"El flaco" no mira el carn¨¦
Cruyff no tiene en cuenta la edad e impone a los j¨®venes el mismo estilo de juego
No ha habido entrenador que a su llegada al Camp Nou no ofreciera un discurso de intenciones con el ep¨ªlogo dedicado al f¨²tbol base y que a su salida ni siquera dejara un recuerdo para el filial. El m¨¢s cruel fue C¨¦sar Luis Menotti. "Si Maradona hubiera nacido aqu¨ª, todav¨ªa estar¨ªa pateando en el Bar?a Atl¨¨tic", dijo cuando pis¨® el estadio por primera vez. El presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez qued¨® prendado del verbo del otro Flaco y mand¨® que desde los benjamines a los veteranos practicaran el achique de espacios. El legado del t¨¦cnico argentino fueron dos compatriotas suyos -jugadores ambos del segundo equipo azulgrana- que respond¨ªan al nombre de Jim¨¦nez y G¨¢brich.Menotti fue v¨ªctima de la voracidad del primer equipo como antes lo hab¨ªan sido Terry Venables, Udo Lattek, Lucien M¨¹ller o Ladislao Kubala. El d¨ªa que abandonaron el club barcelonista dejaron distinto testamento, pero desde el primer al ¨²ltimo equipo quedaron desnudos futbol¨ªsticamente. A nuevo entrenador, vida nueva. Para jugar en el Bar?a hab¨ªa que ser un futbolista universal, v¨¢lido para cualquier manual. Nadie sab¨ªa, ni en los alevines ni en los infantiles ni en la Masia ni en el Camp Nou, qui¨¦n ser¨ªa al d¨ªa siguiente el nuevo entrenador ni qu¨¦ querr¨ªa.
Y en eso lleg¨® Johan Cruyff. No dijo gran cosa. S¨®lo actu¨®.Tomando como modelo el Ajax, cre¨® un equipo madre que sedujera al aficionado y, una vez obtenido el refrendo de la grada, mand¨® que lo copiaran todos, los entrenadores del club azulgrana. Y no admiti¨® excusas. Cruyff se llev¨® por delante, utilizando incluso m¨¦todos reprobables, a todo aquel que discrepara, de su filosof¨ªa, entr¨¦ ellos, al secretario t¨¦cnico Ram¨®n Mart¨ªnez (Cruyff nunca confi¨® en el entrenador que antes no ha sido futbolista) y aguant¨® las acusaciones de practicar el nepotismo que le cruzaron desde todos los rincones del club (cre¨® un equipo para que pudiera jugar su hijo; coloc¨® a Dany Muller, el novio de una de sus hijas, en el filial; y hoy se le reprocha el trato hacia su yerno). Hubo incluso una tarde en que alguno de los que le rodeaban le dieron por muerto. Fue el 2 de enero de 1990. Cruyff convoc¨® a todos los t¨¦cnicos del f¨²tbol base. Josep Mussons, el directivo responsable, abri¨® la reuni¨®n para decir que la directiva hab¨ªa ratificado al t¨¦cnico holand¨¦s en el cargo en unos momentos de cierta Zozobra. ?Ha terminado?, pregunt¨® Cruyff. Y Mussons, muy sorprendido, entendi¨® el mensaje y abandon¨® la sala. Cruyff retom¨® la palabra para decir en p¨²blico: "Los directivos no hacen nada Fue un mon¨®logo que dej¨® at¨®nitos a la mayor¨ªa.
Hubo hasta quien se contuvo la risa cuando Johan sentenci¨®: "La principal virtud que debe tener un portero es Vista". Y m¨¢s sorpresa caus¨® su respuesta a c¨®mo deb¨ªa plantearse un entrenamiento: "Con una hora hay bastante, porque me canso yo y nos cansamos todos".
A N¨²?ez no le hizo ninguna gracia cuando le contaron la charla. Pero tuvo la paciencia de aguantarle, y Cruyff pudo sobrevivir a todas las guerrillas. Hoy ya no hay nadie que pregunte. Escuchan, cumplen y punto. En el Camp Nou se vive el estilo de vida que impuso Cruyff a su llegada en 1988. El ¨²ltimo futbolista del club azulgrana sabe qu¨¦ es un 4, un 6 o un 10; el jugador m¨¢s prometedor es consciente de que el domingo igual juega en al A o en el B- o en el C; los entrenador es buscan a J¨®venes, que tengan una calidad especial".
El escaparate le da la raz¨®n a Cruyff. El d¨ªa que lleg¨® el Flaco al Camp Nou, Celades estaba en Andorra; Ton? jugaba en la Damm; De la Pe?a viv¨ª a en Santander; Quique ?lvarez, en la escuela TARR; y Moreno acababa de llegar al Barca. Ellos son los hijos de Cruyff. Y por eso tienen el mismo descaro que su padre en el campo y ante la c¨¢mara, y por eso no se cabrean cuando juegan con el filial. Es una generaci¨®n que ha nacido el mismo d¨ªa (la mayor¨ªa gan¨® la Liga y la Copa sub-19 en el a?o 1994), que ha crecido bajo la misma presi¨®n y tambi¨¦n con la misma ilusi¨®n.
"Es la mejor cosecha", sentencia Charly Rexach. "Ellos creen en sus posibilidades y la gente cree en ellos", agrega. "Es Un proceso largo de entender. Est¨¢ primero el futbolista y luego la mentalidad de la afici¨®n. Hoy el socio sabe que, dado el mercado espa?ol, no hay mejor alternativa que confiar en la cantera, en los j¨®venes -el equipo debe tener un 60% de jugadores del filial- y fichar a extranjeros que marquen la difeencia".
Rexach se siente tan orgulloso como Cruyff Charly form¨® parte de la ¨²ltima gran generaci¨®n. ?l, junto a Fust¨¦, Pujolet, Siso Mart¨ª Filos¨ªa, tomaron el relevo de aquel famoso equipo de las cinco Copas y ahora han entregado el relevo a un grupo muy homog¨¦neo que ha tenido como avanzadilla a futbolistas del calibre de Guardiola o Amor. Hasta 28 jugadores del filial han debutado con Cruyff en el primer equipo. El Flaco jam¨¢s mir¨® al carn¨¦ de identidad.
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