Profesiones fuera de serie
La rutina separa a m¨¦dicos, abogados, periodistas y polic¨ªas de carne y hueso de sus colegas en televisi¨®n
Un testigo novato espera que el funcionario aparezca con una biblia antes de empezar a testificar; un paciente apurado conf¨ªa en que el m¨¦dico atienda desde un catarro a una operaci¨®n a coraz¨®n abierto sin titubear, y el m¨¢s avispado de los detenidos suelta la frase "no dir¨¦ una palabra si no es en presencia de mi abogado". Esto ha ocurrido en juzgados, hospitales y comisar¨ªas carpetovet¨®nicas a imagen y semejanza de lo aprendido en televisi¨®n. El doctor Welby, Perry Mason, Lou Grant o el capit¨¢n Furillo crearon escuela, despertaron vocaciones y dejaron huella. Pero, la imagen televisiva tiene poco que ver con la realidad.Sin habla se ha quedado en m¨¢s de una ocasi¨®n alguno de los profesionales que se ven retratados en la peque?a pantalla. Los de verdad, los funcionarios y trabajadores sin gui¨®n, analizan el efecto, nocivo o positivo, de las teleseries en las que aparecen retratados. S¨®lo coinciden en afirmar: "Nuestro trabajo es m¨¢s rutinario".
Polic¨ªas. La peor parte se la llevan las fuerzas de seguridad. Manuel Gim¨¦nez, portavoz de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, desgrana. un listado de adjetivos dedicado a las series en antena: "Machistas, racistas, violentas y, en definitiva, irreales". E improvisa una clasificaci¨®n de los tipos de agentes que acostumbran a llenar las pantallas: "El de la ¨²lcera sangrante de est¨®mago (en permanente estado de cabreo), el superhombre capaz de investigar a la vez que va repartiendo saludos de karate y el vengador justiciero de gatillo flojo". Gim¨¦nez s¨ª acepta que ciertas conductas han pasado, por culpa de la peque?a pantalla, al imaginario colectivo. "No es extra?o que en el trabajo la gente exija cosas como un retrato robot, el laboratorio para que analice las huellas o reclame la presencia de los cuerpos especiales (los GEO) con fur¨ªa frecuencia impensable de no ser por Los hombres de Harrelson ", dice. De los programas s¨®lo salva uno: "Hab¨ªa una serie que nos presentaba como seres humanos: Canci¨®n triste de Hill Street ".
Abogados. Mejor parado en la pantalla queda el mundo del De recho. El decano del Colegio de Abogados de Madrid, Luis Mart¨ª Mingarro, cree en la influencia ben¨¦fica de contemplar con tan ta proximidad el universo del de recho anglosaj¨®n. "Independientemente de que est¨¦n exageradas la brillantez y habilidad de los ,abogados, lo que es innegable es que, gracias a series como La ley de Los ?ngeles, por ejemplo, es posible ver perfectamente c¨®mo funciona un jurado", dice Mingarro para resaltar el papel casi pedag¨®gico desempe?ado por la ficci¨®n. "De hecho, se termina por conocer mejor c¨®mo -funciona un juzgado en EE UU que en Espa?a", a?ade..
"Quiz¨¢s quepa un reproche dulce por idealistas, tanto a las series norteamericanas como a las espa?olas Turno de oficio o Anillos de oro; sin embargo, los t¨®picos que presentan son perfectamente asumibles: el letrado so?ador el defensor de los derechos humanos o las deficiencias que pueda presentar la justicia espa?ola".
M¨¦dicos. El colectivo de los m¨¦dicos se muestra en sinton¨ªa con las quejas de los polic¨ªas. Gonzalo Herranz, profesor de Etica M¨¦dica y ex presidente de la Comisi¨®n Deontol¨®gica del Consejo General de M¨¦dicos, insiste en que en la imagen del doctor made in USA siempre prima el facultativo "superpolivalente", capaz de solucionarlo todo. "Se presenta un prototipo triunfalista que describe al doctor m¨¢s cerca de un milagrero que de un profesional de la medicina. Con personajes como el doctor Ganon o Welby, lo que se hace es crear falsas expectativas entre los pacientes". Sobre "los l¨ªos" recurrentes entre doctor-enfermera, doctor-doctora o m¨¦dicopaciente, el profesor es tajante: "Esto es una frivolidad peligrosa y da?ina". Y a?ade que los m¨¦dicos no gustan de ver series de medicina: "Entre otras cosas porque se dicen y hacen muchas barbaridades, como ver las radiografias al rev¨¦s, que es muy frecuente".
Farmac¨¦uticos. Los farmac¨¦uticos est¨¢n contentos. Francisco Garc¨ªa de Madariaga, miembro de la junta directiva del Consejo General de Farmacia, no ahorra piropos para la c¨¦lebre Farmacia de guardia. "En esencia, es muy fidedigna la imagen que se da de nuestra profesi¨®n y destaca lo fundamental: la proximidad que existe entre el cliente y el boticario", dice. De hecho, el realizador de la serie, Antonio Mercero, se entrevist¨® con los farmac¨¦uticos antes de preparar el gui¨®n.
Periodistas. El presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa, Jes¨²s de la Serna, se muestra compasivo con la imagen que de su profesi¨®n ha dado tanto la peque?a como la gran pantalla: "La idiosincrasia de este oficio acostumbra a plasmarse de forma fidedigna. Por supuesto que se obvia el trabajo diario y de rutina, tan necesario para conseguir una exclusiva. Pero eso es una necesidad del espect¨¢culo". Para De la Serna, la serie, ya casi un cl¨¢sico, que acumula m¨¢s m¨¦ritos es Lou Grant. "Aparecen periodistas de pel¨ªcula, ajenos al trabajo duro del d¨ªa a d¨ªa, pero fieles a la idea de las tribus que pueden encontrarse en una redacci¨®n", dice. Otro asunto es la procesi¨®n interminable de tics que la ficci¨®n se encarga de acoplar de forma indeleble al oficio: "Los pies encima de la mesa, el cigarrillo permanente... Eso, sin duda, no basta para convertirse en periodista".
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