El Papa admite que la Iglesia tard¨® en reconocer la amenaza nazi
"Por desgracia, no nos dimos cuenta de que, cuando se llega a pisotear la libertad, se ponen las condiciones para un peligroso deslizamiento hacia la violencia y el odio, precursores de la cultura de la guerra", admite Juan Pablo II en la carta, dada a conocer ayer por el cardenal Roger Etchegaray, que ha dirigido a todos los jefes de Estado y Gobierno con motivo del 50?aniversario del fin de la II Guerra Mundial.Esta frase del Pont¨ªfice se refiere inequ¨ªvocamente a la amenaza del r¨¦gimen nazi, aunque puede extenderse tambi¨¦n a la que representaron las dictaduras comunistas.
"No fue dif¨ªcil a los jefes conducir a las masas a la elecci¨®n fatal [de la guerra]", a?ade, en efecto, el Papa, "mediante la afirmaci¨®n del mito del hombre superior, la aplicaci¨®n de pol¨ªticas racistas o antisemitas, el desprecio hac¨ªa la vida de cuanto eran considerados in¨²tiles a causa de enfermedades o marginaci¨®n, la persecuci¨®n religiosa o la discriminaci¨®n pol¨ªtica, la reducci¨®n progresiva de las libertades por medio del control policial y el condicionamiento psicol¨®gico derivado del uso unilateral de lo medios de comunicaci¨®n social".
Juan Pablo Il estima, adem¨¢s en el documento que "los cristianos de Europa deben pedir perd¨®n, a¨²n reconociendo que fueron diferentes las responsabilidades en la construcci¨®n del aparato b¨¦lico".
En este aniversario, marcado por el recrudecimiento de la guerra en la antigua Yugoslavia, el Pont¨ªfice advierte que, a pesar de la magnitud de un conflicto que gener¨® horrores como Auschwitz e Hiroshima, "no se ha entendido que no se edifica una sociedad digna de la persona humana sobre la destrucci¨®n", ni que "la guerra es incapaz de da la justicia".
Rechazo del racismo
"La cultura de la paz se construye rechazando radicalmente cualquier forma de racismo y de intolerancia, no cediendo e modo alguno a la propaganda racista, controlando los aspecto econ¨®micos y pol¨ªticos, rechazando con decisi¨®n cualquier forma de explotaci¨®n", sostiene el Papa.
Juan Pablo II invita tambi¨¦n a los j¨®venes, sujetos destacado de su mensaje, a "amar a lo otros pueblos como al tuyo", y les llama a "vigilar atentamente frente al resurgir de la cultura de odio y de la muerte" y a rechazar "las ideolog¨ªas obtusas y violentas, as¨ª como cualquier forma de nacionalismo exasperado y de intolerancia". "Estas son las v¨ªa por las que se introduce insensiblemente la tentaci¨®n de la violencia y de la guerra", a?ade e Papa.
Juan Pablo II se?ala, por otra parte, la necesidad de reforzar las medidas preventivas. "Es preciso disponer de eficaces instrumentos de control del mercado internacional de las armas y juntos proyectar estructuras adecuadas de intervenci¨®n en caso de crisis", afirma en otro momento de la carta Karol Wojtyla.
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