Amigos y... compa?eros de habitaci¨®n
La hermandad entre Juan Carlos Gonz¨¢lez Salvador e ??igo Cuesta fue en el comienzo de la Vuelta la de dos amigos y compa?eros de habitaci¨®n. Luego, en el pelot¨®n, pocas razones hab¨ªa para que se vieran mucho. Aunque los dos corren en el mismo equipo, el Euskadi, uno, el bilba¨ªno Gonz¨¢lez Salvador, va de sprinter, y el otro, el burgal¨¦s-vasco Cuesta, es corredor completo y m¨¢s que nada escalador. Uno pod¨ªa darse el lujo de ir en los ¨²ltimos lugares del grupo y el otro, que luchaba por acabar entre los cinco primeros de la general, se ve¨ªa obligado a ir delante, con los favoritos. Sin embargo, una ca¨ªda les uni¨®. Cuesta bes¨® el suelo en Zamora y desde entonces no es el mismo. Ah¨ª le tienen en las etapas duras, dolorido y haciendo la goma en la cola, cerca de su amigo.Eso, hasta ayer. Cuesta dijo basta y abandon¨®. Gonz¨¢lez Salvador cambiar¨¢ de compa?ero de habitaci¨®n. Ya no podr¨¢ quejarse de hacer de telefonista para filtrar todas las llamadas femeninas que recibe Cuesta. Quiz¨¢s la Vuelta haya sido la ¨²ltima carrera de su vida en la misma habitaci¨®n. Cuesta, "que tiene un futuro impresionante", ha fichado por el ONCE.
El comienzo de su relaci¨®n fue el triunfo de eso que se llama las afinidades electivas. "Cada uno es de una manera de ser y suele encajar con un tipo de gente", dice Gonz¨¢lez Salvador, el veterano de la pareja. "Conoc¨ª a ??igo en la primera concentraci¨®n del Euskadi, a principios del 94, pero ni me acuerdo de aquello. Es introvertido y no se relacionaba demasiado. Adem¨¢s, ¨¦l era nuevo en el ambiente". La conexi¨®n que no lleg¨® v¨ªa forma de ser se forj¨® por el camino de las actitudes ante la profesi¨®n y los gustos comunes fuera de la carrera. "Poco a poco fuimos conectando poque compart¨ªamos una forma de alegr¨ªa especial", recuerda Salvador. Despu¨¦s descubrieron que hab¨ªa m¨¢s cosas que les un¨ªan. "Tampoco es que seamos s¨²per t¨¦cnicos en esto del ciclismo. Cuando los dem¨¢s se agobian, nosotros nos lo tomamos m¨¢s a risa, y Txomin, el director, con nosotros". Suena a pasotismo la historia, pero enseguida sale al quite Cuesta. "Que conste que nos tomamos la profesi¨®n en serio", subraya el de Villarcayo, uno de los j¨®venes espa?oles m¨¢s prometedores. "Lo que pasa es que no nos deprimimos. Afrontamos la realidad, pero no nos amargamos". Son dos antidepresivos en bicicleta, hasta cuando las cosas no ruedan.
Su relaci¨®n es tambi¨¦n la de la necesidad. "Fuera de casa uno est¨¢ muy solo y tener un compa?ero con el que tengas confianza para poder contarle tus problemas hace mucho", dice Cuesta. Tambi¨¦n Salvador va por esa onda. "Nuestra amistad ha aumentado por la uni¨®n en las carreras. Le intento animar cuando se descentra, me pide consejo y le ayudo", dice Salvador. "Y ahora ¨¦l viene a mi casa en Am¨¦zaga y yo voy a comer con sus padres a Villarcayo. Luego, nuestro punto de uni¨®n es Vitoria. All¨ª tiene ??igo a su chica, que, por cierto, era amiga m¨ªa y se la present¨¦".
Gonz¨¢lez Salvador cultiva un look especial. Melena recogida en coleta, pendiente escandaloso... I?igo parece m¨¢s modosito, pero qu¨¦ va. "Cuida mucho la imagen", cuenta Salvador. "Ah¨ª donde le ves, se despeina a prop¨®sito. Y en asuntos de m¨²sica tambi¨¦n va fuerte. Cuando tiene un baj¨®n se pone a o¨ªr al grupo Sepultura, que es m¨¢s fuerte que Barrikada o Kortatu, a todo volumen. Hasta Txomin Perurena le llama 'Sepul".
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