La justicia mexicana agua la tesis de que una conjura elimin¨® al candidato Colosio

La hip¨®tesis del compl¨® en el asesinato del candidato presidencial mexicano Luis Donaldo Colosio sufri¨® el viernes un fuerte rev¨¦s al ser declaradas inocentes por un juez las dos ¨²nicas personas que permanec¨ªan a¨²n en prisi¨®n acusadas de haber cooperado en la ejecuci¨®n del crimen Vicente y Rodolfo Mayoral, padre e hijo, integrantes de un sospechoso equipo de seguridad que acompa?¨® a Colosio a Tijuana el 23 de marzo de 1994, fueron excarcelados por falta de pruebas.Los Mayoral son dos de las personas que en el v¨ªdeo sobre la muerte de Colosio aparentan dar paso al asesino confeso, Mario Aburto, cuando ¨¦ste, rev¨®lver en mano, alcanza en la cabeza al candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El tercer integrante, un ex polic¨ªa vinculado al hampa y llamado Tranquilino S¨¢nchez Benegas, ya hab¨ªa sido puesto en libertad meses atr¨¢s tambi¨¦n por falla de pruebas.

En la c¨¢rcel s¨®lo quedan por el asesinato de Colosio dos personas: el propio Mario Aburto, condenado a 45 a?os, y un joven llamado Othon Cort¨¦s, con conex iones con el Estado Mayor Presidencial y sobre el que pesa, sobre pruebas muy d¨¦biles, la acusaci¨®n de que fue la segunda persona que dispar¨® contra el malogrado pol¨ªtico.

El arma de este ¨²ltimo jam¨¢s fue vista, ni tampoco apareci¨® en ning¨²n momento, pero sobre Cort¨¦s recae la sospecha a¨²n no probada de que era el encargado de dar muerte a Aburto inmediatamente despu¨¦s de que ¨¦ste hubiera ejecutado a Colosio, lo que hubiera cerrado la posibilidad, corno ocurri¨® en el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, de que se desvelara una supuesta trama.

Pese a que Aburto nunca se refiri¨® a ninguna trama, se asegura que el segundo disparo que recibi¨® Luis Donaldo Colosio ven¨ªa de Cort¨¦s, quien, ante la confusi¨®n creada, desvi¨® accidentalmente el tiro hacia el pol¨ªtico pri¨ªsta, alcanz¨¢ndole en la mitad del cuerpo cuando ya se desvanec¨ªa a causa del primer disparo en la cabeza.

Si ya de por s¨ª la investigaci¨®n sobre el caso Colosio ven¨ªa siendo compleja, esta decisi¨®n del juez Alejandro Sosa complica a¨²n m¨¢s las cosas, ya que nuevamente la teor¨ªa del compl¨® vuelve a diluirse al quedar fuera de sospecha el grupo de guardaespaldas que aparece en el v¨ªdeo. Prueba esta, por otra parte, que se ha considerado fundamental para que este crimen no pase a la historia como la obra exclusiva de un perturbado.