Rigoberta Mench¨² pide la pena capital para los asesinos de 11 ind¨ªgenas
La premio Nobel de la Paz de 1992, la guatemalteca Rigoberta Mench¨², ha anunciado que pedir¨¢ la pena capital "contra los responsables f¨ªsicos e intelectuales" del asesinato el jueves de 11 campesinos. La matanza, de origen todav¨ªa confuso, se produjo cuando una patrulla militar lleg¨® al campamento donde los ind¨ªgenas preparaban una fiesta para celebrar, precisamente, el primer aniversario de su retorno a Guatemala, tras permanecer m¨¢s de diez a?os exiliados en campos de refugiados del sur de M¨¦xico."Me involucrar¨¦ en las investigaciones hasta culminar con el juicio y castigo de los culpables, para que esta matanza sea recordada como un ejemplo de justicia", afirm¨® Mench¨², que se pondr¨¢ al frente de la acusaci¨®n p¨²blica en el proceso.
La dirigente ind¨ªgena sostiene la tesis de que el principal encartado en la matanza, ¨¦l subteniente Camilo Antonio Lac¨¢n Chacl¨¢n, consult¨® por radio con sus superiores antes de dar la orden de disparar, extremo que implica directamente al comandante de la zona militar de Cob¨¢n (capital de la provincia de Alta Verapaz, donde ocurrieron los hechos), el coronel No¨¦ V¨¢squez-Benavente.
Aunque pueda resultar sorprendente el hecho de que una persona galardonada con el Premio Nobel de la Paz exija la pena de muerte, no debe olvidarse que Rigoberta Mench¨² sufri¨® en carne propia los horrores de la represi¨®n en Guatemala. Su padre muri¨® en el asalto policial a la Embajada de Espa?a y su madre y hermanos fueron v¨ªctimas en matanzas similares a la de la semana pasada. Las monta?as est¨¢n sembradas de cad¨¢veres de ind¨ªgenas de las diversas etnias sin que hasta la fecha haya una sola persona condenada por estos hechos, calificados por los organismos de derechos humanos como "cr¨ªmenes de la humanidad".
La Constituci¨®n guatemalteca prev¨¦ la pena de muerte, aunque la ley concede el recurso de gracia al presidente de la Rep¨²blica quien puede conmutar la ejecuci¨®n por la pena inmediatamente inferior, 30 a?os de c¨¢rcel, como ya hizo en 1994 el presidente Ramiro de Le¨®n con un soldado que asesin¨® a una familia completa.
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