Casagrande 'el joven' gana en un santiam¨¦n
La dura realidad del Giro dictado por Tony Rominger indica que a corredores que sal¨ªan con cierto tipo de aspiraciones ya no se les caen los anillos por conformarse con intentar ganar una etapa y no dudan en infiltrarse en un campo hasta hace poco reserva de unos cuantos especialistas y orgullo de gregarios: la escapada bid¨®n; un grupo de desheredados se pone de acuerdo, normalmente en la resaca de una etapa dura y batallada, y a la chita callando intenta fugarse de la dictadura del pelot¨®n sin ruido; cuando ¨¦ste despierta ya es muy tarde para alcanzarlos y lo ¨²nico que intenta es salvar las apariencias, que la ventaja de los fugados no sea escandalosa o que no sirva para que alguno de los escapados piense que puede hacer algo m¨¢s que ganar etapas por este medio.En esta tesitura se vio ayer involucrado el otrora flamante Erik Breukink. La gran esperanza frustrada del 64, que ya viajaba en la general con casi siete minutos de retraso, se junt¨® a un verdadero especialista -Sorensen, punta de lanza del equipo m¨¢s especialista en estos movimientos, el MG-, a cinco veteranos curtidos en miles de kil¨®metros -Chiesa, la sombra de Chiappucci, Mantovan, Giraldi, Gelfi y Zanatta-, a un sprinters que buscaba huir del ominoso poder de Cipollini -Svorada- y a dos j¨®venes que quieren darse a conocer -Arrieta y Filippo Casagrande, el hermano peque?o del tercero en la general, Francesco-. Y ese variopinto c¨®ctel funcion¨®.
Cuando son¨® la alarma en el pelot¨®n faltaban 50 kil¨®metros para la meta y la decuria se acercaba a los 10 minutos de ventaja. Demasiado para el orgullo de un Rominger que no quer¨ªa ver por delante de ¨¦l a un incordi¨®n Sorensen -uno de los pocos que le hizo sombra en la contrarreloj del domingo- ni al hundido Breukink. El Mapei, -encabezado por Arsenio Gonz¨¢lez- se puso a trabajar; responsabilidad del l¨ªder; su director, Juan Fern¨¢ndez, logr¨® el apoyo de un Mercatone Uno a quien la historia ni le iba ni le ven¨ªa -se ve¨ªa que era imposible anular la escapada para que Cipollini ganara su tercera etapa-, y la ventaja r¨¢pidamente decreci¨®.
Por delante, la fusi¨®n del c¨®ctel se acab¨® en cuanto se enfrentaron a un puerto de tercera. All¨ª los m¨¢s fuertes dejaron a los d¨¦biles. Arrieta no aguant¨® el tir¨®n de Sorensen y Chiesa, pero s¨ª Breukink y Casagrande.
Filipo Casagrande es un debutante en el profesionalismo. Tiene 21 a?os y es el m¨¢s joven de los 198 inscritos en el Giro. Parec¨ªa que no ten¨ªa nada que hacer ante hombres que le sacaban 10 a?os y miles de kil¨®metros de experiencia. Ante hombres como Sorensen, especialista en cl¨¢sicas y ese tipo de llegadas. 0O ante la clase de Breukink. Pero fue el m¨¢s listo. Se aprovech¨® de la suficiencia de Sorensen, a quien hab¨ªa cogido la rueda como un consumado llegador.
Super¨® al dan¨¦s con tal facilidad que literalmente gan¨® en un santiam¨¦n. El jovencito Filippo tuvo tiempo de santiguarse antes de levantar los brazos en ganador.
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