El 'caso Agusta', prueba de fuego del centro izquierda en las elecciones belgas
Las aspas de los helic¨®pteros Agusta provocan remolinos contradictorios. Su ¨²ltimo giro, la liberaci¨®n, el viernes, de los cuatro dirigentes del partido socialista flamenco (SP) encarcelados por este caso de corrupci¨®n (comisiones ilegales por la compra de 46 helic¨®pteros militares) es una baza para detener el augurado -aunque escaso- descenso del SP. Su mantenimiento es requisito imprescindible para renovar la coalici¨®n cuatripartita de centro-izquierda que encabeza el socialcristiano Jean Luc Dehaene.
El alcance del empuje liberal y de la ultraderecha son las otras dos grandes inc¨®gnitas de las primeras elecciones legislativas y regionales que celebra la B¨¦lgica federal. Hoy, 7,2 millones de ciudadanos estrenan en las urnas el dise?o federal pactado en 1993. Elegir¨¢n el Congreso, el Senado y cuatro parlamentos regionales (Flandes, Valonia, Bruselas y regi¨®n german¨®fona). La campa?a se ha polarizado en la pol¨ªtica socioecon¨®mica. Los grandes partidos han puesto sordina a la pol¨¦mica sobre la corrupci¨®n. Pero ¨¦sta acabar¨¢ influyendo en el resultado.Influye sobre todo en Flandes, regi¨®n cuna de primeros ministros, porque el cargo lleva aparejada el biling¨¹ismo obligatorio, aptitud de la que carecen los franc¨®fonos. Este norte rico es el feudo de los socialcristianos de Dehaene (26,97% en las legislativas de 1991), a quien las encuestas le auguran un descenso muy leve. El segundo partido, el SP, obtuvo el, 19,6% en 1991, pero pag¨® la factura. del. desempleo en las europeas y municipales de 1994, y las encuestas le pronostican un leve descenso adicional por el caso Agusta. Suficientes factores, uno y otro, para verse desbordado por el empuje del partido liberal (19,02% en 1991), tan brioso, que aspira en las encuestas a superar a los democristianos.
"Si el SP pierde cuatro o cinco puntos, ser¨¢ el funeral para la coalici¨®n de centro-izquierda", calcula el profesor Andrea Rea, del Instituto de Sociolog¨ªa de la Universidad Libre de Bruselas. La liberaci¨®n de los cargos encarcelados del SP, a 36 horas de la elecci¨®n, puede frenar el voto de castigo de sus electores. Se salvar¨ªa as¨ª la coalici¨®n, porque la otra gran regi¨®n, Valonia, dar¨¢ menos sorpresas: revalidar¨¢ su fidelidad a los socialistas, que disminuir¨¢n bastante su 39,2% de 1991, pero quedar¨¢n, seg¨²n las encuestas, todav¨ªa 10 puntos por encima de sus seguidores, los liberales, que aspiran a un ligero sorpasso de los democristianos, quedando ¨¦stos en tomo al 20%, poco menos que en las anteriores legislativas.
Pero nada est¨¢ claro, y menos con el n¨²mero de indecisos de las ¨²ltimas encuestas, el 30%. ?Cu¨¢les son las alternativas al continuismo? Complicadas. Lo ¨²nico probable es que la democracia cristiana siga siendo la columna vertebral de cualquier combinaci¨®n, como en sus buenos viejos tiempos lo fue la DC italiana, gracias a que ocupa el terreno central program¨¢tico.
La alianza laica azul-roja, liberales-socialistas, se revela imposible por la radicalizaci¨®n thatcheriana de los primeros . S¨®lo quedar¨ªa la salida del giro hacia el centro-derecha: liberales y socialcristianos. Pero lleva consigo una dificultad, es asim¨¦trica, no exportable a los gobiernos regionales, especialmente a la Valonia socialista, y ello har¨ªa m¨¢s compleja la gesti¨®n de las competencias de cada nivel de gobiemo, que est¨¢n muy entrelazadas. Adem¨¢s, tanto los l¨ªderes, liberales como los socialistas han afirmado en1os ¨²ltimos d¨ªas que o est¨¢n en todos los gobiernos o en todas las oposiciones.
Otra posibilidad es la tripartita (o sextapartido: socialcristianos-socialistas-liberales de las (los vertientes, franc¨®fona y neerland¨®fona). No tiene m¨¢s antecedente que un a?o escaso, cuando la transici¨®n al federalismo, en los primeros ochenta. Y dejar¨ªa a. la ultraderecha como ¨²nica altemativa. Las negociaciones para formar el Ejecutivo se prometen pl¨²mbeas y procelosas.
El morbo lo ofrecer¨¢ la elecci¨®n al Senado, que en el dise?o federal se convierte en una "C¨¢mara de sabios" para dilucidar conflictos competenciales entre distintas c¨¢maras e intervenir en las reformas constitucionales. Por vez primera, todos los l¨ªderes se enfrentar¨¢n entre s¨ª, porque han decidido concurrir a esta C¨¢mara y no al Congreso. Esta competici¨®n directa medir¨¢ su liderazgo personal. Algo ins¨®lito en la historia belga, pues hasta ahora cada uno se refugiaba en su circunscripci¨®n, m¨¢s peque?a, y evitaba el cara a cara con los rivales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.