Asunto de familia

En la casa de los Revuelo el flamenco es un asunto de familia. Canta y baila Juana, canta y lleva el son su marido, Mart¨ªn (que en tiempos fue un notable cantaor, hasta que perdi¨® la voz por una dolencia), y el hijo de ambos, Mart¨ªn Chico, se hizo guitarrista y lleva unos cuantos a?os acompa?ando con justeza y eficacia, sobre todo a sus padres.Los tres juntos suelen ofrecer actuaciones llenas de gracia y flamencura. Lo suyo tiene frescor y verdad, es aut¨¦ntico. No transitan por un repertorio amplio, ya que se limitan fundamentalmente a la gama festera de los cantes -tangos y buler¨ªas en especial-, pero esto lo hacen derrochando sentimiento jondo y sinceridad expresiva.

Es el arte que muchas familias gitanas como la de ellos han hecho en sus fiestas dom¨¦sticas de generaci¨®n en generaci¨®n, y que viene a ser un rasgo m¨¢s de su cultura personal, como la forma de vestir o de hablar.

Juana es una cantaora / bailaora que en cuanto aparece inspira simpat¨ªa, cordialidad. Con su ancha humanidad, sus delantales y chales, los pololos que luce en los revoleos de su falda, cantando y bailando compone una estampa que nos encanta y conmueve.

Y canta muy bien los estilos citados, sabiendo transmitir tanto su vena festiva como la queja y el dolor que hay tambi¨¦n en ellos.

El Revuelo pone, adem¨¢s de su cante y su son, un sentido del humor efectivo, y Mart¨ªn Chico se recrea por buler¨ªas en unos toques con mucho duende.