Complemento literario en La¨ªn
FRANCISCO VEGA D?AZLa polifac¨¦tica figura de Pedro La¨ªn Entralgo engloba tambi¨¦n una Inclinaci¨®n hacia la "poes¨ªa de amistad", seg¨²n muestra el autor de este art¨ªculo
?Cu¨¢ntas veces se ha dicho que no hay ser humano que no haya escrito alguna poes¨ªa, sea ¨¦sta en serio o en broma? Desde los tiempos de Maricasta?a a los actuales, desde los m¨¢s recios prosistas a los m¨¢s chungones; no existe incompatibilidad entre el modo de ser de las personas y el sentido po¨¦tico de sus creaciones. El m¨¢s respetable de los escritores ha escrito alg¨²n poema en broma, y el m¨¢s humorista ha ca¨ªdo alguna vez en la tentaci¨®n de poetizar con austeridad. Pero en muchos y por razones variadas, f¨¢cilmente intuibles, constituye una sorpresa.Entre los m¨¦dicos esa realidad acontece con archisabida frecuencia, aunque muchos se lo callan por temor a que su conocimiento por las gentes vulgares haga disminuir las ideas respecto a la categor¨ªa profesional, y en otros, simplemente por verg¨¹enza. Recordemos la reacci¨®n de don Miguel de Unamuno cuando alguien se refiri¨® a un m¨¦dico que escrib¨ªa poes¨ªa diciendo de ¨¦l que adem¨¢s de m¨¦dico era poeta; el gran maestro le interrumpi¨®: "Diga usted que adem¨¢s de poeta es m¨¦dico", dando as¨ª la pertinente significaci¨®n a las circunstancias. En este mismo diario he contado, sin pudor, hace bastantes a?os, la actitud con que Unamuno acogi¨® unas evasiones m¨ªas al respecto y la bondadosa reacci¨®n con que aleccionadoramente me compens¨® del disgusto.
Pero el hallazgo po¨¦tico en personas que, en el correr de los anos, desarrollaron toda su vieja y bien consagrada fama hist¨®rico-literaria en prosa no deja de ser un complemento sorpresivo. En la inmediata proximidad de nosotros llaman la atenci¨®n numerosos casos que no cito por temor a involuntarias omisiones. Pues bien, a todos ellos hay que sumar el nombre de Pedro La¨ªn Entralgo que, con la ¨ªnclita seriedad de su polifac¨¦tica actividad intelectual (gran m¨¦dico, internacionalmente famoso historiador, fil¨®sofo de verdad, conferenciante insigne, autor teatral, etc¨¦tera), tiene veleidades po¨¦ticas tan excelentes como bien asentadas y construidas. No lo digo porque haya publicado libro alguno de versos, sino porque conozco ocho o diez poemas suyos tan dignos de su pluma como el resto de su obra en prosa, y nunca hasta hoy comentados. A la mayor¨ªa de ellos puede calific¨¢rseles de laudatorios o "el¨®gicos", pues, con ellos y en ellos, adem¨¢s de dar a conocer detalles biogr¨¢ficos de las personas a que se refieren y de s¨ª mismo, elogia o ensalza losm¨¦ritos y excelencias de aquellos a quienes van dirigidos. Cabr¨ªa asimismo llamarlos poemas amistosos, no s¨®lo porque la. mayor¨ªa son dedicados a amigos, sino porque se encuadran en una de las materias m¨¢s electivamente lainianas: la amistad. Pero casi siempre su poes¨ªa lleva un marcharno epigram¨¢tico que la har¨ªa merecedora de ser recogida en libros de esa proyecci¨®n como el decimon¨®nico Tesoro epigram¨¢tico de Felipe Curriols. Encierran en efecto, intenci¨®n y destino personal, bien que siempre efectivo.
De "soneto heroico" califica el autor al le¨ªdo en la comida con que se homenaje¨® la aparici¨®n de un libro del doctor Luis Cifuentes. Dice as¨ª: "?Oh Luis! ?Oh emperador del urocisto! / ?Oh cort¨¦s del secreto continente / donde el licor de la espa?ola fuente / que s¨®lo un libro por tridente / reduce al gran Guy¨®n al aoristo! / La micci¨®n dolorosa y la tard¨ªa, / los c¨¢lculos, que a tantos soliviantan, / lleguen a ti, uromante, en otro d¨ªa. / Hoy al autor y no al m¨¦dico cantan / quienes exentos de cistopat¨ªa / s¨®lo por amistad contigo yantan".
