El horror persigue en Croacia a 110.000 serbios

ENVIADO ESPECIAL "Out!, auto out!". El polic¨ªa croata no quer¨ªa ayer testigos inc¨®modos en el puente que se alza sobre la autopista Zagreb-Belgrado, a las afueras de Popovaca, a unos 65 kil¨®metros al este de la capital croata. Era una tr¨¢gica tractorada. Centenares de remolques renqueaban cargados de ni?os tras los min¨²sculos veh¨ªculos de los campesinos serbios de Krajina. El olfato del portavoz en Ginebra del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) llegaba hasta la caravana de vencidos y humillados en el arc¨¦n. "Todo huele a limpieza ¨¦tnica", insinuaba el funcionario de la ONU. Son 110.000 personas vagando. Otras 40.000 han llegado ya a territorio serbio.
Los mismos ancianos, mujeres y ni?os croatas que saludaban extasiados a los soldados de un convoy acababan de insultar con sa?a a los ¨²ltimos derrotados serbios que avanzaban entre los graneados maizales que bordean la carretera de Sisak.Por el puesto de control de Popovaca s¨®lo era posible circular en direcci¨®n a Zagreb, a trav¨¦s de tina v¨ªa secundaria. Las autoridades croatas han cerrado al tr¨¢fico la autopista y, con el pretexto de organizar el ¨¦xodo, impiden acceder hasta los refugiados.
Los remolques abandonados, los tractores con las ruedas reventadas jalonan la carretera de Sisak a Popovaca que lleva al nudo de la autopista. Un agente egipcio de la ONU escoltaba con un todoterreno blanco a un peque?o grupo de rezagados. Mientras, los polic¨ªas civiles croatas cortaban el paso en las encrucijadas. Hasta ese lugar llegaba el eco de los disparos de armas autom¨¢ticas. Y es sabido que los soldados victoriosos no ahorran munici¨®n a la hora de las celebraciones.
Los agentes de la ONU ya informaron el jueves que los polic¨ªas croatas se hab¨ªan abstenido de intervenir cuando varios refugiados serbios de la Krajina fueron apaleados. Los observadores aseguran que siguen sin tener noticias del paradero de 17 de las v¨ªctimas, incluidas cuatro mujeres, ya que cuando consiguieron llegar al edificio de Virginmost (al sur de Zagreb) en el que hab¨ªan sido recluidos s¨®lo hallaron el cad¨¢ver de un hombre sin identificar, que presentaba un orificio de bala en la cabeza.
Una portavoz de las Naciones Unidas en Zagreb asegur¨® ayer que un prisionero serbio capturado por la polic¨ªa croata en el sur de la Krajina fue encontrado muerto de un tiro en la nuca y varios disparos en la espalda. En la relaci¨®n de las supuestas ejecuciones extrajudiciales, el incidente m¨¢s grave del que la ONU ha dado cuenta se registr¨® el pasado martes en Dvor, en la frontera croato- bosnia, donde la misma polic¨ªa local reconoce que personas fueron abatidas.
Ira campesina
Los serbios que a¨²n siguen atravesando Croacia sufren la ira de los campesinos como ellos, que a¨²n recuerdan los bombardeos del antiguo Ej¨¦rcito Nacional Yugoslavo (de mayor¨ªa serbia) que sufrieron en 1991. Uno de cada 10 de los 3.000 refugiados que viajaban jueves en una caravana de 750 veh¨ªculos, presentaba a su llegada a Banja Luka, en suelo serbo-bosnio, heridas en la cabeza, en los brazos y en la parte superior del cuerpo, seg¨²n el ACNUR. Los reci¨¦n llegados relataban haber sufrido ataques con pedradas y palos por parte de una masa enfurecida compuesta esencialmente por mujeres y ni?os.El ¨¦xodo de las caravanas de tractores parece tocar a su fin. El coronel dan¨¦s de los cascos azules, que vigila el desplazamiento masivo en la zona de Sunja, unos 20 kil¨®metros al sureste de Sisak, informaba ayer con resignaci¨®n: "Ya se han ido todos los refugiados de este sector, hemos intentado ayudarles en lo que hemos podido". A uno de los hombres del coronel lo destroz¨® el disparo de un carro de combate croata el pasado d¨ªa 4, cuando estall¨® la Operaci¨®n Tormenta.
El torrente de p¨®lvora ha arrastrado en una semana a decenas de miles de serbios al exilio por el sendero de la humillaci¨®n. Pero al vengarse de sus verdugos de hace cuatro a?os, los croatas que insultan, amenazan, apedrean a los huidos y reavivan la hoguera del odio que abrasa desde hace siglos los Balcanes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
