Roma recrea el mundo m¨¢gico de Fellini
Colaboradores del cineasta fallecido crean un ballet con veteranos mitos de la danza
El ballet Fellini, en dos actos y siete cuadros, con libreto creado en honor del maestro del cine fallecido a finales de 1993 por su amigo Tuilio Kezich y realizado por la ¨®pera de Roma, se estren¨® el domingo por la noche en el parque de Villa Borghese, escenario habitual para sus representaciones estivales. Protagonistas en el escenario, dos mitos de la danza: Natalia Makarova, de 55 a?os, y Jean Babil¨¦e, de 72, en los personajes de El y Ella, que, entre referencias omir¨ªcas y recorrido por las met¨¢foras del director desaparecido, dieron vida al universo felliniano.
Fueron sus filmes, sus m¨²sicas y su esp¨ªritu, insinuado m¨¢s que presente, intuido m¨¢s que calcado. De la mano del core¨¦grafo belga de origen ruso Micha van Hoecke, que lo califica de "espect¨¢culo danzado m¨¢s que verdadero ballet", y con la participaci¨®n de los colaboradores de Fellini de siempre: Nicola Piovani, autor de bandas musicales para pel¨ªculas de los hermanos Taviani, Monicelli, Nani Moretti, Tornatore, Bigas Luna, que para el cineasta homenajeado hizo Ginger y Fred, La entrevista y La voz de la luna, heredero en el cometido de Nino Rota y que asegura haber tenido que componer la partitura de, Fellini, un tema "sobre la ausencia, o sobre la ausencia-presencia", bajo "los efectos de la emoci¨®n"; el dise?ador Milo Manara, escen¨®grafo y responsable del vestuario; Tonino Delli Colli, mago de las luces de tantos filmes del autor de Amarcord.Noche de caras conocidas -el actor Roberto Benigni y el director Pupi Abati, entre otros-, pero sobre todo de amigos y familiares, hasta el punto de que los responsables del Teatro de la ¨®pera dijeron que de dar entradas a todos los que por tel¨¦fono declararon alg¨²n grado de parentela con Fellini o con su mujer, Giulietta Masina, no habr¨ªan bastado las 4.000 localidades del aforo. No faltaron Maddalena Fellini, hermana de Federico; ni Mariolina Mesina, la de Giulietta. Ni falt¨® una gran expectaci¨®n, precedida de profusa pol¨¦mica, por la elecci¨®n para una fugaz representaci¨®n del toque sensual del maestro de su gusto por la rotundidad femenina y su permanente himno a las se?oras amplias de talla, de Valer¨ªa Marini, una presentadora televisiva de generosas curvas que ha elevado su curr¨ªculo con su presencia en el ballet. Marini, que no sali¨® desnud¨¢, como se dijo en un principio para gozo de la taquilla, sino con una malla de color carne cubierta de velos y flores, hab¨ªa sido denostada por Mariolina Masina -que hizo las paces con ella durante la retransmisi¨®n en directo por televisi¨®n- y cuestionada por el core¨®grafo por ser representante "del nivel m¨¢s bajo de la televisi¨®n, distante mil millas del universo de sue?os de Fellini". Fue silbada al salir a escena.
Pero Valeria gustaba al maestro; el cual escribi¨® sobre la nalga cubierta de una foto suya: "Lo he decidido. Vivo aqu¨ª", y cuando la conoci¨® en Cinecitt¨¢, sin saber qui¨¦n era, coment¨®: "?Pero ad¨®nde va esta gloria". Ello no ha impedido que Sandra Milo, reivindicadora del papel de carnal musa felliniana, se negara a asistir al espect¨¢culo precisando: "La de Marini es una belleza exhibida como un producto comercial: es como la Coca-Cola o como un tambor de Dixan".
El autor del libreto, que aconsej¨® a todos los bailarines no repetir los temas de Fell¨ªni, sino interpretarlos libremente, asegura haberse inspirado para este ballet, que originariamente tuvo como subt¨ªtulo Biograf¨ªa imaginaria de una pareja de bailarines que quiz¨¢ son una sola persona, en una conversacion con Giulietta Masina. ?sta le dijo m¨¢s o menos: "No es cierto, como se ha escrito, que la Gelsomina de La Strada sea yo, no se me parece en nada. Gelsomina es Federico. Pero ¨¦l es tambi¨¦n Zampano, y tambi¨¦n el Loco. Y dir¨¦ m¨¢s: es todos los personajes de sus pel¨ªculas. S¨®lo si se entiende esto puede uno aproximarse a su trabajo en la forma correcta".
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