El gol de Wembley nunca entr¨®
Cient¨ªficos de la Universidad de Oxford descubren que el gol decisivo de la final del Mundial 66 no rebas¨® la l¨ªnea
Dos cient¨ªficos brit¨¢nicos de la Universidad de Oxford acaban de sacar una espina que llevan clavada desde hace casi tres d¨¦cadas los aficionados alemanes al f¨²tbol. El famoso gol de Wembley, el tercero de Inglaterra en la final del Mundial de 1966, marcado en la pr¨®rroga y que supuso el hundimiento del equipo alem¨¢n, que despu¨¦s perdi¨® por 4-2, nunca lleg¨® a rebasar p9r completo la l¨ªnea de meta alemana, El descubrimiento fue ampliamente ente divulgado en la prensa alemana. El diario Express, de Colonia titul¨® en su portada: "Wembley. No fue gol. Siempre lo supimos". El sensacionalista Bild Zeitung iba m¨¢s all¨¢: "Hasta ahora era uno de los mayores secretos del deporte mundial. Ahora, la historia del f¨²tbol tendr¨¢ que ser reescrita". El llamado "gol de Wembley" constituye uno de esos hitos que una y otra vez, en la taberna en torno a las jarras de cerveza, desencadena la pol¨¦mica sobre si entr¨® o no la pelota en la porter¨ªa alemana, que aquel 30 de julio de 1966 defend¨ªa Hans Tilkowski. Se trata de un hito semeJante al famoso gol de Rahn contra Hungr¨ªa en la final de 1954 en Suiza o la verg¨¹enza de Gij¨®n, cuando en el Mundial de Espa?a alemanes y austriacos dieron un ejemplo lamentable de poca deportividad al conformarse con un resultado que los clasificaba. Siempre se hablar¨¢ estos hechos y del gol de Wembley, que le cost¨® el Mundial a Alemania, aunque nunca se sabe lo que hubiera pasado si...
El remate del afortunado Geoff Hurst, que en el partido de su vida marc¨® tres de los cuatro goles ingleses, di¨® en el larguero, rebot¨® en el suelo y el defensa Weber despej¨®. Los ingleses reclamaron gol, el ¨¢rbitro suizo Gottfried Dienst corri¨® hacia la banda, para consultar con el juez de l¨ªnea, el ruso Tofif Brajamov. En medio de la tensi¨®n del estadio de Wembley, Dienst corri¨® al centro del campo y dio por v¨¢lido el gol fantasma m¨¢s famoso de la historia del f¨²tbol. En plena desmoralizaci¨®n de los alemanes, ya en los ¨²ltimos minutos de la pr¨®rroga, e incluso con alg¨²n aficionado brit¨¢nico ya dentro del campo, Inglaterra marcaba el definitivo 4-2, que les aport¨® su ¨²nico t¨ªtulo mundial en el deporte que ellos inventaron.
Ahora Andrew Zisseman y lan Reid, dos ingenieros de la Universidad de Oxford, han llegado a la conclusi¨®n, tras largos estudios con c¨¢maras electr¨®nicas, que el bal¨®n, tal como exige el reglamento, nunca lleg¨® a rebasar por completo la l¨ªnea de meta alemana. Demasiado tarde lleg a la constataci¨®n, casi 30 a?os despu¨¦s, aunque tampoco servir¨ªa m¨¢s que de pobre con suelo. La FIFA sigue en sus trece de que las decisiones del ¨¢rbitro sobre la pradera son irrevocables, as¨ª como los resultados de los partidos.
No se sabe si la confirmaci¨®n de los cient¨ªficos brit¨¢nicos har¨¢ revolverse en su tumba al Presidente federal alem¨¢n de aquellos tiempos, el inefable Heinrich L¨¹bke, famoso por sus hist¨®ricas meteduras de pata. Para desesperaci¨®n de sus compatriotas, L¨¹bke afirm¨®: "Estaba dentro. Yo lo vi". Entre las leyendas del famoso gol circulaba la de que todo se debi¨® a un mal entendido en la consulta entre ¨¢rbitro y juez de l¨ªnea. Seg¨²n esta versi¨®n, el ruso Brajamov dijo en su idioma "niet" (no) y el suizo Dienst entendi¨® "net" (red en ingl¨¦s).
Los futbolistas alemanes que participaron en aquella final, interrogados por el diario Express de Colonia sobre el resultado de la investigaci¨®n de los ingenieros de Oxford, coinciden al un¨ªsono en un "ya lo sab¨ªamos". El propio Uwe Seeler comentaba: "siempre he dicho desde hace muchos a?os que no fue gol. Yo me encontraba cerca del punto de penalti y ten¨ªa la certeza de que el bal¨®n no entr¨®. Pero hay que vivir con la decisi¨®n del ¨¢rbitro e Inglaterra merec¨ªa ganar la Copa del Mundo gracias a gran des jugadores como Gordon Banks, Allan Ball o los Charltons (Bob y Jack)".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.