Cambio en Portugal
AL CONCEDER al Partido Socialista (PS) una victoria rotunda pero no aplastante, los portugueses se pronunciaron el pasado domingo por la alternancia, tras 10 a?os ininterrumpidos de hegemon¨ªa del centro-derecha, y por la formaci¨®n de un nuevo Gobierno que tenga capacidad de maniobra pol¨ªtica y legislativa sin aplastar por ello a la oposici¨®n. As¨ª lo han entendido la mayor¨ªa de los analistas portugueses y el propio l¨ªder del PS, Antonio Guterres.A los 21 a?os de la revoluci¨®n de los claveles, Portugal confirma su participaci¨®n plena en la normalidad de las grandes democracias occidentales en las que centroderecha y centro-izquierda se turnan en el poder. Concluido su ciclo, se va el Partido Social Dem¨®crata (PSD), que, pese a su nombre, es una formaci¨®n liberal-conservadora, y regresan los socialistas una vez terminada su renovaci¨®n. Se produce as¨ª el "cambio sin trauma" que Guterres hab¨ªa ofrecido en la campa?a.
Para llegar a ese resultado han sido precisos varios pasos. En primer lugar, que An¨ªbal Cavaco Silva, el indiscutible l¨ªder del PSD y primer ministro, de Portugal durante los 10 a?os de gobierno de esa formaci¨®n, anunciara que no encabezar¨ªa las listas de su partido en las legislativas. Durante una d¨¦cada el llamado cavaquisno consigui¨® aunar la ambici¨®n de un pol¨ªtico y las aspiraciones de una sociedad en un proyecto hist¨®rico de modernizaci¨®n. Obtuvo dos mayor¨ªas absolutas consecutivas, que le permitieron reforinar la Constituci¨®n, emprender un programa de privatizaciones, realizar la reconversi¨®n agr¨ªcola e industrial, incorporar a su pa¨ªs a la Comunidad Europea, firmar el Tratado de Maastricht y aplicar los rigurosos criterios de convergencia a los que obliga ese acuerdo.
Pero, al final, su balance de estabilidad pol¨ªtica, crecimiento econ¨®mico y transformaci¨®n comenz¨® a verse empa?ado por las acusaciones de autoritarismo y corrupci¨®n.
Cavaco prefiri¨® que fuera otro dirigente, Fernando, Nogueira, quien condujera al PSD a una derrota severa pero no demoledora. Con el 34% de los votos y un grupo parlamentario de al menos 85 diputados en una C¨¢mara de 230 miembros, el PSD pasa a ser la alternativa. A¨²n no ha despejado Cavaco, las dudas sobre si se presentar¨¢ a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo enero.
El segundo elemento capital en la elecci¨®n de los portugueses ha sido el aggiornamento del PS que fundara el actual presidente de la Rep¨²blica, Mario Soares. Con Guterres al frente, los socialistas han obtenido el 43,8% de los votos y al menos 111 esca?os. Es su mejor resultado de todos los tiempos y le permite gobernar sin temor a una posible alianza entre el PSD y el derechista PP. Socialdem¨®cratas y populares necesitar¨ªan el apoyo de los comunistas para derrotar al Gobierno socialista. Los mercados financieros han acogido ya con satisfacci¨®n esa garant¨ªa de estabilidad, del mismo modo que hab¨ªan aplaudido la evoluci¨®n del PS hacia el centroizquierda desde posiciones radicales. Los socialistas portugueses han afirmado que continuar¨¢n la l¨ªnea cavaquista de respeto a la econom¨ªa de libre mercado, programa de privatizaciones de empresas p¨²blicas y prioridad a la convergencia con los pa¨ªses europeos.
Guterres reconoce que "se han acabado las grandes utop¨ªas", pero no renuncia a "las peque?as utop¨ªas". Su victoria debe mucho a su voluntad de huir de la demagogia sin caer por ello en el inmovilismo. Promete una manera de hacer pol¨ªtica menos autoritaria que la de Cavaco. Y se declara convencido de que pueden hacerse cosas para mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos en terrenos como la educaci¨®n, la lucha contra la droga, las condiciones de trabajo y la descentralizaci¨®n administrativa. Su empe?o realista ha convencido a una mayor¨ªa de sus conciudadanos. Y todos los portugueses han hecho una demostraci¨®n de madurez 31 realismo que ancla a nuestro pa¨ªs vecino en unos saludables cimientos de democracia moderna.
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