Volver a empezar
Tercera entrega de las modernas aventuras del hombre murci¨¦lago. Batman forever es una brillante colorista y espectacular revisitaci¨®n de las peripecias del m¨¢s popular superh¨¦roe contempor¨¢neo, hecha sobre todo con el ojo puesto en la platea, argumento ¨²nico y todopoderoso. Viene avalado, y es un decir, por la presencia en un lugar de honor en el cast t¨¦cnico de Tim Burton, el hacedor d¨¦ las dos partes anteriores; pero lo cierto es que esta nueva. versi¨®n pasar¨¢ a los anales justamente por lo contrario de lo que pretende avalar: por la consciente operaci¨®n de derribo de los hallazgos y las opciones adoptadas en su momento por el autor de Ed Wood. El resultado es una colosal. recaudaci¨®n y un film much¨ªsimo menos intereante que los que le precedieron.Orquestada a partir de dualidades constantes, como son Batman / Wayne, la psic¨®loga enamorada de ambos, dos villanos -uno de los cuales, Dos Caras, est¨¢ a su vez, escindido-, dos amantes de ¨¦ste, la aparici¨®n de, Robin como alter ego de Batman a partir de dos dramas personales sim¨¦tricos, la pel¨ªcula no obstante resulta mucho m¨¢s plana y previsible de lo que cab¨ªa esperar. El nuevo protagonista, Val Kilmer, aporta un aire m¨¢s convencional al h¨¦roe del que le imprim¨ªa, Michael Keaton; la inclusi¨®n de la sic¨®loga como objeto del deseo de Batman / Wayne sit¨²a. la ficci¨®n en la l¨ªnea de cualquier pel¨ªcula de chico encuentra chica; la contrataci¨®n de Schumacher le ha llevado a los l¨ªmites de la acci¨®n por la acci¨®n, al tiempo que la priva de tenebrismo anterior.
Batman forever
Direcci¨®n Joel Schumacher. Gui¨®n: Blacliter y Goldsman Fotograf¨ªa. Goldblatt. Producci¨®n: Tim Burton para Warner Bros. EE UU, 1995. Int¨¦rpretes: Val Kilmer,Tommy Lee Jones, Jim Carrey, Nicole Kidman, Drew Barrymore. Estreno en Madrid: Pala cio de la M¨²sica, Cid Campeador, Acte¨®n, Juan de Austria, Novedades, Aluche, Canciller, Roxy, Vel¨¢zquez, Ciudad Lineal, Vaguada, Florida, Colombia, Albufera, California, Alcal¨¢.
Batman forever se apunta,en todo caso, a una aut¨¦ntica resurreci¨®n que sit¨²a el personaje del c¨¦lebre c¨®mic mucho m¨¢s en la l¨ªnea apetecida por p¨²blicos mas j¨®venes y menos exigentes, los adolescontes ¨¢vidos de acci¨®n, de coloridos es pectaculares y de muecas distorsionadas de los malvados. Es a ellos a quienes el filme busca, y, a tenor de las informaciones sobre el impacto que ha obtenido en EE UU, es lo que ha sabido encontrar. Ha contribu¨ªdo a ello, igualmente, la b¨²squeda de soluciones est¨¦ticas sobre todo de decorado y narrativas mucho m¨¢s cercanas a¨²n al c¨®mic que las adoptadas por Burton. La estilizada monumentalidad y el car¨¢cter plano de los persortajes vuelven a situar el debate sobre el trasvase entre dibujo e imagen real y en movimiento donde suele cuando se realizan estas operaciones en la constataci¨®n de que lo ¨²nico, que parece interesar a quien las realiza es la preminencia de lo formal so bre el contenido. O lo que es lo mismo, lo poco que ganan ambos soportes con el cambio.
Aunque hay que convenir, finalmente, que. la pel¨ªcula funciona como una inteligente operaci¨®n de mercadotecnia proyectada hacia el futuro. Consciente de que tal como hab¨ªa aparecido en las dos entregas anteriores Batman era una criatura del todo supeditada al genio rigurosamente personal de Tim. Burton, la productora, la Warner, prefiri¨® el cambio de registro tambi¨¦n para garantizar la continuidad de la saga, lo que seguramente obtendr¨¢ por la inclusi¨®n de los personajes de Robin y la psic¨®loga pero tambi¨¦n por el sutil desplazamiento. desde la psicolog¨ªa individual del personaje torturado como principal reclamo, hacia u?a esfera en, la cual el protagonista, como en los se riales de los 50 y en sus, comparecencias televisivas, s¨®lo tiene sentido por lo que hace, por las acciones que desarrolla, por la contundencia con que persigue al Maly al Desorden. H¨¦roe de nuestro tiempo, al fin y al, cabo, Batman se apresta a tener una larga descendencia f¨ªlmica. Y nosotros, a resistirlo, si podemos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.