La foto buena es con Indur¨¢in

La calma se ha impuesto en el Tour. En el ecuador de la carrera, los acontecimientos adquieren carc¨¢cter de tr¨¢mite: nadie discute el liderazgo de Indur¨¢in, que absorbe elogios, portadas, entrevistas, el saludo de las autoridades locales, la bendici¨®n de alg¨²n p¨¢rroco, el beso de los ni?os. La foto buena es la foto con Indur¨¢in. Buscan su compa?¨ªa hasta quienes salieron mejor librados de sus tres ataques, como Z¨¹lle y Riis. Ambos saben que seguir su rueda es una garant¨ªa: Indur¨¢in les puede llevar directamente al podio de Par¨ªs. As¨ª se resolvi¨® la esperada ascensi¨®n al Alpe d'Huez, que sirvi¨® para que Pantani a?adiera un apellido m¨¢s a su palmar¨¦s de escalador.No hubo batalla. Cada cual parece m¨¢s empe?ado en resolver peque?os asuntos dom¨¦sticos. Sea para Pantani ganar una etapa, sea para Virenque terminar de rematar su segundo premio de la monta?a, sea para Jalabert intentar acercarse al 5? puesto, sea para Z¨¹lle y Riis mantenerse en el podio. En el sustrato del Tour s¨®lo permanece viva una rivalidad muy a la espa?ola: realmente, los dos mejores equipos son espa?oles, ONCE y Banesto, tan potentes como irreconciliables.

Las ¨²nicas operaciones visibles en la jornada de ayer tuvieron al ONCE como protagonista. Des pu¨¦s de sufrir reiteradas decepciones en el Tour, el ONCE ha llegado a un punto en el que se siente fuerte. A Manolo Saiz el equipo le responde en Francia despu¨¦s de una temporada excepcional, pero sabe hasta d¨®nde alcanza el efecto multiplicador de las victorias en elTour. El Tour es quien pone o quita credenciales y el ONCE ten¨ªa una cuenta pendiente desde su. fundaci¨®n.

D¨ªa tras d¨ªa, Saiz ha conseguido, no sin decisiones muy discutibles, tomar una posici¨®n. Es frecuente ver a los hombres de rosa agruparse en mayor¨ªa cerca de l¨ªder, es raro presenciar una escapada sin que lleve su sello. Y la contabilidad del Tour premia su esfuerzo con generosidad: Z¨¹lle, Jalabert y Mauri est¨¢n entre los 10 primeros de la general, el joven novato Rojas era hasta ayer uno de los tres primeros en la clasifica ci¨®n de los j¨®venes, Jalabert domina la general por puntos y el ONCE la general por equipos.

Porque ayer s¨®lo hubo actividad visible en lo que respecta al ONCE. Banesto se limit¨® a respaldar el desfile de Indur¨¢in y a que los acontecimientos no se salieran de los m¨¢rgenes previstos. El ONCE lanz¨® a Mariano Rojas en una primera escapada, luego a Jalabert y Bruyneel, mientras Z¨¹lle permanec¨ªa cerca de Indur¨¢in acompa?ado por hasta cinco de sus muchachos. El resultado de la operaci¨®n fue un ¨¦xito a medias: Z¨¹lle consolid¨® su segunda posici¨®n, pero Jalabert no alcanz¨® el sexto puesto; Rojas pag¨® su esfuerzo, aunque el ONCE sum¨® m¨¢s que nadie para la general. De un d¨ªa para otro, la coyuntura del ONCE no hab¨ªa cambiado demasiado. Pero Saiz quiere m¨¢s.

Entre tanto, la recuperada ascensi¨®n al Alpe d'Huez qued¨® en un solo de Marco Pantani, que fue superando sin contemplaciones a cuanto rival se encontr¨® por su camino. A Pantani le faltaba inscribir su nombre en algunas de las monta?as del Tour. Y bien est¨¢ Alpe d'Huez para empezar. Indur¨¢in aceler¨® en el momento preciso y qued¨® en compa?¨ªa de Z¨¹lle y Riis, que respetaron en todo momento el orden jer¨¢rquico. Ese es el podio del Tour, concluye la prensa internacional 12 d¨ªas antes del desfile en los Campos El¨ªseos. Y puede que as¨ª sea, siempre y cuando Indur¨¢in -que hoy igualar¨¢ la marca de Jacques Anquetil con 51 maillots amarillos- no decida lo contrario o el ONCE no encauce debidamente su apetito insaciable. El Tour vivi¨® sin batalla. "Es la estrategia de la calma", dice Ech¨¢varri.