El 'champi?¨®n' de Par¨ªs
En temas nucleares, con lo absurdo y la locura parece que no basta. Justo en el 500 aniversario de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, uno de los episodios m¨¢s miserables de la historia, parece que hay que llegar tambi¨¦n al desprecio hacia la salud del planeta y el sentido com¨²n de buena parte de la humanidad. ?ste parece ser el empe?o del El¨ªseo al reanudar sus pruebas nucleares en Mururoa.En el ¨²ltimo medio siglo, las potencias nucleares han realizado m¨¢s de 2.000 pruebas nucleares, primero en la atm¨®sfera y despu¨¦s de forma subterr¨¢nea, liberando una energ¨ªa equivalente a m¨¢s de 35.000 bombas como la de Hiroshima. En 50 a?os, por tanto, es como si hubi¨¦ramos hecho explotar dos Hiroshimas diarias.
Pata los nucle¨®cratas, evidentemente, esta permanente descarga de veneno hacia el planeta no tiene ninguna consecuencia. Gaia es fuerte y comprensiva, y sabe entender que las poderosas "razones de Estado" de las potencias nucleares le obligan a aguantar esta tortura, que, seg¨²n dicen, es para el bien de todos y para preservar la paz mundial.
En esta ruleta de estupidez, Francia ha jugado desde hace algo m¨¢s de treinta a?os participando con 204 explosiones nucleares. Las primeras, sobre el desierto argelino; las otras, sobre las islas del Pac¨ªfico. Ninguna en Par¨ªs, por supuesto. Desde 1992 y hasta hace bien poco, este balance podr¨ªa haber sido considerado como un cap¨ªtulo de un lamentable pasado, en el que varios pa¨ªses se lanzaron a la paranoia nuclear y ahora colaborar¨ªan en la nada f¨¢cil tarea de remediar las consecuencias. Pero Chirac ha dicho basta de moratoria, y en una decisi¨®n de alcance bien previsible ha optado por enviar nuevos champi?ones nucleares al Pac¨ªfico.
Consecuencias previsibles porque con ello invita a otros Estados nucleares, y a Estados Unidos en primera instancia, a reanudar sus pruebas., y da carta blanca a China para que contin¨²e al margen de la moratoria. Pero hay m¨¢s: legitima a los Estados no nucleares que intentan hacerse con esta tecnolog¨ªa para que prosigan en su empe?o proliferador y pone en serio peligro el Tratado Global de Prohibici¨®n de Pruebas Nucleares (CTBT).
Con este desprecio supremo a los habitantes del Pac¨ªfico, al dif¨ªcil camino del desarme nuclear y a la salud del planeta, los champi?ones de Par¨ªs nos distancian otra vez de muchos Gobiernos, incluido el nuestro, por su incoherencia, tibieza o silencio c¨®mplice ante este atentado criminal, est¨²pido e innecesario. La sociedad, el tejido c¨ªvico, la gente con sentido com¨²n y cualquier individuo que desee para sus hijos un futuro sin radiactividad y sin el planeta lleno de agujeros nucleares, tiene ahora la oportunidad y el deber de manifestar esa opci¨®n, que no es otra que la de una supervivencia con dignidad y sin locuras.
El buque de Greenpeace apresado en Mururoa es, en este sentido, la embajada de esa conciencia c¨ªvica universal que ya no acepta m¨¢s este tipo de terrorismo nuclear. Y de la misma forma que la constancia durante varios a?os de miles de personas de todo el mundo vinculadas a Amnist¨ªa Internacional ha logrado la liberaci¨®n de la birmana Aung San Suu Kyi, el esfuerzo, la colaboraci¨®n y el apoyo que ahora hagan miles de personas hacia Greenpeace puede hacer posible que Par¨ªs cancele sus proyectos nucleares sobre el Pac¨ªfico. Frente a los champi?ones nucleares, construyamos un inmenso arco iris visible desde cualquier ventana del planeta.Vicen? Fisas es investigador sobre desarme.
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