Para el llorado y gran fil¨®logo Antonio Tovar y para su esposa, Consuelo Larrucea, y con motivo de la publicaci¨®n del Cat¨¢logo de las lenguas de Am¨¦rica del Sur, y siguiendo la l¨ªnea del "?vila, M¨¢laga, C¨¢ceres; / J¨¢tiva, M¨¦rida, C¨®rdoba..." de Unamuno, redact¨® La¨ªn estos intrincados versos: "Y¨¢mana, alacaluf, charr¨²a, / chorro, qurand¨ª, mataco / oalchaqu¨ª, cherote, aimara, / caribe, diaguita, z¨¢paro, / tup¨ª, guaran¨ª, bororo, andoke, quech¨²a, omurano, munida, chibcha, cayapa, gaun¨ª, tinigua, otomaco, lapalapa, catukina, / cof¨¢n, guatuso, araucano, / capaupera, matahualpa, / yameo, yunga, tucano, / anqu¨¦, puinave, mura, / choc¨®, uitoto, arauco, aravisco... / Nombres en que Espa?a tuvo / sue?o, esplendor y fracaso; nombres que ahora nos devuelven / dos insignes castellanos: / Antonio el uno, y Consuelo la que est¨¢ siempre a su lado. De la gratitud de todos / los espa?oles honrados / sea expresi¨®n la de Pedro y La¨ªn, e incluso Entralgo, de profesi¨®n espa?ol chapado y contrachapado En ocasi¨®n de obtener la c¨¢tedra de Derecho Mercantil por unanimidad del tribunal el gran abogado don Rodrigo Ur¨ªa, h¨ªzole La¨ªn el siguiente poema: "Vencido ya el mar¨ªtimo seguro, / concentras las empresas con buen tino; / en negocios de tierra, recio pino, / en las cosas del mar buen palinuro. / Ni la aver¨ªa gruesa, ni el oscuro / texto sutil del c¨®digo apenino, / logran vencer el ¨ªmpetu aquilino / de este claro var¨®n, de este astur puro. / Ossorio se rindi¨® pronto a tu ciencia, / Joaqu¨ªn vot¨® tu mercantil va l¨ªa, / Gelle y Serrano canta tu sapiencia. / Don Felipe por fin, n¨ªvea presencia, / r¨ªndete senectud y pleites¨ªa. / Ya entraste, oh gran Rodrigo, en la docencia".
Con ocasi¨®n de un cumplea?¨ªos del autor de este art¨ªculo en C¨¢diz, hizo La¨ªn esta poes¨ªa titulada Chilindrinas para Paco, que reza: "Qui¨¦n cumple setenta y cinco / lejos de su boca el taco? / Paco. / ?Qui¨¦n le escucha al coraz¨®n / su m¨¢s peque?o arrumaco? / Paco. / ?Qui¨¦n, a poco que se empe?e, / va a hacer sombra a Espartaco? / Paco. / ?Qui¨¦n donde est¨¢ la amistad entra cada d¨ªa a saco? / Paco. Todo esto dicen a Paco / sin el menor retint¨ªn /. Milagro y Pedro La¨ªn". (Venta de Vargas, 25 de agosto de 1982).
Y el sentido m¨¢s l¨ªrico de su po¨¦tica lo encontramos con puntos de verdadera jondura -de cante jondo- en las modificaciones que, a modo de r¨¦plica, hizo La¨ªn de dos cantares flamencos. Uno que dice: "Dijo a la lengua el suspiro: / ¨¦chate a buscar palabras / que digan lo que yo digo", La¨ªn lo cambia as¨ª: "Dijo el suspiro al silencio: / yo digo lo que t¨² quieres decir y no est¨¢s diciendo". Copla ya conocida por los lectores del autor, pues la ha empleado m¨¢s de una vez. La otra copla: "Le dijo el tiempo al querer: / esa arrogancia que tienes/ yo te la castigar¨¦", La¨ªn la transfigura de este modo: "El querer le dijo al tiempo: / yo soy quien te hizo nacer / y quien te est¨¢ manteniendo".
Aut¨¦ntica literatura en verso que sale de una conciencia realmente l¨ªrica con ritmo preciso, tanto en acento como en cantidad, en tono y en rima f¨¢cil; pero siempre con su pullita de broma amigable y reiterada espa?ol¨ªa.
Catedr¨¢tico de Historia de la Medicina con prestigio mundial, La¨ªn ha dado, con todas sus actividades intelectuales, constantes ejemplos de virtudes humanas; de bondad, de seriedad, de tolerancia y de sano equilibrio. Y esta soterrada o hasta ahora silenciada vena po¨¦tica complementa y glorifica m¨¢s su modo personal de sentir el mundo y la amistad.
es m¨¦dico.
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