A por peces
CERCA DE 50.000 trabajadores (unos 9.500 pescadores y otros 38.000 de empleos indirectos) con sus familias, muchas poblaciones pesqueras, cuatro comunidades aut¨®nomas, armadores ... : una multitud de espa?oles est¨¢ pendiente de las negociaciones que se reanudan hoy entre la Uni¨®n Europea y Marruecos para fijar la cuota de capturas en aguas jurisdiccionales de este pa¨ªs -en el denominado banco canario-sahariano- para los pr¨®ximos a?os.El conflicto pesquero entra as¨ª, en lo que parece ya su fase decisiva, cuando est¨¢n a punto de cumplirse cuatro meses desde que se amarraron las flotas. Un d¨ªa antes de interrumpirse las negociaciones, la semana pasada, la delegaci¨®n marroqu¨ª hab¨ªa dado ligeras muestras de flexibilidad y reforzado la esperanza de un acuerdo. El par¨®n, sin embargo, ha alimentado el escepticismo entre los armadores y pescadores andaluces, gallegos, canarios y valencianos, que, por orden de importancia num¨¦rica, faenan en las aguas marroqu¨ªes, y que con las ayudas que reciben por su inactividad no tienen m¨¢s que un modesto alivio (73.000 pesetas mensuales por marinero).
Los pescadores saben que Espa?a, cualquiera que sea el resultado de las conversaciones, saldr¨¢ perdiendo capacidad de pesca. De los 650 buques que faenan en esas aguas van a volver a ellas bastantes menos. De hecho, los representantes espa?oles parecen haber aceptado ya la reducci¨®n global de las capturas en un 21%. Eso s¨ª, muy lejos del 50% en arrastre -merluza y mariscos- y del 65% en cefal¨®podos que propon¨ªan los marroqu¨ªes.
Los caladeros est¨¢n en aguas marroqu¨ªes, y ah¨ª van a seguir estando: eso hace que, en principio, los negociadores de ese pa¨ªs tengan menos prisa en lograr el acuerdo que los espa?oles. Pero los intereses comerciales, y econ¨®micos de Rabat pasan ahora por lograr un acuerdo de asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Marruecos aspira sobre todo a obtener garant¨ªas de acceso de sus productos agr¨ªcolas al mercado comunitario y a obtener una mejora de los cr¨¦ditos blandos de la UE para sus inversiones. Ello abre posibilidades de un acuerdo con contrapartidas rec¨ªprocas. Pero entre Marruecos y los 15 pa¨ªses de la UE, y no s¨®lo con Espa?a. Es precisamente la pertenencia a la Uni¨®n lo que permite a Espa?a pensar en un acuerdo m¨¢s equilibrado que el inaceptable propuesto de. entrada por Marruecos. Inaceptable porque en esas condiciones -adem¨¢s de la reducci¨®n de capturas y aumento de la compensaci¨®n, contrataci¨®n de tripulantes marroqu¨ªes, descarga en puertos de ese pa¨ªs, etc¨¦tera- el acuerdo, sencillamente, no interesar¨ªa.
Espa?a es quien m¨¢s se juega en la negociaci¨®n. Es Pa¨ªs de paso para los productos hortofrut¨ªcolas marroqu¨ªes hacia la UE en competencia directa con los espa?oles. Para lograr un resultado al menos discreto Espa?a tendr¨¢ que jugar con inteligencia esas bazas. Haciendo pesar en las conversaciones la influencia del conjunto de la UE y exigiendo de Bruselas compensaciones por esa competencia adicional de los productos marroqu¨ªes. Es Marruecos quien debe mover ficha ahora y flexibilizar su postura.
Pero nada perjudica m¨¢s a la estrategia negocia dora espa?ola como la reproducci¨®n de los incidentes contra camiones marroqu¨ªes. Lamentablemente, la cofrad¨ªa de pescadores de Almer¨ªa acord¨® ayer reiniciar su bloqueo contra esos transportistas en su puerto. Esta actitud dificulta una presi¨®n eficaz por parte de Bruselas y favorece las t¨¢cticas dilatorias de Marruecos. Toda demostraci¨®n de impaciencia, por parte de los pescadores espa?oles refuerza a Marruecos y presiona a los negociadores europeos a firmar lo no aceptable. Porque la coacci¨®n no puede ser argumento en la mesa de negociaci¨®n. Espa?a ser¨ªa la primera en lamentarlo. Deber¨ªan entenderlo as¨ª los afectados y sus dirigentes explicarlo.
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