Cien d¨ªas de ensayo
A LOS 100 d¨ªas de su toma de posesi¨®n, los nuevos gobiernos regionales y municipales del Partido Popular han demostrado m¨¢s preocupaci¨®n por. acreditar una imagen de austeridad que por cualquier otro aspecto de su programa. A la espera de disponer de presupuestos propios y, sobre todo, de la victoria de Aznar, que dan por descontada, los nuevos gestores del PP parecen m¨¢s preocupados por no cometer errores que puedan comprometer esa victoria que por plasmar proyectos d¨¦ cierta entidad. En todo caso, esos 100 d¨ªas son un ensayo pr¨¢ctico de alternancia pol¨ªtica, que sea cual sea la valoraci¨®n que merezca, constituye una positiva demostraci¨®n del buen funcionamiento de un sistema democr¨¢tico. Tras las elecciones de mayo, el PP, que hasta entonces s¨®lo gobernaba en 4 de las 17 comunidades espa?olas, pas¨® a hacerlo en 10. A la vez, fue la fuerza m¨¢s votada en 43 de las 52 capitales de provincia, en 33 de ellas con mayor¨ªa absoluta. El resultado es que hoy tienen alcalde popular 46 de las 90 ciudades m¨¢s pobladas de Espa?a (27 lo tienen socialista).El PP carec¨ªa de un programa de pol¨ªtica municipal aplicable con car¨¢cter general, pero de las intervenciones de sus l¨ªderes en la campa?a se deducen los siguientes ejes de actuaci¨®n y temas principales de diferencia ci¨®n: lucha contra el paro, acabar con el despilfarro de las administraciones, denunciad e la corrupci¨®n, cr¨ªtida de la pol¨ªtica de nombramientos (sectaria, nepotista),, prioridad a la seguridad ciudadana.
Es pronto para establecer un balance, y sobre todo para generalizar conclusiones v¨¢lidas para el conjunto de las administraciones gestionadas por el PP. Los proyectos de m¨¢s entidad dependen de presupuestos que no entrar¨¢n en vigor hasta comienzos de a?o. Pero s¨ª parece deducirse una cierta tendencia a no hacer nada que produzca mucho ruido; a aplazar iniciativas susceptibles de suscitar la contestaci¨®n de sectores que se sintieran perjudicados. La actitud de la alcaldesa de C¨¢diz respecto a la crisis de los astilleros es sintom¨¢tica de la adaptabilidad a la presi¨®n, ambiental: las cr¨ªticas gen¨¦ricas al descontrol del d¨¦ficit p¨²blico y a la pol¨ªtica de subvenciones (clientelismo, voto cautivo) son compatibles, con la defensa del intervencionismo estatal en cada caso concreto.
Se observa, sin embargo, una clara voluntad de acreditar con hechos el compromiso de austeridad. En lo personal y en lo institucional. La alcaldesa de Zaragoza ha obtenido m¨¢s prestigio por su decisi¨®n de almorzar el men¨² del d¨ªa en una cafeter¨ªa pr¨®xima al Ayuntamiento, y pagar de su bolsillo, que de cualquier otra decisi¨®n. Sobre todo por el comprobable contraste con las facturas de la anterior corporaci¨®n. Pero esa voluntad se manifiesta sobre todo en las iniciativas tendentes a reducir el n¨²mero de altos cargos. Fuentes del PP cifran en cerca del 40% la reducci¨®n de tales cargos en las autonom¨ªas que gobiernan. Se estima que ello supondr¨¢ un ahorro de 300 millones en Asturias y de 500 en Madrid, como casos m¨¢s significativos.
La Comunidad de Madrid, presidida por Ruiz-Gallard¨®n, se ha convertido en banco de pruebas de una gesti¨®n diferente, pero tambi¨¦n en piedra de esc¨¢ndalo interna. La pretensi¨®n de Ruiz-Gallard¨®n de cumplir sus compromisos electorales, incluyendo el de no imitar el sectarismo socialista en los nombramientos, ha sido considerada una provocaci¨®n por algunos dirigentes populares, pero sobre todo, por algunos caraduras cuya influencia medi¨¢tica les hizo pensar que la victoria electoral era obra suya, debida a sus denuncias contra los socialistas, lo que les daba derecho a ocupar los los cargos p¨²blicos a que aspiraban. La otra cara de la moneda la representa la pol¨ªtica de nombramientos de Eduardo, Zaplana en Valencia, rectificada a medias por la c¨²pula del PP: Aznar, que ya oblig¨® a dimitir a Ca?ellas, no quiere que le comprometan. Aunque su disculpa de que no puede estar "encima de responsabilidades que son de otr¨®s" recuerda demasiado a las invocadas por Gonz¨¢lez ante ¨¦l en otros tiempos.
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