La Biblioteca Nacional digitalizar¨¢ los 50.000 documentos b¨¢sicos de la historia de Espa?a

La Biblioteca Nacional ha puesto en marcha un ambicioso plan que consiste en digitalizar los 50.000 documentos b¨¢sicos de la historia de Espa?a, que ser¨¢n accesibles para cualquier usuario mediante las redes inform¨¢ticas, anunci¨® ayer Carlos Ortega, responsable de dicho organismo y director de un curso que se celebra esta semana en la Universidad de Verano de San Lorenzo de El Escorial. Ortega tiene avanzado un proyecto a¨²n no cuantificado que deber¨ªa estar listo en 1998 y para el que se propone buscar financiaci¨®n privada.

Esta base de datos -tanto sonoros como gr¨¢ficos- recoger¨¢ una cuidada selecci¨®n que comprenda los documentos b¨¢sicos de la historia de Espa?a, desde el Cantar del M¨ªo Cid, por ejemplo, a fotograf¨ªas seleccionadas entre los dos millones de im¨¢genes que conserva la Biblioteca Nacional. Cualquier persona conectada a las redes inform¨¢ticas podr¨ªa acceder a ellos s¨®lo pulsando una tecla."No se trata de un espejismo, sino de una realidad", comenta Ortega. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos acaba de poner a disposici¨®n de los usuarios una selecci¨®n de im¨¢genes y textos titulada Memoria de Am¨¦rica, que ha sido financiada por una multinacional inform¨¢tica ' En Francia, tras el inter¨¦s personal de Mitterrand por impulsar las bibliotecas p¨²blicas, se est¨¢ escaneando actualmente un archivo de 200.000 documentos, aunque en esta ocasi¨®n se ha seguido el criterio de elegir los textos m¨¢s solicitados.

Modelo norteamericano

El proyecto espa?ol, Memoria hisp¨¢nica, seguir¨ªa el modelo norteamericano ya en funcionamiento y la Biblioteca Nacional ser¨ªa la encargada de la selecci¨®n. Para su puesta en pr¨¢ctica, declara Ortega, "es imprescindible el concurso de la financiaci¨®n privada, por otra parte habitual en este tipo (le iniciativas". A¨²n no es posible evaluar cu¨¢nto podr¨ªa costar un plan de estas caracter¨ªsticas. El principal problema estribar¨ªa no en la preparaci¨®n de las im¨¢genes del archivo, sino en el tratamiento inf¨®rm¨¢tico utilizado y los medios de transmisi¨®n. El director de la Biblioteca Nacional querr¨ªa tenerlo listo para una fecha emblem¨¢tica en la historia de Espa?a como es 1998, a?o en el que se conmemora el centenario de la p¨¦rdida de las colonias y el nacimiento del esp¨ªritu de la regeneraci¨®n.

Las nuevas tecnolog¨ªas para Ortega, permiten "democratizar el acceso a los grandes tesoros del pa¨ªs". La pol¨ªtica del director en el a?o que lleva en el cargo se ha caracterizado por intentar facilitar el acceso a la Biblioteca Nacional, antes mucho m¨¢s restringido. En el ¨²ltimo a?o, comenta, ha aumentado en un 50% el n¨²mero de usuarios. "Intentamos abrir las puertas al mayor n¨²mero de personas posible y mejorar el servicio, lo que s¨®lo podemos lograr mediante el desarrollo de la inform¨¢tica".

Desde hace varios a?os los libros se catalogan directamente en el sistema Ariadna y acaba de extenderse la pr¨¢ctica a todo tipo de documentos. En total, unos 500.000 al a?o.

Fichas en papel

A¨²n quedan cerca de 300.000 fichas en papel que Ortega espera tener informatizadas en 1997. "?sta s¨ª que es una verdadera prioridad. Me encantar¨ªa tener estas fichas en una sala aparte, en una especie de museo, y ense?arlas como una curiosidad, tal como ocurre en la Biblioteca del Congreso de EE UU.

Precisamente para hablar de la incidencia de las nuevas tecnolog¨ªas en las bibliotecas se ha organizado el curso El papel de las bibliotecas en la sociedad, que se celebra esta semana en el programa de la Universidad Complutense de San Lorenzo de El Escorial con la participaci¨®n de responsables de algunos de los principales organismos del mundo.

Brian Lang, director de la Biblioteca Brit¨¢nica, se refiri¨® ayer a la irrupci¨®n de la inform¨¢tica, a pesar de lo cual las bibliotecas no est¨¢n en peligro de extinci¨®n. El lunes, Paul LeClerc, presidente de la Biblioteca P¨²blica de Nueva York, explic¨® su modelo de gesti¨®n, basado curiosamente en la iniciativa privada. Hoy intervendr¨¢ Francisco Bobillo, director general del Libro, y ma?ana Philippe B¨¦laval, director de la Biblioteca Nacional de Francia, as¨ª como el escritor Gustavo Mart¨ªn Garzo.