Jaula de la muerte para el Pantera Negra
Protesta mundial contra la pr¨®xima ejecuci¨®n de Murn¨ªa Abu-Jamal en Filadelfia
,El caso de Mumia Abu-Jamal, que ha movilizado de nuevo a la opini¨®n internacional en contra de la pena de muerte en EE UU, ha levantado otra vez una barrera que con frecuencia divide a esta sociedad: activistas negros, de un lado, polic¨ªas blancos, del otro. Los primeros se quejan de que Mumia, un antiguo miembro del grupo radical Panteras Negras, no recibi¨® un juicio justo cuando fue condenado a inyecci¨®n letal en 1981 por el asesinato de un agente. Los polic¨ªas protestan por la campa?a de solidaridad desatada en Estados Unidos y en el mundo en favor de quien, de acuerdo a las pruebas aportadas en el proceso, mat¨® a sangre fr¨ªa a un agente.La pol¨¦mica se ha, recrudecido ahora con ocasi¨®n de la ¨²ltima batalla de Mumia ante el juez, d¨ªas antes de la fecha mar cada para su ejecuci¨®ri, el pr¨®ximo 17 de agosto. En torno a los tribunales de la ciudad de Filadelfia, donde desde el mi¨¦rcoles se revisa ¨¦l caso, varios cientos de personas expresan su apoyo al activista negro con gritos y pancartas en las que se puede, leer: "Mumia, te queremos". Cerca de all¨ª, medio millar de polic¨ªas organizaron hace uno s d¨ªas su propia manifestaci¨®n en apoyo del agente muerto Da niel Faulkner.
Los abogados de Abu-Jamal, de 41 a?os, no dicen que no lo hizo. Lo que dicen es que eso no qued¨® suficientemente demostrado en el proceso que se sigui¨® contra ¨¦l y que a su cliente no se le permiti¨® defenderse apropiadamente. Tanto los abogados como los que apoyan a Abu-Jamal, entre ellos los actores Woopy Goldberg y Ed Asner (y en Europa m¨¢s de 500 escritores, entre los que se encuentran G¨¹nter Grass y Salman Rushdie), consideran que el antiguo Pantera Negra es v¨ªctima de un prejuicio racista y, posiblemente, de una conspiraci¨®n de la polic¨ªa.
Antes del suceso por el que fue detenido, Abu-Jamal era presidente de la Asociaci¨®n de Periodistas Negros de Filadelfia y periodista en un programa de radio donde frecuentemente denunciaba la brutalidad que los agentes utilizaban contra los negros.
Seg¨²n algunos testigos, el 9 de: diciembre de 1981, Daniel Faulkner detuvo el coche en el que viajaba un hermano de Abu-Jarnal. ?ste, que conduc¨ªa un taxi en ese momento, presenci¨® la escena, se acerc¨® y le dispar¨® de muerte al polic¨ªa en la espalda y en la cabeza. El propio Abu-Jamal result¨® herido en el episodio, y cuando la poli c¨ªa lo encontr¨®, tendido a pocos metros del cad¨¢ver de Faulkner, estaba en posesi¨®n de la pistola que hab¨ªa servido para Matar al agente, que adem¨¢s es taba registrada a su nombre. Otros testigos, sin embargo, creyeron haber visto a una tercera persona huyendo de la escena del crimen.
Los abogados tratan de demostrar que esa ¨²ltima pista no fue suficientemente perseguida por los investigadores y que la defensa no tuvo tampoco durante el juicio permiso para presentar a testigos que hubieran resaltado las cualidades humanas del acusado. El juez del caso, Albert Sabo, ha sido criticado por los defensores de Abu-Jamal como un racista que ha respaldado privadamente la muerte del condenado.
Los expertos no le conceden Abu-Jamal, uno de los 3.000 presos a la espera de ejecuci¨®n en EE UU, demasiadas posibilidades de evitar la inyecci¨®n letal, aunque no se descarta el retraso de la fecha fijada para la aplicaci¨®n de la pena de muerte.
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