?Euroqu¨¦?
"El Mediterr¨¢neo es el mar de un solo Dios y de tres religiones", ha recordado en Barcelona Samuel Hadas, que fue el primer embajador de Israel en Espa?a y ahora ocupa esa misma funci¨®n en el Vaticano. Contar con tres grandes religiones en tomo a este inmenso lago contaminado ya obliga a un delicado ejercicio de mutua tolerancia, por mucho que las tres se enra¨ªcen en Abraham. Sobre todo si alguna es objeto de una lectura pol¨ªtica totalitaria como la que hacen del islam los locos de Dios o del juda¨ªsmo, los colonos ultras de Hebr¨®n. Pero, la convivencia se complica por la existencia de una decena de lenguas y una veintena de Estados. As¨ª que el Mediterr¨¢neo es uno, es trino y es un rompecabezas. ?Es posible hacer con todos los ingredientes mediterr¨¢neos una buena paella? Nadie lo ha conseguido desde los romanos, por lo que ya ser¨ªa una buena cosa que, si no un sabroso y complejo plato ¨²nico, se consiguiera un men¨² variado, pero armonioso. ?Puede ayudara ello la Conferencia Euromediterr¨¢nea que se celebrar¨¢ en Barcelona en noviembre? Tal es la intenci¨®n del Gobierno espa?ol, pero la realidad se lo est¨¢ poniendo muy dif¨ªcil. El Mediterr¨¢neo, que el documento de trabajo de la conferencia sue?a como, "una zona de prosperidad compartida" est¨¢ muy agitado.
Felipe Gonz¨¢lez, en su calidad de presidente de la Uni¨®n Europea (UE), acaba de terminar una gira por Oriente Pr¨®ximo. ?Qu¨¦ hizo adem¨¢s de enfrentarse en todas sus conferencias de prensa a nuevos episodios de la penosa descomposici¨®n de su Gobierno? Ofreci¨® el tradicional "apoyo pol¨ªtico y econ¨®mico" al proceso de paz. Un proceso en el que, reconoci¨®, los europeos est¨¢n poco presentes. Pese a ocupar el rinc¨®n oriental de un mar que ba?a a cuatro miembros de la LE, Oriente Pr¨®ximo es asunto de los norteamericanos. Cabria a?adir que afortunadamente para las partes en conflicto.
Como ven¨ªa anunci¨¢ndose, s¨®lo cuando Estados Unidos, bajo la presidencia de George Bush, sac¨® la tarjeta amarilla empez¨® a vislumbrarse una esperanza de paz en Oriente Pr¨®ximo. Desde entonces, son los norteamericanos los que llevan de las Orejas a unos y otros a las mesas de negociaciones. Algo semejante est¨¢ empezando a ocurrir en Bosnia, que adem¨¢s de ser un pa¨ªs mediterr¨¢neo lo es europeo., Tras m¨¢s de tres. a?os de pol¨ªtica cobarde y contradictoria de la LE, Bill Clinton se ha visto obligado a tom¨¢rselo en serio.
Francia ofrece poner suforce defrappe al sevicio de la seguridad colectiva de la UE. Para ello, seg¨²n reconoce su primer ministro, Ala¨ªn Jupp¨¦, habr¨ªa que empezar creando esa entidad europea que no existe" en materia de defensa y pol¨ªtica exterior. No existe ni tan siquiera en relaci¨®n al Magreb, cuyos problemas afectan directamente a los ciudadanos espa?oles, franceses e italianos. Est¨¢ muy bien que se les recuerde a los amigos alemanes que el flanco meridional de la UE es tan importante como el oriental, pero, aunque fuera a t¨ªtulo individual, Espa?a y Francia, deber¨ªan predicar con el ejemplo de una pol¨ªtica coherente y con visi¨®n estrat¨¦gica, lo que no es el caso.
A estas alturas no se sabe si Marruecos participar¨¢ en la Conferencia Euromediterr¨¢nea, y ello a causa de sus malas relaciones con el pa¨ªs anfitri¨®n Marruebos quiere terminar con lo que considera un lastre colonial: el uso exhaustivo de sus caladeros por los pesqueros espa?oles. Y de paso, quiere expresar su enfado con Espa?a por los estatutos de autonom¨ªa de Ceuta y Melilla y con la UE por la desatenci¨®n de la que se siente objeto. Mientras Enima Bonino va y viene, los principales implicados en este conflicto son un Marruecos en recesi¨®n que vuelve a exportar inmigrantes en pateras y una Espa?a con un Gobierno moribundo. Por. su parte, Francia tambi¨¦n tiene un embrollo monumental con su principal partenaire magreb¨ª: Argelia. El GIA est¨¢ exportando su terrorismo a las ciudades francesas como castigo por el apoyo pol¨ªtico, econ¨®mico y militar de Par¨ªs ala junta argelina.
El di¨¢logo a calz¨®n quitado entre Espa?a y Marruecos es la ¨²nica posibilidad de soluci¨®n al conflicto pesquero y todo lo que arrastra. El di¨¢logo entre el r¨¦gimen militar argelino y la oposici¨®n democr¨¢tica e islamista es imprescindible para intentar pacificar Argelia. Entretanto, parches y remiendos. Triste ser¨ªa que el Magreb tambi¨¦n terminar¨¢ siendo un quebradero d¨¦ cabeza a res¨®lver por los norteamericanos. O por el com¨²n Dios de Abraham.
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