Major dimite para reaf¨ªrmarse
JOHN MAJOR considera que ya ha aguantado bastante la guerrilla de cuantos se oponen en el Partido Conservador a su liderazgo, que sus oponentes califican de indeciso, sin ideas, que intenta contentar a todos: monetaristas y social-tories, europe¨ªstas y adversarios de la uni¨®n continental. El primer ministro brit¨¢nico ha decidido dar una batalla frontal, dimitiendo como l¨ªder tory para presentarse acto seguido a la reelecci¨®n parlamentaria del cargo. As¨ª, aspira a -acabar con el fuego graneado de sus adversarios y gobernar en paz hasta el t¨¦rmino de su mandato en abril de 1997.La primera vuelta de la contienda electoral se celebrar¨¢ en el probable plazo de dos semanas. Durante ese tiempo se producir¨¢ la declaraci¨®n de candidaturas y, sobre todo, un intenso trabajo de pasillos de los aspirantes para obtener el respaldo de ministros y figuras del partido que los catapulten hacia el liderazgo del mismo.
Major pretende haber pillado por sorpresa, a sus rivales, insuficientemente preparados para montar una alternativa viable contra su continuidad, y con ello ha demostrado, decisi¨®n, claridad de ideas y amor al riesgo. En esta situaci¨®n, todo lo que no sea una victoria en primera vuelta, con la obtenci¨®n de la mayor¨ªa absoluta de los parlamentarios conservadores, no ser¨ªa del todo bueno para Major. Pero que la jugada ya ha tenido alg¨²n ¨¦xito lo muestra el hecho de que a pocos minutos del anuncio su rival m¨¢s veros¨ªmil, Michael Heseltine, ministro de Comercio e Industria, proclamara su apoyo al l¨ªder en ejercicio.
A falta de un rival destacado, el riesgo mayor para Major ser¨ªa la multiplicaci¨®n de candidatos menores que, aun sin la menor posibilidad de salir -vencedores, dividieran tanto el voto que fuera necesaria una segunda vuelta para elegir jefe conservador, o, lo que es lo mismo, primer ministro.
Una ratificaci¨®n de Major alejar¨ªa la eventualidad de legislativas anticipadas, permitir¨ªa resolver algunos interrogantes, en la medida en que el verdadero l¨ªder tory, si es que existe, podr¨ªa aclarar si quiere una Europa nos unida o s¨®lo un mercado copa mas o menos unida, si el precario equilibrio entre thatcherismo o conservadurismo mas tradicional se decanta de alguna manera,. y, por ejemplo, hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar para favorecer alg¨²n tipo de arreglo institucional entre el Ulster y la Rep¨²blica de Irlanda.
La hora do la verdad ha llegado para John Major, cuando todas las encuestas favorecen largamente las posibilidades laboristas en unas pr¨®ximas elecciones. El que as¨ª sea por propia decisi¨®n merece alg¨²n tributo a la fuerza de su car¨¢cter.
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