El Tour le paga a Buenahora los esfuerzos del invierno

Cuando todos dicen que la hora colombiana ha pasado en el ciclismo, que todo -Lucho Herrera, Fabio Parra y compa?¨ªa- fue un boom sin consecuencias, he aqu¨ª que aparece vestido de verde, azul y blanco un corredor peque?o, chaparro y moreno. Un tal Hern¨¢n Buenahora se infiltra entre los diez primeros de la general; un tal Buenahora se cuela en todas las escapadas posibles. Un colombiano del Kelme nunca gana, pero siempre est¨¢ ah¨ª.En el equipo dirigido por ?lvaro Pino dicen que Buenahora s¨®lo parece colombiano porque habla poco, va siempre mirando al suelo. Y a veces se olvida de comer, como cuando la p¨¢jara en l'Alpe d'Huez. Cuentan que en lo dem¨¢s es europeo. Tambi¨¦n tiene cuerpo de escarabajo, pero contra eso no puede luchar el muchacho de Barichara que hace poco cumpli¨® 28 a?os. No puede tener piernas de mulo como cualquier italiano o centroeuropeo; tampoco puede moverse con soltura en el llano; debe buscar siempre una rueda cercana arriesgando la ca¨ªda. Pero tiene temperamento. "Es como Chozas", dicen en su equipo. "No teme nada, ni la distancia ni la soledad. No aguanta el pelot¨®n. Tiene que fugarse en cuanto puede". Aunque sean escapadas condenadas. Aunque tenga que ir en la peque?a compa?¨ªa de gente que le puede al final. Tampoco es un Nelson Caca¨ªto Rodr¨ªguez que se aproveche del trabajo ajeno.

Buenahora no teme a nada porque ha pasado por todo: apendicitis, hernia, roturas. Incluso cuando empez¨® el Giro le lleg¨® la noticia de que su hermano m¨¢s querido se hab¨ªa matado en un accidente de coche. "No corro el Giro", dijo a Pino. "Me voy ahora mismo a Colombia". All¨ª apareci¨® el otro personaje de la historia. Su director hizo de padre, le dijo que nunca llegar¨ªa al entierro, que el mejor homenaje ser¨ªa correr. Todos los t¨®picos funcionaron. Y el Tour le est¨¢ pagando a Buenahora los dividendos de su primer invierno.