Por primera vez en el Reino Unido un diputado "tory" se pasa a las filas laboristas

El nuevo laborismo est¨¢ de suerte. A la conquista de las clases medias -siquiera en las encuestas de opini¨®n-, el partido que dirige Tony Blair con mano de hierro en guante de seda, acaba de sumar una de mayor significaci¨®n simb¨®lica: un diputado tory que a partir de la semana que viene pasar¨¢ a engrosar las filas, parlamentarias laboristas, reduciendo as¨ª la mayor¨ªa conservadora, de siete a cinco diputados. El tr¨¢nsfuga es el primero en la historia de los conservadores que se pasa al laborismo.

La decisi¨®n de Alan Howarth, de 51 a?os, de abandonar el partido que gobierna el Reino Unido desde hace 16 a?os representa una considerable derrota moral para el equipo de John Major en el umbral del congreso anual que hoy se inicia e n Blackpool. Howarth, antiguo alto cargo en Educaci¨®n y diputado desde 1983 -con una desahogada mayor¨ªa de 23.000 votos en el Stratford-upon-Avon de William Shakespeare-, anunci¨® su decisi¨®n en una carta enviada al presidente de la asociaci¨®n del partido en dicho distrito que lleg¨® inmediatamente a la prensa. "Hay una arrogancia de poder y una crudeza en el Gobierno que est¨¢ da?ando nuestra democracia y la cualidad de nuestras relaciones con la sociedad", explica el tr¨¢nsfuga, conocido en tiempos por su l¨ªnea ultraderechista, posteriormente corregida hasta convertirse en un adalid de la izquierda.La gravedad de una decisi¨®n que s¨®lo puede interpretarse como un rev¨¦s may¨²sculo para las filas tories, quedaba reflejada ayer en la acritud de las declaraciones de condena que provoc¨® en la plana mayor del Gobierno. S¨®lo Major pareci¨® aceptar con deportividad la cat¨¢strofe. El primer ministro declar¨® anoche que lamentaba mucho la decisi¨®n de Howard, que se la comunic¨® por tel¨¦fono. A¨²n as¨ª, Major a?adi¨® que "nada nos distraer¨¢ de la tarea que tenemos por delante. Hay que ganar unas elecciones y lo vamos a intentar".

El paso dado por Howarth ha tenido una penosa gestaci¨®n en la que la falta de una pol¨ªtica social adecuada por parte del Gobierno ha tenido enorme peso. Tras dos entrevistas personales con Tony Blair, Howarth se decidi¨® al fin, el viernes, a cambiar el azul, de los tories por el rojo laborista.

La defecci¨®n de Howarth tendr¨¢ una amarga repercusi¨®n en el congreso conservador que se inicia bajo los habituales nubarrones euroesc¨¦pticos. Pese a la victoria de Major en julio, que dej¨® moment¨¢neamente desarbolada a la derecha tory, el ruido de sables vuelve a resonar.