El Papa beatifica a 45 religiosos muertos en Ia guerra civil espa?ola
El socialista Jos¨¦ Bono asisti¨® junto a 30 obispos de Espa?a al ritual vaticano
No son h¨¦roes de una guerra humana, sino educadores de la juventud", dijo ayer Juan Pablo II durante la misa de beatificaci¨®n de 64 sacerdotes franceses muertos en la Revoluci¨®n Francesa, y 45 espa?oles fusilados en la guerra civil de Espa?a. Se trata de uno de los lotes m¨¢s numerosos de estos declarados m¨¢rtires en circunstancias b¨¦licas, que suman ya centenares en Espa?a. El gran n¨²mero de candidatos a la santidad llev¨® ayer hasta Roma a m¨¢s de 30 obispos de provincias espa?olas, al socialista Jos¨¦ Bono, presidente de Castilla-La Mancha, y al presidente de Arag¨®n, Santiago Lanzuela.
L¨®gicamente, el perfil de cada nuevo beato se pierde en una celebraci¨®n masiva como la de ayer, que congreg¨® en la Plaza de San Pedro a unas 100.000 personas, seg¨²n datos de la Radio Vaticana, muchas de ellas espa?olas. Anselmo Polanco, un obispo agustino de Teruel, y su vicario; 9 miembros de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Coraz¨®n de Jes¨²s;, 13 hermanos de la Escuelas P¨ªas, tres marianistas y 17 hermanas de la Doctrina Cristiana, son los cl¨¦rigos espa?oles reci¨¦n ascendidos a los altares. Para llegar a los 45 nuevos beatos, hay que sumar a Vicente David Vilar, un laico valenciano, fusilado en su ciudad natal el 14 de febrero de 1937.Los 64 nuevos beatos franceses fueron todos sacerdotes que se negaron a jurar fidelidad a la Constituci¨®n, como les ped¨ªan las autoridades revolucionarias. Un escolapio italiano del siglo XVII, llamado Pietro Casani, eleva a 110 los beatificados ayer. Es el ¨²nico del lote, que no tiene que ver con ninguna guerra.
Las beatificaciones de v¨ªctimas de la Revoluci¨®n francesa comenzaron en 1984, y en 1987, las de los m¨¢rtires de la guerra civil espa?ola. Su car¨¢cter colectivo ha influido, sin duda, para que el n¨²mero de beatificados por Juan Pablo II durante sus 17 a?os de pontificado alcance la cifra de 1.065, un n¨²mero sin precedentes en otros periodos de la Iglesia cat¨®lica.
Un cepillo para limpiarse
No obstante, los postuladores tratan de rescatar de la fr¨ªa estad¨ªstica alg¨²n dato personal de sus promocionados. As¨ª supimos ayer que los escolapios de la comunidad religiosa de Peralta de la Sal (Huesca) eran "muy, queridos por el pueblo" y de que fueron asesinados por "gentes forasteras y desalmadas". El padre Dionisio Pamplona, tambi¨¦n escolapio, "cuando le sacaron de la c¨¢rcel de Monz¨®n para llevarlo al suplicio, pidi¨® al carcelero un cepillo para limpiarse la sotana como quien va a una fiesta. Era muy alto, y destacaba en el grupo, del que era el ¨²nico sacerdote. Al grito de "el cura para m¨ª", la mayor¨ªa de los disparos se cebaron en ¨¦l". De Enrique Canadell, otro escolapio fusilado en Gerona, la postulaci¨®n recuerda que un miliciano dijo: "Le matamos antes, porque nos estaba convenciendo".Simult¨¢neamente, la Curia Generalicia de los Escolapios, invit¨® ayer a los espa?oles a una reflexi¨®n sobre las responsabilidades que pudo tener la Iglesia en el estallido de la violencia en Espa?a. "Queremos ir m¨¢s all¨¢ del perd¨®n. Hemos buscado alguna explicaci¨®n a estos cr¨ªmenes que parecen inexplicables", se lee en un comunicado hecho p¨²blico en Roma, que a?ade "si no es leg¨ªtimo preguntarse si la misma Iglesia espa?ola no proporcion¨® motivos para la acumulaci¨®n de odios y resentimientos que acabaron por explotar".
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