La ola de la prensa electr¨®nica rompe en Europa
Despu¨¦s de Estados Unidos, la ola de la prensa electr¨®nica rompe sobre Europa. A bordo del World Wede Web, ese subconjunto de Internet, la lista de peri¨®dicos europeos se incrementa cada d¨ªa, desde Der Spiegel a Il Manifesto, desde L' Union Sarde al Helsingborgs Dagblad sueco, de Derni¨¦res Nouvelles d'Alsace al Irish Times, sin contar los anuncios de numerosas asociaciones con "plataformas" p¨²blicas o privadas.
Las opciones son m¨²ltiples. Van desde la simple presencia al marketing agresivo; de la reproducci¨®n de contenidos existentes a la invenci¨®n de nuevas formas de escritura; desde la financiaci¨®n por la publicidad a hacerlo a trav¨¦s de los lectores; desde el peri¨®dico a la carta hasta el men¨² obligatorio. Cada uno con su propia receta.
Una de las consecuencias de la era electr¨®nica es que permite a los peri¨®dicos pasar del "monoproducto de masa" a los servicios personalizados. Es cierto: los diarios regionales ten¨ªan ya la costumbre d e gestionar m¨²ltiples ediciones. Pero experiencias como el Diario Personal, lanzado por el grupo Dow Jones (editor del Wall Street Jorunal), van mucho m¨¢s lejos, puesto que cada lector es invitado a escoger los temas a los cuales se abona, y la selecci¨®n de art¨ªculos se produce autom¨¢ticamente.
Y los visionarios del Media Lab (del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts, EE UU) contin¨²an con la puesta ¨¢ punto de su concepto de Daily Me, el peri¨®dico que s¨®lo habla al lector de sus centros de inter¨¦s. Esta tecnolog¨ªa avanzada no est¨¢ al alcance de todo el mundo, t¨¦cnica o financieramente. Y puede tener consecuencias, en ¨²ltimo t¨¦rmino, sobre la naturaleza misma de la informaci¨®n difundida.
'The Electronic Telegraph'
The Electronic Telegraph, versi¨®n electr¨®nica del diario brit¨¢nico del mismo nombre, juega a la expansi¨®n m¨¢xima y la carta de la gratuidad. Basta inscribirse en Internet y rellenar un peque?o cuestionario para tener acceso a todas las secciones del peri¨®dico del d¨ªa. Desde su lanzamiento, en noviembre de 1994, ET ha afinado su f¨®rmula. Como dec¨ªa en junio pasado su responsable de entonces, Matthew Doull, ha sido preciso "comprimir un viejo medio sobre un nuevo soporte". La navegaci¨®n juega sobre diferentes niveles de lectura: sumarios cortos pero completos, textos tomados del diario, elementos de profundizaci¨®n.Por ahora, los lectores de estos nuevos medios de comunicaci¨®n son, masivamente, masculinos, j¨®venes y familiarizados con Ia inform¨¢tica. Y, como observa Don Brazeal, el patr¨®n de Digital Ink, la filial electr¨®nica del Washington Post, "?qui¨¦n se preocupa, para un diario impreso, de conocer la tinta o la marca de las rotativas? Hay que mirar m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa. ( ... ) En el fondo, lo que cuenta es responder a estas dos preguntas: ?qu¨¦ es la primera p¨¢gina de un medio? ?Qui¨¦n la controla?"
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