Faen¨®n de Curro

Curro Romero tore¨®. As¨ª de f¨¢cil, as¨ª de milagroso. Con 62 a?os, explic¨® una m¨¢gica lecci¨®n de empaque y embrujo dejando en el ambiente un incienso de torer¨ªa santa. Llen¨® la tarde de templanza y hermosura en Toledo, su plaza m¨¢gica, donde el Fara¨®n repiti¨® su ya hist¨®rica haza?a de hace dos temporadas.Los catec¨²menos-aficionados enfebrecieron con los sonidos de la flauta m¨¢gica de Curro y salieron del coso alumbrando pases imposibles, gracias a la hist¨®rica actuaci¨®n del sumo sacerdote, por edad y torer¨ªa, de esta liturgia que es la Fiesta. El sortilegio ocurri¨® con el cuarto de la tarde, con el que Curro se luci¨® en ver¨®nicas de seda, siempre ganando terreno, siempre cargando la suerte, y rematadas con media monumental. A Curro le hab¨ªa gustado su enemigo y se atrevi¨® despu¨¦s con otro quite de m¨¢xima pureza.

Luego, con su pa?osilla, que el toro embeb¨ªa con similar nobleza a sus hermanos, destap¨® durante cinco minutos el frasco de las esencias. Salvo alg¨²n punteo suelto al rematar tres naturales, el resto fue embrujo, gracia, misterio y variedad: redondos, naturales, pases de la firma, kikirik¨ªes, cambios de mano y mil adornos distintos fruto de su inspiraci¨®n. Todo ligad¨ªsimo en un rodal, y con la pasi¨®n desatada entre el cotarro, que restallaba palmas por buler¨ªas, y en el callej¨®n, con el resto de los toreros rendidos ante el Papa t¨¢urico. La espada y la falta de sensibilidad del presidente le robaron la puerta grande. Ya en el que abri¨® plaza, Curro apunt¨® sus ganas y pespunte¨® ribetes de, sentimiento, como anticipo de la explosi¨®n final.

El de Camas borr¨® a Finito, terco representante del toreo moderno. Donde Curro pon¨ªa naturalidad, el de C¨®rdoba pon¨ªa arrebatos ventajistas y crispaciones, tanto con el inv¨¢lido cad¨¢ver semoviente como con el otro, con el que tuvo el gesto de soberbia de negarse a dar la vuelta al ruedo tras el regalo orejil en el que el us¨ªa volvi¨® a demostrar su ausencia de fibras sensibles.

Vicente Barrera apost¨® por su toreo de sello, de vitola. Distinto, en su personal concepci¨®n amanoletada, a lo que hoy sufrimos normalmente. Vertical, hier¨¢tico, con m¨¢xima quietud y muletazos cortos pero intens¨ªsimos y de buen toreo, que tambi¨¦n albore¨® con percal. Cal¨® hondo y no desmereci¨® frente a Curro. Todo un m¨¦todo.