EL PALCO... EN CANAL
San Isidro labrador, que dice la leyenda, fall¨® en Las Ventas. Estaba de boda, parece ser. Y fall¨® un dictador de los m¨¢s asesinos de la historia, que sin escr¨²pulos, una pistola en cada mano, hubiese tiroteado al viento, "ese criminal" que dec¨ªa mi vecino Vicente Ruiz, El Soro, y que "despu¨¦s de las ideas del toro es el aut¨¦ntico enemigo del torero en la plaza", que nos dec¨ªa tambi¨¦n el maestro Antonio Chenel, que como cada tarde comparte la pantalla m¨¢gica de Canal+ con el apoderado del saber y saber explicar Manuel Mol¨¦s. Desde nuestro mirador del palco ya legendario, sabio y fr¨ªvolo del redicho Canal+ no se ve la corrida: se ven todas las corridas a las que la imaginaci¨®n alcance. Porque todo est¨¢ en este palco de Dios y de todos los diablos con los bocados de jam¨®n, tortilla, lomo merluza, escalopines incluidos: con fino La Ina, cerveza y otros cavas, servidos por san Rom¨¢n, diablo cojuelo de un restaurante nombrado Bruselas por obra y gracia de un asturiano m¨¢s listo que tres o catorce diccionarios de la lengua. La intelectualidad ayer era chicha viva e inteligente: eran Carmen Rico Godoy, la escritora, y Jaime Ch¨¢varri, el mago del cine. La vedette era Mar¨ªa, Calleja. La far¨¢ndula era Sancho Gracia, tan pancho. Los sue?os inconfesables, pulcros, en el palco canalplusesco, anidaban en el alma de Julio Ayesa. Maribel era la c¨¢mara que escrib¨ªa en im¨¢genes la inmortalidad del rey don Juan Carlos, all¨¢ en la barrera, a la vera de Jes¨²s de la Serna y escuchando los decires taurom¨¢quicos de Dios Nuestro Se?or, l¨¦ase Curro Romero, que lo aconsejaba mientras a cosa de cent¨ªmetros, en el palco n¨²mero 9, los taberneros del futuro, Lucio y Currito, cargaban con 50 bocadillos de jam¨®n que quisieron ofrecerle al Monarca, pero no se atrevieron, y as¨ª hicieron parada y fonda en las ansias del hotelero bilba¨ªno Agust¨ªn y de El Ni?o de la Capea y se?ora. Pero en cada respiro del traj¨ªn en el redondel, las miradas flechaban nuestro palco. Fue imposible saber si buscaban a ?Hola! es decir, al conde Lequio, que acert¨® a sentarse con Mariv¨ª, la poetisa del micr¨®fono de Canal+, o a su Ana Obreg¨®n, que, alguien revel¨®, la escond¨ªa en el bolsillo trasero del pantal¨®n. Cuando una avioneta sobrevol¨® el coso anunciando Jam¨®n de Guijuelo, el toro Venancio, entrepelao, de 544 kilos, de Victoriano Mart¨ªn, El Soro se cisc¨® m¨¢s a¨²n en el viento canalla y sac¨® su tel¨¦fono M¨®vil...-
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