La Marina no quiere un casino en su barco
Anclado en el Misisip¨ª, el viejo "D¨¦dalo" puede acabar siendo un local de apuestas
El portahelic¨®pteros D¨¦dalo, durante a?os el buque insignia de la Armada espa?ola, se encuentra amarrado en el r¨ªo Misisip¨ª a la espera de una decisi¨®n sobre su futuro. El barco, que represent¨® la cota m¨¢s alta de capacidad b¨¦lica espa?ola en los a?os sesenta y setenta, dej¨® de navegar en 1989. Espa?a lo vendi¨® por un d¨®lar a la Fundaci¨®n USS Cabot D¨¦dalo, de Nueva Orleans, con la condici¨®n de que se hiciera un museo naval a bordo.En 1994, cinco a?os despu¨¦s, y con una deuda millonaria que hab¨ªa ido neutralizando los diversos proyectos de reconversi¨®n del D¨¦dalo, Espa?a renunci¨® a la cl¨¢usula del museo y a sus derechos de propiedad, a cambio del compromiso de que el buque no se transformara en un casino flotante. La posici¨®n espa?ola impl¨ªcaba rechazar cualquier opci¨®n que no fuera la del desguace. De esto hace ocho meses y el buque sigue esperando.
El D¨¦dalo fue cedido en leasing por la Marina norteamericana a Espa?a despu¨¦s de la Il Guerra Mundial. Tras haber prestado sus servicios durante m¨¢s de 40 a?os, fue retirado en 1989 y, a partir de ese momento, comenz¨® la incierta singladura del buque. El transporte del portahelic¨®pteros a Nueva Orleans iba a costar medio mill¨®n de d¨®lares (gastos de tripulaci¨®n y de combustible), pero la factura termin¨® siendo de 800.000 d¨®lares porque se cruz¨® un hurac¨¢n y hubo que interrumpir la traves¨ªa, repostar, ampliar las jornadas...
Cuando la deuda de la fundaci¨®n que presid¨ªa ¨¦l empresario Blaine Curran ascend¨ªa a 150 millones de pesetas -debido a la acumulaci¨®n de gastos del traslado y a las reparaciones que hubo que hacer por una estancia descuidada en puerto- la Legi¨®n Americana, la principal organizaci¨®n privada de veteranos de EE UU, que ya hab¨ªa contribuido a pagar 750.000 d¨®lares de los gastos, asumi¨® la totalidad de las deudas. El dinero se acab¨® y nadie sab¨ªa qu¨¦ hacer con un barco que s¨®lo produc¨ªa gastos.
La intenci¨®n de hacer un museo era razonable: seg¨²n la Sociedad Hist¨®rica, el D¨¦dalo es el ¨²ltimo de los portahelic¨®pteros construidos en los a?os cuarenta y tiene un lugar en la lista de "especies mar¨ªtimas en peligro de extinci¨®n". Pero la Sociedad Hist¨®rica no pas¨® de dar consejos.
No faltaron iniciativas para aprovechar el cascar¨®n: Singapur quer¨ªa hacer un restaurante, Jap¨®n ofreci¨® cinco millones de d¨®lares, la empresa del multimillonario Donald Trump valor¨® la posibilidad de hacer un casino flotante en el Misisip¨ª-y un grupo de empresarios de Ohio recaud¨® un mill¨®n de d¨®lares para llevarlo a Cleveland. El propio Blaine Curran, presidente de la fundaci¨®n, es propietario de una empresa de carrozas para desf¨ªles y podr¨ªa haber tenido inter¨¦s en la reconversi¨®n del buque.
Pero todas las posibilidades se han estrellado contra el pasivo acumulado y contra la voluntad del Gobierno espa?ol de no dedicar el barco a juergas y actividades mundanas.
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