Dimisi¨®n inesperada del primier ministro liban¨¦s, Rafic Hariri
La familiar sensaci¨®n de incertidumbre volvi¨® ayer a las remozadas calles de Beirut tras la intempestiva dimisi¨®n del multimillonario primer ministro Rafic Hariri. Disputas internas, intrigas pol¨ªticas, una racha de huelgas y sobre todo la fatiga de tanto lidiar con los problemas de un pa¨ªs por excelencia beligerante y complicado impulsaron al arquitecto de la recuperaci¨®n del L¨ªbano a decir basta.Fue la ausencia del t¨¦rmino "irrevocable" en la carta que Hariri entreg¨® al presidente maronita Elias Haraui a mediod¨ªa lo que tranquiliz¨® a los que se tem¨ªan lo peor. Por eso, en la bulliciosa y competitiva comunidad de cambistas de la c¨¦ntrica calle Hamra hab¨ªa todo menos p¨¢nico. Ofreciendo un grueso fajo de liras libanesas un viejo cambista ambulante dijo: "Te apuesto esto a, que Hariri vuelve".
Desde que el primer ministro sunn¨ª de 50 a?os se embarc¨® en octubre de 1992, con el indispensable apoyo de Siria, en la tarea de extraer al L¨ªbano del caos, su mejor arma ha sido amenazar con irse. En dos ocasiones ofreci¨® su renuncia. A fines del a?o pasado, cuando el actual presidente del Parlamento y ex jefe de la milicia shi¨ª Amal, Nab¨ª Berri, se convirti¨® en un incordio, Hariri se declar¨® en huelga.
Quiz¨¢s el ¨²nico lujo que no puede permitirse uno de los hombres m¨¢s ricos de Oriente Pr¨®ximo es alterar el plan de Siria en el L¨ªbano. Hariri ha transformado el L¨ªbano en el muestrario de la recuperaci¨®n socioecon¨®mica tras 15 a?os de atroz guerra civil. Hoy Hariri est¨¢ inc¨®modo porque 'Berri y sus seguidores musulmanes en el Parlamento quieren agitar el asunto de la pr¨®xima elecci¨®n presidencial prevista para noviembre pr¨®ximo. Que se sepa, Haraui, que es cristiano maronita, no tiene objecciones para quedarse en el puesto otros seis a?os.
En su carta de dimisi¨®n, Hariri hizo un puntilloso inventario de sus logros como primer ministro. Cit¨® la recuperaci¨®n de la lira libanesa, la renovaci¨®n de la confianza de los inversores extranjeros en un pa¨ªs que era sin¨®nimo de anarqu¨ªa, corrupci¨®n y terror y que hoy, dijo sin dejar de dar cr¨¦dito a Siria, vive una estabilidad pol¨ªtica y bonanza econ¨®mica impensables a?os atr¨¢s.
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