"No doy recitales porque odio la soledad sobre un escenario", afirma Martha Argerich
La c¨¦lebre pianista dice que, despu¨¦s de 10 a?os, en septiembre volver¨¢ a tocar sola
Martha Argerich (Buenos Aires, 1941) es una de las pianistas mas c¨¦lebres de hoy en d¨ªa. Argerich es una artista genial, pero una mujer compleja, cuyos mayores enemigos son ella misma y su dif¨ªcil personali dad. El domingo en Santander y el lunes en Peralada (Girona) ofreci¨® dos conciertos junto al violonchelista azer¨ª Mstislav Rostrop¨®vich como director de orquesta. Tras la actuaci¨®n de Peralada, la pianista dijo que su relaci¨®n con los conciertos a¨²n es "de amor y odio". "Por eso dej¨¦ de tocar sola; de ello hace unos 10 a?os. No doy recitales porque no me gusta la soledad ni sobre el escenario ni en general. Ahora empezar¨¦ de nuevo. Dentro de 15 d¨ªas dar¨¦ un recital en Jap¨®n".
"Decid¨ª que si una no hace recitales es una especie de pista a medias, y ahora tengo menos miedo de estar sola. Antes tuve un poco de miedo de eso, pero ahora no, ahora me gusto, me gusto un poco. Pero no s¨¦ si eso significa haber alcanzado un mayor grado de madurez. Habr¨¢ que esperar a ver qu¨¦ pasa dentro de 15 d¨ªas", dijo la pianista. Argerich confiesa que actualmente vive un momento nuevo para ella. "Ahora soy abuela y estoy abri¨¦ndome a nuevas cosas; no s¨¦ qu¨¦ a¨²n, ya veremos qu¨¦ ser¨¢".La vida de pianista es una cruz para Argerich. "Es un problema, la energ¨ªa se va casi toda con este tipo de vida, es muy cansado, no se tiene tiempo para nada, no queda energ¨ªa para otras cosas. No se puede ser solamente m¨²sico", asegura. La pianista argentina dice que no tiene claro a d¨®nde quiere llegar como artista, pese a que se la considera una de las m¨¢s grandes pianistas de los ¨²ltimos 25 a?os. "No s¨¦ a d¨®nde quiero llegar. Quiero seguir viviendo, seguir haciendo m¨²sica. Tocar es una forma de vida. Me gusta conocer gente joven que hace m¨²sica. Lo que realmente cuenta es el camino, no la meta. La meta es el propio camino".
Catapulta de genios
Argerich es la gran responsable de haber catapultado al ¨¦xito en la pasada d¨¦cada al pianista croata Ivo Pogorelich. Cuando Pogorelich fue eliminado del Concurso de Piano Chopin de Varsovia, en 1980, la argentina, que formaba parte del jurado, dimiti¨® para protestar por el sistema de puntuaci¨®n. Argerich, que hab¨ªa ganado el concurso en 1965, tom¨® esta actitud al considerar que el sistema de puntuaci¨®n daba a los conservadores del estilo puro la oportunidad de eliminar a todo aquel que abriera un camino completamente moderno y nuevo a la m¨²sica de Chopin. La actitud de Argerich convirti¨® a Pogorelich en el vencedor moral del concurso.La pianista argentina se siente atra¨ªda por los grandes talentos. "Adoro a genios como VIad¨ªmir Horowitz, Sergu¨¦i Rachm¨¢ninov, Glenn Gould, Friedrich Gulda, Alfred Cortot, Mstislav Rostrop¨®vich, Maria Callas y Errol Gardner. Me atraen los grandes talentos y la realizaci¨®n de ese talento". Cuando se le pregunta si ella es una persona con talento, Argerich primero duda, y tras una larga pausa afirma rotundamente: "S¨ª", pero a rengl¨®n seguido a?ade gritando: "?No estoy en paz con mi talento!".
Esta mujer se ha ganado a pulso la fama de poco cumplidora, de ser una pianista a la que se contrata, pero que nunca se sabe si cancelar¨¢ su actuaci¨®n en el ¨²ltimo minuto. "Antes lo hac¨ªa mucho, ahora no. Desde hace unos cinco a?os apenas cancelo. Lo que me pasa es que tengo problemas de organizaci¨®n. No me gusta planear las cosas con mucha antelaci¨®n y como en esta vida, as¨ª, de carrera, las cosas se planean con tanto tiempo, a veces una piensa que puede hacer cosas y luego se da cuenta de que no puede hacerlas. La verdad es que la vida de concertista me pone nerviosa. Te preguntan qu¨¦ vas a hacer dentro de un a?o, de un a?o y medio, y te proponen cosas y t¨² dices s¨ª, ?por qu¨¦ no? Pero a fin de cuentas es como si eso no existiera".
La edad cambia a las personas y Martha Argerich parece estar pasando por una fase de cambio. "A lo mejor ahora va a empezar una nueva epoca; con la edad, uno tiene que interesarse m¨¢s en este tipo de cosas. Empiezas a darte cuenta de que tienes menos tiempo por delante y ah¨ª es cuando empiezas a planear m¨¢s tu vida. Hay mucha gente que se muere a mi alrededor. A mi me han pasado cosas horribles ¨²ltimamente en este sentido, muchas p¨¦rdidas, muchas personas han muerto. Eran personas j¨®venes que yo conoc¨ªa muy bien y a las que quer¨ªa mucho. Ha habido accidentess, suicidios; ha sido horrible, y todo en estos ¨²ltimos cinco a?os. Estoy perturbada por todo esto", dice ensimismada.
Mozart es el tal¨®n de Aquiles de Argerich. "Me da miedo Mozart. Es una cosa dif¨ªcil de explicar. Cuando era muy joven tocaba mucha m¨²sica de Mozart, de una manera natural. Pero ahora, en cambio, tengo una especie de complejo con Mozart. Me gustar¨ªa poder hacerlo de otra manera a como lo hago. Pero la verdad es que este es un tema del que no pienso hablar con una grabadora de por medio. Es algo ¨ªntimo y personal".
Argerich ama tocar el piano, pero odia todo lo que comporta ser pianista: viajes, largas planificaciones por adelantado y hablar con los medios de comunicaci¨®n. En Santander, el pasado domingo, Rostrop¨®vich ofreci¨® una conferencia de prensa a la que ella se neg¨® a asistir. Pero en Peralada, y tras finalizar su concierto, la pianista dijo que quiz¨¢. A las 2.30 de ayer accedi¨® a hablar con este diario. "Cinco minutos", dijo, pero la entrevista se alarg¨® tres cuartos de hora, y en un momento de la conversaci¨®n confes¨® que una de las cosas de las que se hab¨ªa arrepentido de no haber hecho era de "fusilarle a usted [el entrevistador], por ejemplo" (sic).
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