Derecho de adopci¨®n
En relaci¨®n al pol¨¦mico tema sobre el reconocimiento del derecho de adopci¨®n a las parejas estables del mismo sexo por parte del Parlamento de la comunidad aut¨®noma valenciana, quisiera manifestar al respecto que la familia tradicional hunde sus ra¨ªces hist¨®ricas en lo sociol¨®gico-cultural, y no en la biolog¨ªa.En todas las ¨¦pocas y culturas, junto a la familia tradicional han coexistido otras familias que, en los pa¨ªses de nuestro entorno, han permanecido en la clandestinidad por la presi¨®n social, a consecuencia del gran influjo de la moral judeocristiana. Frente al panorama desolador de los m¨¢s de 100 millones de ni?os que sobreviven miserablemente en la calle, sobran los prejuicios y la hipocres¨ªa.
No se encuentran razones de peso para pensar que los ni?os adoptados por parejas estables de gays o lesbianas tengan que desarrollar cuando sean adultos la misma orientaci¨®n sexual que sus padres adoptivos. Eso s¨ª, su posicionamiento con respecto a las personas homosexuales ser¨ªa de total aceptaci¨®n y naturalidad; no de resignada tolerancia.
Nada m¨¢s lejos de mi intenci¨®n que se entregue en adopci¨®n un ni?o o una ni?a a cualquier pareja homosexual o heterosexual.
Los criterios de selecci¨®n deben establecerlos un equipo de psic¨®logos y asistentes sociales; pero no los aburridos e inquisidores moralistas de siempre, que tanto da?o hicieron en el pasado a todas las ni?as y ni?os nacidos de madre soltera.-
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