Selectividad
Hemos asistido estos d¨ªas, como todos los anos por las mismas fechas, a un aluvi¨®n de noticias sobre la selectividad que sufren nuestros estudiantes. Expresiones como "jugarse el futuro en un solo examen" o "depender de la arbitrariedad de los correctores" han proliferado en los medios informativos que se han hecho eco del evento. Consecuencia l¨®gica de tales manifestaciones es la sensaci¨®n generalizada de que los estudiantes de COU han de padecer una prueba tan injusta como innecesaria.Lo criticable de toda esta situaci¨®n no es la falsedad de dicha creencia (como se encargan de demostrar a?o a a?o los numerosos aprobados), sino la hipocres¨ªa que subyace bajo este montaje anual. El sistema que tan bien han dise?ado nuestros pol¨ªticos envuelve a los estudiantes de secundaria en un manto paternalista que lejos de ayudarles no hace sino ocultarles a ellos mismos, a sus padres y en definitiva a toda la sociedad, la aut¨¦ntica y dram¨¢tica realidad que les espera al otro lado de la puerta. ?Bienaventurados ser¨ªamos si fuera una selectividad que aprueba la gran mayor¨ªa el ¨²nico mal de nuestra juventud! Pocos son los universitarios que no hayan sufrido en sus carnes alguna barbaridad cometida por profesores intocables, cuyos actos quedan en la m¨¢s absoluta impunidad y que nadie conoce (s¨®lo el que los padece) porque no salen en televisi¨®n. Y qu¨¦ decir de las oposiciones donde la connivencia con los sindicatos permite que gente con un examen de 10 se quede fuera para que entre el personal interino. Y si sigui¨¦ramos avanzando y nos introduj¨¦ramos en las precariedades laborales, qu¨¦ podr¨ªa explicar que no se supiera ya.
Con esto no quiero decir que como la vida es as¨ª de injusta debemos tambi¨¦n ser injustos con nuestros j¨®venes para que se vayan entrenando. Lo ideal ser¨ªa cambiar aquello que estuviera mal hecho, de manera que si hubiera que reformar la selectividad, manos a la obra con ello, pero haciendo esto mismo con todas las cosas que a diario estuvieran funcionando mal. De lo contrario, los pol¨ªticos seguir¨¢n utilizando demag¨®gicas cortinas de humo para tapar todo lo que no quieran que nuestros castos ojos vean.- Profesor de Ense?anza Secundaria.
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