas, que se celebra hoy, est¨¢ dedicado al escritor Rafael Dieste (1899-1981). Llamabas a, la puerta de su piso coru?¨¦s y respond¨ªa desde dentro con una melod¨ªa de piano. Su buen bi¨®grafo, Luis Rei N¨²?ez (A traves¨ªa dun s¨¦culo, Edici¨®s do Castro, 1987), lo define como "un tipo al margen". Una manera de decir que era un personaje excepcional.La poeta Pilar Pallar¨¦s rescata un texto le¨ªdo el 25 de julio de 1947 en Buenos Aires en el que Rafael Dieste rememoraba tres momentos decisivos que le abrieron los ojos a los misterios de la existencia. Cuando, antes de saber hablar, escuch¨® su propio llanto por un miedo nocturno: "Existo, luego soy un misterio amenazado". La primera vez que subi¨® a un barco en su Rianxo natal y sinti¨® la confianza en la 11 geometr¨ªa del agua y del aire y del espacio". Y cuando se fij¨® en un marinero y descubri¨® el ser humano en aquel otro que contemplaba "las fabulosas nubes amaestradas". Antes de tomarlo como una exageraci¨®n sentimiental, atiendan a lo que vino luego: "En primer lugar, porque el mundo, al menos mirado desde all¨ª, no tiene partes".
En la infancia de Dieste hay otro destello fundacional. Se sube a un barril y anuncia a sus compa?eros de juego: "?No hay infierno!".
Hab¨ªa nacido en 1899. Cuando falleci¨®, el 15 de octubre de 1981, conservaba su mirada de ni?o. El autor de Dos arquivos do trasno (1926), Historias e invenciones de F¨¦lix Muriel (1943, reeditado en Espa?a en 1974) o Rojo farol amante (1933), nunca. se pleg¨® a la condici¨®n de adulto coleccionista de sellos. Sigui¨® toda la vida enfrent¨¢ndose al misterio. Lleg¨® a jug¨¢rsela durante a?os, la vida, en el empe?o por resolver enigmas geom¨¦tricos y matem¨¢ticos a los que ¨¦l. daba una dimensi¨®n filos¨®fica. De ese desaf¨ªo naci¨® su Testamento geom¨¦trico (1975).
Tambi¨¦n se jug¨® la vida por la Rep¨²blica.
La perplejidad ante las inquinas fratricidas que desangraban el campo republicano del joven voluntario ingl¨¦s de Tierra y libertad, la ¨²ltima pel¨ªcula de, Loach, me hizo recordar otra vez la mirada de Rafael Dieste. Hay gente que va por la vida como si llevara una bo?iga en lugar de bigote. Todo lo contrario era Dieste. El camino de la vida le ol¨ªa a hierbabuena e hinojo. En los a?os de esperanza, hab¨ªa recorrido pueblo a pueblo con las Misiones Pedag¨®gicas. Encontr¨® tesoros populares y tambi¨¦n el amor, el de su compa?era extreme?a, Carmen Mu?oz.
Durante la guerra dedic¨® sus esfuerzos a unir voluntades. Cre¨® Hora de Espa?a, "no s¨®lo la mejor revista de aquella guerra, sino la mejor de cualquier guerra", como escribe Luis Re? Mu?oz. Su amigo, el pintor surrealista Granell, trotskista afiliado al POUM, lo recuerda al margen de facciones, apreciado por marxistas, anarquistas o republicanos a secas. Era un hombre de vivas y no de mueras. En una entrevista me cont¨® c¨®mo en el transcurso de una manifestaci¨®n estudiantil contra la dictadura de Primo de Rivera, en Santiago, la multitud gritaba "?Muerte al dictador!". Cuando se hizo el silencio, ¨¦l grit¨®: "?Viva Unamuno!". Invocar el nombre del exilado era para ¨¦l la manera m¨¢s certera de desacreditar al r¨¦gimen. En el momento actual, la mejor literatura gallega constituye una especie de "Galicia al margen". Los tres ¨²ltimos homenajeados, Eduardo Blanco-Amor, Luis Seoane y Dieste, encontraron la Galicia ideal en el exilio. Por esos misterios imprevisibles, fruto de la tenacidad de una minor¨ªa, el D¨ªa de las Letras Gallegas tiene una importante dimensi¨®n so cial. Por exigencias del gui¨®n, los pol¨ªticos tendr¨¢n que citar al autor de F¨¦lix Muriel.
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